Ámber
Intento mirar a Oliver a los ojos mientras me hace caminar a paso apurado, lejos de Phillip, pero su flequillo no me permite ver ninguna facción de su rostro excepto por su mandíbula, la que en este momento, podría ser usada como cascanueces. Doy un brinco hasta quedar justo frente a él y logro a duras penas, hacer que se detenga y no de ni un paso más. La única reacción que tiene, es mirarme. Puedo ver como el odio emana de sus ojos, su mandíbula se mantiene tensa, su respiración es acelerada y su entrecejo se mantiene fruncido.
-¿Me explicarás que acaba de pasar?-le pregunto colocando mis manos sobre su pecho para evitar que salga corriendo.
-Eso no importa-responde, dando un paso hacia adelante, rompiendo mi pequeña "barrera" e intentando pasar por mi lado, pero estiro mi brazo hacia el lado, y con toda la fuerza de mi cuerpo, logro que vuelva a la posición en la que estaba antes-Ámber, suéltame.
-No te soltaré hasta que me expliques lo que pasó.
Saca un cigarrillo del bolsillo de su característica camisa negra y lo enciende, lanzando el humo hacia arriba. El típico gesto que tiene cuando intenta relajarse para no armar un escándalo.
-Ámber, no es el mejor momento, por favor, hablemos cuando lleguemos a la casa de Eve-exclama a la vez que le da otra bocanada al cigarrillo, se acerca a mi y me lanza humo del cigarrillo directo en la boca, pero sin tocar mis labios, gesto, que como es frecuente, acepto, inhalando el humo que me regala.
Miro su expresión y veo que su rostro se ha relajado, pero ahora solo demuestra agotamiento, tristeza y deseos de mandar todo a la mierda.
-Sabes que siempre puedes confiar en mi, Oliver-le digo mientras entrelazo los dedos de una de mis manos con su mano libre.
-Lo se-me responde dándole una calada al cigarrillo sin soltarme la mano-es solo que ahora no quiero hablar de eso.
Apreto su mano con fuerza y puedo notar como todo su cuerpo comienza a tensarse. Sigue manteniendo la ira hacia Phillip en su interior, solo que no desea demostrarlo, pero lo conozco lo suficiente como para notar que si yo no hubiese estado ahí, le hubiese roto la cara.Oliver
Mantengo mi mano entrelazada con la de Ámber para así mantener la calma. Todo lo que había a mi alrededor dejó de ser rojo, para volver a recuperar sus matizea muy de a poco. Solo quieeo devolverme a mi casa y terminar lo que había empezado con Phillip. No podía creer que él y su estúpido estilo de vida, casi se llevan a Eve a la tumba. Él antes no era así. Su actitud cambió desde el momento que comenzó a ir a "La Tumba de los Caídos", uno de los barrios más peligrosos dentro de Toronto. Un lugar que siempre ha sido considerado, una zona sin ley, donde las drogas, la prostitución y las peleas callejeras, son el pan de cada día. Aun me cuesta creer que aquel honbre bueno y noble que era Phillip, se hubiese convertido en el hombre que era hoy.
-¿Oliver?-escucho que dice Ámber, la que venía hablándome durante todo el trayecto a la casa de Eve, pero no la escuché debido a que estaba envuelto dentro de mis pensamientos.
-Lo siento, no te escuché-le respondo tirando la colilla de mi cigarrillo, el cual se había consumido durante el camino.
-Tranquilo, es comprensible.
Llegamos hasta la casa de Eve, y notamos que la puerta principal de la casa, estaba abierta de par en par, y con claras señales de que había sido abierta a la fuerza. Coloco mi mano delante del pecho de Ámber para impedirle el paso, y estiro en mi palma hacia ella en señal de que debía esperarme. Con cuidado, salto la reja de la casa de Eve, y me acerco a la puerta, estando atento a cada movimiento y cada sonido que hubiese dentro de la casa.
-¿Pueden dejar de saltar la reja de mi casa, por favor?-dice Eve asomándose desde el salón, manteniendo su mirada perdida en el piso de madera de su hogar.
Intento mirarla a los ojos, pero ella mantiene su vista alejada de mí. Me acerco un poco más, y puedo ver como su cuerpo se contrae contra si misma. Al parecer sigue bajo los efectos de ese maldito líquido. Me acerco a ella sin vacilar, y la envuelvo entre mis brazos, apoyando su cabeza contra mi pecho, lo que hizo que comenzara a llorar, como si ella se tratara de una máquina, y yo simplemente, hubiese apretado el interruptor de encendido. Escucho los pasos de Ámber a mis espalda, pero no puedo quitarme a Eve de entre mis brazos.
-¿Dónde se fueron los demás?-le pregunta Ámber a Eve con un tono de voz suave y delicado para que Eve no reaccionara de mala forma.
-Se fueron hace unos minutos-respondió Eve sin sacar su rostro de mi pecho-pero al parecer, James quiere que nos reunamos todos en "La Fosa"."La Fosa". El lugar que desde niños fue nuestra sala de reunión secreta. Es solo un pequeño covertizo de herramientas que está en el bosque de las afueras de la ciudad, el cual modificamos para poder reunirnos para hablar y beber unas cuantas cervezas. Debido al trabajo ya no puedo pasar tiempo allá, extraño la puerta en mal estado que hay en la entrada, el piso de madera agujereada, el olor a moho mezclado con el aroma del bosque de nuestro enterno. He querido ir hace mucho tiempo y aprovechar de hacerle las remodelaciones que han estado pendientes durante años.
-Supongo que iremos, ¿cierto, Oliver?-me pregunga Ámber, interrumpiendo mi cadena de pensamientos y recuerdos.
-Eso ni siquiera se pone en duda-respondo, con mi clásica sonrisa ladeada.
-Entonces, no se discute más. Iremos al anochecer.
-¿Quién comprará las cervezas esta vez?-pregunta Eve avanzando hacia el salón de su casa y tomando asiento en uno de sus sofás de cuero blanco.
-Es el turno de James hacerlo-dice Ámber sentándose a un lado de Eve-la última vez lo hice yo.
Siguieron hablando entre ellas mientras yo me mantengo inmerso en mis pensamientos. No puedo sacarme de la cabeza lo que Phillip ha hecho y las ganas de volver a mi casa y romperle la cara aumentan con el pasar de los minutos. Miro a Eve y veo que mantiene una gran sonrisa en su rostro a la vez que habla con Ámber. Ella siempre ha sido una chica callada y tranquila, y no me entra en la cabeza lo que ha pasado ni se me ocurren los motivos por los cuales pasó lo que pasó. Solo quiero acorralarla contra la pared y obligarla a explicarme los motivos del por qué lo hizo semejante estupidez, pero se que no es el momento adecuado para hacerlo y probablemente, Axel me patearía el trasero si lo descubriera.
-¿Oliver?-escucho que me dice Ámber. La miro a los ojos y puedo ver la preocupación reflejada en ellos.
-Lo siento, estaba pensando... ¿Vamos?-respondo volteándome y caminando hacia la puerta para comenzar mi viaje. Necesito un porro directo a la vena en estos momentos.
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GHB (El Cantar de las Luciérnagas)
Aktuelle Literatur-¿Quieres un toque?-me dijo el sujeto de enorme estatura mientras sostenía una pequeña jeringa entre sus dedos. Miro la jeringa con duda, mientras me voltéo a ver a mis hermanos, que están observándome como si estuviera intentanto desactivar una bom...