Miguel: Hoy será mi último día en la ciudad, Felipe. Nunca tuve la oportunidad de decir cuantas cosas siento por ti, pero ya es tarde y ya no hay tiempo de nada. Puede que estés dormido a esta hora, y puede que no sepas que estoy sentado afuera de tu casa esperando a que por un milagro abras la puerta y halle el paraíso junto a ti.
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Felipe: Miguel, no te vayas... Mira de nuevo hacia mi ventana.
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Dos asientos delante del mío
Short StoryMe da pena decirte esto, y sé que somos algo así como amigos. Pero quisiera que nos conocieramos mejor, porque eres muy lindo... -El chico de los lentes sentado a dos asientos detrás del tuyo.