¿Una historia de amor? Va a ser que no...

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Ivet nos acompañó a Víctor y a mí al baño. Resulta que ella era nueva y que iba conmigo en muchas de mis clases, pero al parecer pasaba tan desapercibida como yo. Vivía unas calles más abajo de mi casa, aunque nunca nos habíamos cruzado.

- Bueno, ¿así que vosotros dos salís juntos? - la pregunta me pilló desprevenida y casi me causó un ataque de corazón. No sabía que responder. Me sudaban las manos y ese calor que en el comedor me había asaltado volvió a la carga. Miré durante una fracción de segundo los ojos de Víctor, mi amor platónico de siempre, y me percaté que estaba tan rojo como yo o incluso más. Presentaba, ahora, unas facciones duras y serias que le hacían aparentar mayor. De repente, estas se relajaron y fueron sustituidas por una enorme sonrisa. Mientras, Ivet tenía una mirada pícara y ansiosa para que respondiésemos, dijo - ¿Y bien?

Cuando me disponía a negarlo en rotundo, ya presa del pánico, él se adelantó:

- No nunca, aunque observando la cara de Emily creo que a ella le gustaría...

- ¡Noo! Para nada, ¡nunca me lo plantearía! - eso de mentir no era mi fuerte por supuesto, pero no quería caer tan bajo. Aun quería conservar el poco honor que me quedaba.

-Qué pena, yo que quería que quedásemos este sábado para ver una peli...- sonrió burlonamente- supongo que siempre podría invitarla a ella, ¿qué me dices Ivet?

Ella me miró a mí y después a él, perpleja por el giro que había tomado la conversación y respondió con decisión:

-No gracias, no puedo, pero pregúntale a Emy, se muere de ganas, aunque lo niegue - me guiño el ojo, se despidió de nosotros con un gesto de cabeza y me tedió su número de teléfono. Entonces se fue pasillo arriba con intención de dejarnos solos.

-Entonces... Emy, ¿quieres quedar conmigo?

Me hinché el pecho de aire para poder darme la fuerza suficiente para responder todo lo contrario a lo que pensaba. Si de verdad quiere salir conmigo me lo habrá que demostrar. No soportaría otra traición como la de Jane, ya no más:

-Lo siento, pero no salgo con extraños- le dije

-Qué pena que yo no sea uno- mi boca se abrió formando una pequeña "o" causada por la sorpresa y el ingenio de su respuesta. Después Víctor dio media vuelta y entró dentro del baño, dejándome sola y con la palabra en la boca. ¡Será estúpido!

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Hey!  Estoy de vuelta!  Perdonen la demora,  espero que disfruten el capitulo!

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