Algo me dice que ya no sirve de nada

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Algo me dice que ya no sirve de nada

Tantas noches en vela

Aferrado a mi almohada

Si pudiera regresar tan solo un momento

Ahora es que te comprendo

Ahora es cuando te pierdo

Tomándole la palabra a su amigo, el azabache tomó a Sakura por los hombros dirigiéndola a la calle, pararon un taxi dejando a Sai y Naruto en ese orden a sus respectivas casas, al llegar al apartamento de ella, fue a dejarla hasta la puerta, después de todo, él regresaría caminando.

Subieron al quinto piso, ella no dejaba de aferrarse a su brazo en el elevador y al abrirse las puertas giraron por el pasillo hacia la izquierda hasta la segunda puerta que llevaba por número el 45. Ella sacó las llaves abriendo la cerradura, ambos entraron y el azabache dejó a un lado de la puerta las maletas.

— ¿Te gustaría quedarte? —

—No he dormido bien y tú debes estar cansada por el viaje—, argumentó sin prestar atención a la lasciva mirada que le dirigía, —que descanses. Adiós.

Se fue sin decir ni hacer nada más, necesitaba asimilar lo que había pasado y lo que menos quería era pasar la noche con su actual novia mientras pensaba en una de sus ex... simplemente no podía.

Llegó a su apartamento y sin pensarlo, entró a la habitación hasta llegar al clóset. Del fondo, extrajo una chamarra que extendió para verla mejor. Si, esa prenda había sido un regalo de Karin en navidad, de todo lo que dejó, ese obsequio era lo único que conservaba de ella además de sus recuerdos.

— ¡Imbécil! —

Hizo bolas la chamarra y la arrojó con fuerza al armario azotando la puerta para cerrarla con la misma agresividad. Se sentó a la orilla de su cama quitándose los zapatos así como la ropa, entró a darse una ducha y se metió a la cama.

El reloj ponía las 12... la 1... las 2... dio mil vueltas en la cama sin poder dormir, en cuanto cerraba los ojos enmarcaba la escena en que la vio horas antes.

En toda la noche no logró conciliar el sueño, tomó varias tazas de café y se fue al trabajo. Los recién llegados tendrían ese día libre así que no tendría que preocuparse por su novia, tenía todo el día para borrar a Kagura Karin de sus pensamientos y no encontraba mejor remedio que un día lleno de trabajo.

Llegó la hora que se tenía para la comida; él, en lugar de salir mandó traer de comer a su oficina, así seguiría en el trabajo, no debía dar espacio al ocio para evitar que sus pensamientos vagaran por los pasillos más recónditos de su memoria y de paso, mejoraría la imagen de la empresa.

— ¡Sasuke! —, oyó una voz familiar que lo llamaba y enseguida sintió un largo beso que no pudo evitar, —Mira, te preparé de comer.

Sakura quería sorprenderlo con alimentos de cocina y vaya que lo logró pero no por su talento culinario, si no más bien por la llegada sorpresa de la pelirrosada. La inesperada visita no le fue grata y como era su costumbre, el Uchiha le habría dicho a su novia no estar de humor pero ¿entonces por qué permitió que la Haruno se quedara? Simple, con ella presente podría distraerse, centrar su atención en SU novia para no darle cabida a nada más por que... se supone que la quería ¿no?

— ¿Qué me dices? ¿Te gustó? —

— ¿Cómo? —

—Que si te gustó lo que te preparé—. Repitió la cuestión recogiendo el plato frente a él, — Sasuke ¿estás bien? Te noto distraído.

No resultó como lo espera, aún teniéndola frente a él contándole todo lo que vio en París, su novia no logró desvanecer los pensamientos sobre aquella mujer, es decir, oír todos esos nombres de lugares, cafés y restaurantes solamente le hacían llegar los recuerdos de cuando solía salir con ella, era como si su novia, al pronunciar todos esos lugares, quisiera que no olvidara a la pelirroja.

—Si, estuvo bueno—

— ¿Qué tienes? —cuestionó nuevamente al notar que el azabache no respondió enseguida—. Me estás preocupando.

—Nada, tampoco pude dormir anoche—

—Eso no está bien, trabajas demasiado—. Se levantó de la silla para abrazarlo con una expresión que denotaba su preocupación. —Deberías tomarte unos días libres.

—No, solo tomaré pastillas para dormir—

—Hace tiempo que no te tomas un día libre o vacaciones ¿por qué no vamos a Madrid otra vez? —

Vacaciones en Madrid... sonaba interesante la idea de pasar tiempo en España con Sakura, después de todo, en eses lugar formó buenos momentos con ella y podrían revivirlos. Una o dos semanas fuera del trabajo no le caerían mal, pero principalmente NO ESTARÍA CERCA DE KARIN, entre más lejos, menos sería su tentación por buscarla y no corría riesgo de encontrarla.

—Bien, haré los preparativos—

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