"Así es mi nombre"

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  Todo empezó en primavera. Una preciosa primavera. Yo andaba tranquilo por el campus de la universidad, tratando de respirar hondo. Había tenido un ataque de asma hacía nada y necesitaba respirar.

(Flashback)

  Sentí que algo vibraba en la bolsa de mi pantalón, cuando me di cuenta de que era mi celular me senté en una banca y lo saqué rápidamente. Nadie nunca me llama... Bueno, excepto mi madre, Sarah de Camp.

¿Hola?

¿Hola? esa voz no era de mi madre.

¿Quién habla?pregunté al notarlo

¿No eres Eli? dijo la otra voz. Era femenina, pero bastante joven. Reí al oír su pregunta.

No señorita, espero ni siquiera sonar como una

Oh, cuanto lo siento, señor... Emm... ¿Como te llamas?—  me sonrojé al pensarlo. Una joven, cuya voz sonaba de diecinueve años, me acababa de pedir mi nombre. Yo, que a mis veintitrés me han dicho que sueno de cuarenta. Pero bueno, ¿porqué no? Acaso que me la toparé en la siguiente esquina.

Hail Camp.

¿Hail? Ese es un nombre inusualrió la joven. Tenía una risa muy tierna.

Dime el tuyo.

Soy Yessy Wolf.

¿Yessy? ¿Osea diminutivo de...?

No, así es mi nombre. Yessy.

Me gusta tu nombrela joven soltó una risita al otro lado de la línea.

Gracias, Hail.

De nada.

Bueno, trataré de contactar a esa niña...Yessy resopló —¡Muchas gracias!— escuché casi en mi oreja, al mismo tiempo lo escuché en el teléfono. Me giré la cabeza y vi a una joven de cabello chocolate y lacio bajo el árbol, con unas Converse grises, una bufanda morada arrollada en su cuello, un jeans gris ajustado y una blusa negra.

—¿H-Hola?¿Hail?

—Yessy, ¿te puedes dar la vuelta?— dije, sonriendo al verla. Ella se giró sobre sus talones y me miró extrañada con sus enormes ojos grises sin una pizca de maquillaje, sus largas y curvas pestañas se mezclaron una con otras en un par de pestañeos incrédulos.

—Vaya, eso no me lo esperaba— rió Yessy al verme y escuchar que era yo el que le hablaba al otro lado de la línea. Le sonreí ligeramente, tratando de no espantarla con mi aspecto de treintón desaliñado, por que, bueno, no tengo ni veinticinco. Ella se veía totalmente refrescante y libre, parecía de la edad a la que sonaba. Ella se acercó a la banca donde yo me encontraba y se sentó a los diez centímetros de mí.

  Yessy se echó hacia atrás en la banca —Qué cosas de la vida, ¿no?

—Bueno, ahora sí...—comencé mientras extendía mi mano —Soy Hail Joseph Camp.

—Yessy Wolf, así de plano.

—¿Qué edad tienes?

—Cumplí los diecinueve hace dos meses.

  Reí al ver que había acertado —Ya se me hacía.

—¿Y tú? ¿Qué edad tienes?—me preguntó de vuelta.

Rosa De Los VientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora