Cuarenta & uno.

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Sábado 27 de diciembre

Llego el día en que Sasha y Hans se verían en la deportiva

Era casi la 1:00 p.m. cuando ella estaba lista solo esperando a que el llegara, y como siempre el estaba ahí puntual a a hora que habían quedado, pero había un cambio de planes Sasha le pidió a Hans que la acompañara a el mercado que quedaba cerca de la casa de ella, ya que una de sus mejores amigas Yosselin cumplía años al día siguiente, el acepto ir con ella y ambos se dirigieron a buscar un detalle bonito, apenas habían pasado 3 cuadras y ella como siempre iba nerviosa, pero el por un lado la abrazo y le dijo que no le había dado abrazo de navidad, a lo cual ella correspondió y se abrazaron, siguieron caminado y platicando de las cosas que cada uno había echo en esos días, después de un camino de risas, platicas y bromas, por fin llegaron a comprar un cuadro de vidrio para Yosselin.

Agradecida Sasha por haberla acompañado, retomaron sus planes que tenían de ir a la deportiva y se dirigieron a este lugar, al llegar los dos tuvieron una seriedad incomprendida, se sentaron en el pasto y ella le pregunto

Sasha: ¿Que te pasa Hans? ¿Todo bien?

Hans: Si no te preocupes

Sasha: ¿Seguro?

Hans: Si

Despues de esto ninguno de los dos hablaba, de pronto el clima empezaba a cambiar, lo cual era raro porque el día había sido soleado, luego comenzó a soltarse un aire muy fuerte y posteriormente a lloviznar, pero como en la misma deportiva había un auditorio de voleibol y decidieron ir ahí para no mojarse, sentados afuera Hans estaba muy serio y como era de esperarse Sasha sabia que algo andaba mal, empezaban a recordar los momentos que pasaban juntos como novios, pues aunque ambos lo ocultaban se seguían amando.

La lluvia continuaba y tampoco se podían ir a sus casas asi pues se enfermarían, de pronto hablando del tema de la relación entre ellos Sasha al ver que Hans tenia sus ojos casi inundados de lagrimas que intentaba retener le dijo

Sasha: Hans ¿Me das tu mano?

Hans: ¿Mi mano? ¿Para que?(Sorprendido y con sus ojos casi a punto de llorar) 

Sasha: ¿Vamos solo hazlo? (Insistente)

Hans: ¿Dime para que la quieres?

Sasha: No olvídalo.

 despues de esto el acerco su mano y tomo la mano de ella.

Hans: ¿Que pasa?

Sasha: Gracias por darme tu mano, vamos a hacer una promesa, ¡No me gusta verte asi triste porque haces que yo me ponga triste! Prométeme que de hoy en adelante vas a ser feliz, porque... ¡si tu eres feliz, Yo soy feliz!.

Hans: ¡Te lo prometo!

Despues de esto fue algo raro porque el roce de sus manos hizo que Sasha sintiera una tranquilidad enorme, y Hans por otro lado había sonreído. La lluvia se comenzaba a calmar y decidieron ir a casa de Alejandro la cual quedaba a unas cuantas cuadras de este lugar.


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