II

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Al salir del estacionamiento ya en el auto, ese auto tan majestuoso, bello, rapido, tan rudo a la vez; yo observaba cuando podía con detenimiento las personas, los lugares las banquetas y todo lo iba recordando conforme podía. Mamá tan solo observaba por su ventana en el asiento del copiloto la calle y saludaba a una que otra persona que la saludaba a ella. Tenía un semblante de tristeza, que cambiaba cuando tenía que por uno de serenidad de tranquilidad para aparentar que todo ya estaba bien. Mamá era una señora ni muy joven ni muy vieja, no le gustaba esa palabra, la hacia sentir como un objeto o al menos asi lo decía ella. Estaba por cumplir 55 años, pero ella aun se sentía joven y eso se le notaba a kilómetros de distancia.

Tenia el cabello largo, bueno en realidad no tanto, a la altura de la mitad de la espalda le llegaba, pero era realmente chino, unos chinos que todos le y me envidiaban ya que los saque como ella, aunque bueno el mío era mas bien ondulado. Tenia ya algunas arrugas pero mamá nunca dejara de ser hermosa para mi.

-Hijo, espera- me dijo esto justo cuando llegamos a casa, yo detuve el auto afuera del garaje

-Dime, ¿que paso mama?

-Iker, bueno creo que no es momento para decirlo, estaciona el auto y me alcanzas en la cocina mientras iré preparando la cena-

-Esta bien mama, pero no olvides que querías decirme y espero prepares algo delicioso

-Claro hijo, prepararé algo muy especial por tu regreso

Mamá bajo del auto y entro a la casa, yo tuve que bajar del  Dodge para abrir la puerta del garaje que estaba descompuesta, era bastante pesada pero con esfuerzo logré abrirla. Regrese y metí de una el coche.

Al bajar observé que el garaje estaba mas lleno de cajas que como lo recordaba. Me mato la curiosidad y me puse a indagar que había en ellas. Unas estanban llenas de ropa otras de libros, revistas, herramientas, y demás cosas. Al abrir una caja vi que dentro había unos calcetines azules oscuro,casi negros, con rombos rojos y blancos.

Después de verlos note que esos eran los calcetines que yo le di a papá en la navidad cuando tenía solo 6 años yo; sus calcetines favoritos me decía. Siempre que salíamos a alguna cita con la familia se los ponía, y siempre amo esos calcetines. Al darme recordar todos esos momentos con papá me embargo una nostalgia enorme, mis ojos se inundaron de lagrimas. No podía negarlo, me iba a hacer mucha falta mi padre.

Pero rápido seque mis lágrimas y decidí no dejarme vencer, a papá le gustaba que me comportase de una manera fuerte y que no me dejara vencer. Asi que decidí subir donde mama para ayudarle en la cena.

-¡Mama. Ya estacioné el auto!

-¡Ay! Hijo no tienes que gritar aun te escucho bien. Por cierto la cena aun no esta lista si quieres en lo que se termina de hacer ve a tu cuarto. En el tiempo que estuviste en el hospital me di a la tarea de sacar algunas cosas tuyas pero necesito que las veas para saber si las tiro o no- 

-Esta bien mama, muero de hambre trata de no tardar vale, te adoro mama-

Subí a mi cuarto. La casa era de dos pisos, algo pequeña ya que solo vivíamos papá mamá y yo, tenia tres recamaras, la mía, la de papá y mamá y una de huéspedes que en realidad era como una mini bodega. Mi cuarto estaba subiendo las escaleras al final del pasillo, pasando la de mis padres a un lado del baño.

Al pasar por el cuarto que ahora sólo era de mamá. Me detuve, la puerta estaba entre abierta. Entre y me puse a observar las fotos que mama temía de los tres, e inevitablemente empeze a recordar.

No pude mas. Me derrumbe, las lágrimas que quise contener encontraron la salida, fluyendo como un rio, no podía dejar de pensar en papá, de extrañarlo. Abracé su foto, y fue tanta mi desesperación que lo único que hice fue gritar.

-!Papá, por que nos dejaste, tenías tengo para dar todavía, ahora quien me regañara como tu¡ !Te extraño viejo¡- La voz se me partió y solo entre susurros pude decir lo demás -Me haras mucha falta papá, a mi y a mamá-

El Día Después Donde viven las historias. Descúbrelo ahora