Capítulo 16: Sólo quiero estar contigo (Parte 1)

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Los constantes regalos se hacían presentes, generalmente eran cartas de amor, flores, rollos de canela e inclusive hasta zapatos, pero a pesar de eso Naruto seguía sin prestarle la suficiente atención y eso la exasperaba en cierta manera pues a pesar de ser la chica tímida que todos conocían necesitaba que aquel rubio le hiciera el amor en donde fuera, bueno quizás no tan así pero deseaba enteramente estar con él.

Un suspiro salió de su boca mientras en sus pensamientos aparecía la palabra "pervertida". Y vaya que sí lo era después de todas aquellas noches con el amor de su vida. Quién pensaría que en algún momento sería capaz de probar lo maravilloso que puede ser el sexo y todo gracias a esos libros que leyó Naruto de Jiraiya.

Pronto fue interrumpida de sus pensamientos por una joven de cabellos rosados.

Sakura: ¡Hey! Hinata vine por ti como quedamos.

Hinata: Pero Sakura-chan no he terminado todavía el trabajo que me queda.

Sakura: No te preocupes, ya hable con Naruto además me prometiste que serías mi modelo.

Hinata: Pues sí pero...

No pudo ni terminar la frase cuando la pelirosa tomo rápidamente las cosas de la oji perlada y la jalo para irse a su departamento.

***

Aquella mujer era increíblemente hermosa, la pelirosa estaba satisfecha con su trabajó, en definitiva su amiga iba impactar al rubio.

Sakura: ¡Muy bien Hinata! ahora acompáñame a un lugar, sólo que necesito ponerte esta inmensa sudadera, para que nadie te vea. (y en sus pensamientos dijo "Y para que el imbécil de Naruto no me arme un escandaló por otros chicos te vean").

Hinata: Esta bien Sakura-chan

***

Llegaron al bosque, el camino fue largo, lo único bueno es que pasaron por desapercibidas para las personas de konoha.

Sakura: ¡Muy bien! Hinata tengo que irme.

Hinata: Pero... Sakura-chan

Su amiga desapareció dejando a una confundida Hinata, que a pesar de todo observó una luz a lo lejos. Sin saber que hacer se dirigió hacia ella, por un instante pensó activar el byakugan pero decidió esperar ya que estuviera más cerca y así fue que paso a paso se acercaba hasta que una voz familiar la llamo.

Naruto: Hina sé que eres tú.

Hinata: Na... Naruto-kun (dijo con el tartamudeo que la caracterizaba desde pequeños)

Fue que la chica comenzó a correr con un poco de dificultad debido a la enorme sudadera que traía y justo cuando llegó a luz observó una mesa con dos sillas adornadas elegantemente, había algunas velas pero no hacían tanta falta debido a que estaba cerca de una laguna y por ende la luz de las luciérnagas daban hacia donde ellos se encontraban.

El único problema es que aquel rubio de quién pensó haber escuchado la voz no estaba presente. De repente la expresión en su cara comenzó a tener un semblante triste; ¿Habría sido su imaginación?

Sintió como unos brazos rodeaban su cintura, la respiración de alguien cerca de su oreja. Una oleada de calor la invadió completamente.

Naruto: Hina, te extrañe.

Hinata: Y yo a ti, Naruto-kun.

Naruto: Sé que durante varias semanas te he dejado sola, pero ahora sabrás porque.

Aquel hombre aparto sus brazos para después tomarla de la mano y caminar con ella hacia la mesa, una vez ahí retiro la silla para que Hinata se pudiera sentar dándole un beso bastante corto pero donde expresaba todo el amor que sentía, fue así que él camino al otro extremo de la mesa para quedar justo en frente de aquella mujer que lo volvía completamente loco.

Sus miradas se cruzaron, ojos azules y perlas como la noche, un leve rubor apareció en las mejillas de ambos, era más que evidente la atracción que sentían. Quizás fue la emoción de tenerla tan cerca que apenas la observa detalladamente, realmente era hermosa cómo pudo ser tan estúpido para no darse cuenta de ello; era momento de actuar pero antes tendría que servir la cena por lo que saco una canasta debajo de la mesa rompiendo aquel momento mágico donde sólo la luna, las luciérnagas y los arboles del bosque serían testigos de lo que haría.

