Algo había cambiado en el aire, el sentía varias presencias que nunca había notado, estaban lejos sí, su En era demasiado potente como para detectarlos, llegarían en una hora más o menos a la velocidad que iban, pero aún así sentía que sus intenciones no eran buenas... Afortunadamente ellos no podían sentir la presencia de ninguna de las personas de la aldea... tenía que salvar a su pequeña nieta... Ella tenía que vivir, tendría un gran futuro por delante y el lo sabía.
Fue a buscarla lo más rápido que pudo y la encontró sentada sobre sus rodillas a las orillas de un río, jugando con el agua.-Akira...- la llamó
Esta se dio la vuelta, con esa cara tan inocente que solo ella tenía
-¿Abuelo?- preguntó sorprendida pero de inmediato una sonrisa se extendió por su rostro- ¿vienes a jugar conmigo?- preguntó con mucha alegría.
- Oh ... Claro... - el tenía que pensar en un plan... pronto- pero esta vez tu padre quiere participar.
La pequeña se sorprendió mucho, su padre casi nunca le dirigía la palabra y solo hablaba con ella para lo necesario, era tan frío con ella... le exigía mucho, siempre quería que ella estuviera entrenando, pareciera como si no tuviera tiempo para ella.
-¿Mi padre? Pero el nunca quiere jugar conmigo...
-Ten en cuenta que es uno de los líderes de nuestro clan, Akira. Los kurta tenemos muchas cosas que hacer pero... se dio un tiempo para jugar con nosotros ¿te parece bien?
-Oh abuelo... Estoy tan feliz... ¿Crees que le gustaría jugar a la pelota? O quizás quisiera tomar el té ... Iré por mis jugetes- ella se dispusó a correr por ellos, tenía tanta alegría en su cara que era imposible ocultarla, finalmente estaría con su padre... Pero su abuelo no la dejó correr por mucho tiempo
-Oh dudo que los juguetes sean necesarios, Akira ¿te parece si jugamos a las escondidas? El vendrá a buscarnos dentro de poco, ¿por que no encontramos un buen escondite?-
Ella lo dudo por un segundo pero después asintió energicamente repetidas veces.
-Se de un lugar a donde le costará mucho encontrarnos - propuso su abuelo- ¿te parece si vamos?- Ella volvió a asentir con una sonrisa en la cara- oh pero espera... Activa tu zatsu- ella así lo hizo, pensando en que su padre era muy bueno encontrando cosas... Ella quería divertirse hoy
El la guió a una habitación que nadie conocía, ni siquiera el clan kurta excepto su abuelo y claro, el padre de Akira, la habitación estaba a unos 25 metros bajo el suelo.
-Buena idea, abuelo- dijo ella con una sonrisa que no se había borrado después de saber que su padre jugaría con ella - nunca me habías traído aquí para jugar.
-Hoy es un día especial, cariño.
Después de bajar la guió a un pasadizo. Esta habitación estaba hecha para esconder cosas de valor, por eso las paredes estaban llenas de cuadros, había oro y diamantes por todos lados, era la fortuna de su familia acumulada por años.
-Quedate aquí- dijo el, con su habitual tono de dulzura.
-¿Y tú abuelo? ¿no te quedarás conmigo?- preguntó ella preocupada.
-Yo iré a esconderme a otro lado- mintió el, esta era probablemente la última vez que la vería- ¿Akira?- ¿me das un abrazo?
Ella lo vió extrañada por su pregunta, pero después corrió a sus brazos y el la abrazó, quería que estuvieran siempre así, no quería separarse de ella...
-Quedate aquí hasta que tu padre llegue, no salgas por favor- una lágrima que no había logrado ocultar salió- te quiero tanto, mi pequeña. Siempre serás mi orgullo.
Antes de que ella pudiera responder, el cerró la puerta del pasadizo y salió lo más rápido que pudo.
(...)
Ella estuvo esperando pacientemente a su padre, no lo había notado pero habían pasado horas desde que su abuelo se había ido... Su estómago empezó a protestar por la falta de alimento, creyendo que su padre no la encontraría sonrió victoriosa, salió de aquel pasadizo y después de esa habitación tan extraña, estaba un poco apartada de la aldea, así que corrió lo más rápido que sus pequeños pies le permitieron, al llegar vió a todos sus familiares, amigos y conocidos tirados en el piso, y allá, tan apartado de ella que muy apenas le fue posible distinguir estaba la silueta de su abuelo acostado sobre el piso, ella corrió a el.
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You Can Fly Away. (Killua Zoldyck)
RandomEncontrarlo a el había sido como encontrar a alguien que no sabía que andaba buscando.