Pasando de mi

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La semana avanzo y en el finde se me ocurrió seguir con el plan inicial, aparentar ser una persona diferente. El primer paso que había de hacer era un cambio de look, así que el sábado me vi recorriendo tienda por tienda en el centro comercial que está al lado de mi casa. Fue entonces cuando lo vi... Allí estaba Víctor sentado en un banco con todos sus colegas delante de una fuente. Llevaba una camisa medio abierta de rayas y unos pantalones azules holgados. Desde pequeña que me gustaba, pero nunca se había percatado de mi presencia ¡y mira que lo he intentado! Siempre había ido detrás de él fuese donde fuese, era exactamente igual que su sombra. Hasta que Megan, la popular de la clase, me arruinó del todo la vida colgando en la revista escolar fotos de mi con el titular "Nueva especie de virus, mejor aléjense para que no se infecten". Así que nunca me ha vuelto a hablar, ni él, ni nadie.

Volví al presente, y una fuerza se apoderó de mí, y me impulso a pasar por delante de él. Iba más bella que nunca, aparentando tranquilidad y con el paso firme, pero calculé mal las distancias... En vez de ir todo recto me desvié y acabé tropezando con el borde de la fuente y cayendo dentro. Mi ropa estaba empapada, el rímel se me corrió pareciendo un panda y mi pelo se había alborotado. Me volví roja como un tomate. ¡Qué vergüenza! Víctor me miraba fijamente a los ojos mientras sus estúpidos amigos se reían sin parar. Pasaron unos segundos y el me seguía observando y atisbé a ver una chispa de compasión en sus ojos por esa muchacha tirada en medio del centro comercial. Pero fue entonces cuando mi momento de gloria concluyo y soltó una gran carcajada en mi cara. Salté del interior de la fuente y corriendo, me escondí en la primera puerta que encontré, pero no fue hasta que estuve dentro cuando me percaté de donde estaba...

Tú te lo has buscadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora