El Día Después

III

Mama subió corriendo por las escaleras hasta la habitación donde yo estaba tirado en el piso. Voltee y la vi parada en la puerta, nos miramos fijamente como por 5 segundos, luego vino hacia mi y se sentó en el piso junto a mi.

-Hijo...tienes que ser fuerte, a tu papá eso le gustaría, tienes que dejarlo ir poco a poco. Se que es difícil para ti, para ambos. Pero el querría que tu sigas con tu vida hijo, que rehagas o que continúes tu vida. Al igual que yo. Tenemos que salir adelante-

-Pero mamá, me siento tan culpable por lo de esa noche. Si hubiera hecho más nada de esto habría pasado-

-Iker, si hubieras hecho más estarías donde tu padre, hiciste lo mas que estuvo a tu alcance. Ustedes no sabían que esos hombres estaban armados. No fue ni tu culpa ni de tu padre, fue un accidente-

En ese momento no tuve mas palabras, sólo mis lágrimas siguieron brotando aun mas. Mamá me abrazo. Me sentí tan unido a ella en ese momento que no quería soltarla.

-Vamos hijo, la comida ya esta lista, tenemos que comer. Secate esas lagrimas y dame una sonrisa, te ves muy lindo cuando sonries-

-Gracias mamá. Eres la mejor. Espero hallas hecho algo muy delicioso-

Nos levantamos del piso mamá se adelanto a la cocina y yo pase al baño a secarme la cara y demás cosas por el estilo.

Esa noche cenamos lasagna, uno de mis platillos favoritos. Mamá la hacia con un sazon estupendo que casi quería toda para mi siempre. Al terminar de cenar ayude a mamá a levantar la mesa, y algunas otras cosas y terminando me fui a acostar. Fue la primera noche desde hace al rededor de un mes que dormí en mi cuarto y en mi cama. Caí "como piedra" como decía mi madre.

Al día siguiente desperté y lo primero que sentí fue que moría de hambre. Asi que decidí saltar lo mas rápido de la cama e irme a bañar y a cambiar. Cuando finalice esto corrí a la cocina, mamá estaba ahi sentada, con su taza de café. Volteo, me vio y dijo

-Ay, hola hijo buenos días. No te desperté antes para dejarte dormir bastante pero veo que descansaste bien-

-Hola mami, buenos días. Te equivocas, no descanse bien. Descanse perfecto. Pero me muero de hambre, ¿que iremos a desayunar?-

-Pues como estas de consentido iker, decidí levantarme mas temprano y prepararte tus apreciados hot-cakes, pero como me levanté mas temprano de lo que creía los termine de preparar hace un buen rato. Sácalos del refrigerador hijo y los vuelvo a calentar-

Al terminar de desayunar nos quedamos sentados en la mesa platicando. En un momento de silencio mamá interrumpió y me dijo

-A propósito hijo olvide decirte. Yo tengo tu teléfono. En el tiempo que estuviste internado los doctores me prohibieron dártelo no recuerdo por que razones. Pero estuvieron llamándote algunos amigos, esta en mi bolso,a rriba en mi cuarto; sube por el-

Cuando terminamos de levantar los trastes y limpiar y todo decidi subir a mi cuarto y en el camino recordé que mamá me dijo que mi teléfono estaba en su bolsa. Asi que fui por el. Luego segui mi camino a mi habitación y como había sido una costumbre para mi, llegue y corriendo me lancé sobre mi cama y me quede un rato acostado.

Encendí mi teléfono y como ya era costumbre las notificaciónes de mensajes, llamadas, etc. Decidí ignorarlas todas y puse mi celular en el mueble de un lado de mi cama. No mucho tiempo después de dejarlo ahí comenzó a sonar, al voltear a ver quién era. En la pantalla vi que era mi muy mejor amigo Fabian.