Naruto: Hina traje algo para cenar, la verdad no es la gran cosa porque de hecho lo compre. ¡Ahora que lo pienso! Ni siquiera es nada romántico.

Lo único que hizo fue darse un golpe la mesa para esconder su rostro de la verguenza, tal vez debió de haber pensado en la comida desde un inicio, lo malo es que se le olvido por completo decidió ir al primer lugar que se le vino a la mente.

Hinata: No hay problema Naruto-kun ¿Qué es?

Naruto: Es ramen

Hinata: (al comienzo suelta una pequeña risita) A mí me parece bien cenar ramen.

Naruto: (alzo la cabeza para mirarla) ¿Deberás?

Hinata: Claro, preferiría comer ramen con Naruto-kun a otra cosa.

El chico empezó a servir el ramen para que comenzaran cenar. Fue así que paso otro momento en silencio hasta que terminaron, en seguida Naruto llevó a Hinata cerca de la laguna y justo ahí la hizo esperar un momento.

Cuando menos se lo espero varias flores de loto comenzaron aparecer en el laguna, todas iban en la misma dirección hacia con ella. Sus ojos estaban maravillados realmente era de los paisaje más hermosos que había visto en toda su vida. Por su parte Naruto observaba a Hinata, recordó cuanto estuvo practicando para que las flores se movieran en la misma dirección, vaya que había hecho varias cosas sólo por ella, sin duda se lo merecía sobre todo porque Hinata siempre estuvo ahí cuando ni siquiera él la veía.

Se acercó al lado de ella y le dedico una dulce sonrisa una vez que lo miro.

Hinata: Es muy bonito Naruto-kun ¿Cómo hiciste esto?

Naruto: No fue fácil pero lo estuve planeando desde hace tiempo; justo desde aquel día que empecé a salirme temprano de la oficina, era porque tenía que arreglar algo para hoy o porque estaba practicando con las flores. Es por eso que caso no estuvimos juntos. Pero...

El rubio miro hacia el frente y empezó a caminar hacia la laguna para después tomar una flor de loto que tenía un color distinto a los demás pues todas eran blancas a excepción de aquella lila que tomó Naruto entre sus manos. Así el joven regresó junto a la chica y con todo valor que tenía además de la vergüenza y el rojo intenso que adornaba sus mejillas estaba dispuesto a decirle lo que desde hace tiempo pensaba.

Naruto: Hinata, yo... yo hice todo esto por una razón. Y... esa razón eres tú, quiero que seas la mujer con la cual yo pase el resto de mi vida. No deseo estar con nadie más, sé que fui un tonto porque nunca me fije en tus sentimientos y para colmo preferí casarme con una mujer que ni me amaba, por yo realmente sabia los sentimientos de Sakura sólo que por mi estúpido enamoramiento obsesivo sin saber que hacia cometí un error, porque no puedes forzar a otros a amarte y fue lo que comprendí cuando comenzamos esta relación que aunque sabía que estaba mal lo único que quería es conocer que es eso a lo que llaman amor, por eso fue que me empecé acercar a ti. (Hinata interrumpe a Naruto)

Hinata: ¿Entonces sólo querías saber que era el amor?

Naruto: No..., bueno si..., Ah es que no sé cómo expresarlo pero lo que realmente quería saber es que sentía por ti, a pesar de todo lo que yo te contaba notaba que al estar contigo me sentía mejor, era distinto prefería estar contigo que con Sakura y necesitaba saber qué era eso, fue por eso que empecé a buscarte y así me di cuenta de lo que realmente siento, supe que era la primera y única vez que realmente he estado enamorado.

Las lágrimas comenzaron a brotar de aquellos ojos color perla, Naruto con una mano empezó a retirarlas para darle un ligero y tierno beso.

Naruto: No llores Hina, yo te amo más que nada y es por eso que ahora estoy aquí frente a ti (en ese momento el rubio se arrodilla) para pedirte que seas la mujer con quien comparta lo que me quede de vida, la madre de mis hijos, aquella que este conmigo por siempre en los momentos buenos y malos; se mi esposa Hina que es lo que más deseo en mi vida, así que Hinata Hyuga ¿Quieres casarte conmigo?

El rubio extendió la flor de loto para la chica dejando ver el increíble anillo de compromiso que estaba en la caja. 

La amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora