12.

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Dipper

El tío Ford y yo salimos de la cabaña al confesar el verdadero nombre de Bill a la familia. A lo lejos pude observar por la ventana de la cocina la aburrida expresión de él, tal vez todo hubiera sido diferente si hubiéramos tenido tiempo para explicar todo. Sólo espero que el tipo sepa aclarar bien las cosas.

Mientras caminábamos me puse a reflexionar y en medio de mis pensamientos me llegó a la mente lo que Bill me había propuesto hace un día.

  "Mañana iremos a una dimensión contraria a esta, ¿te apuntas? "

¡Me perdí la oportunidad de conocer otra dimensión! Ahg, mierda. Para la otra pienso más las cosas antes de decírselas a la familia.

Al cabo de unos treinta minutos llegamos a lo que parecía ser ¿el búnker en el bosque? ¿Por qué me traería hasta acá sólo para interrogarme? Y yo que pensé que iríamos al restaurante de Linda Susan para poder acabar de desayunar. Pero bueno, hace mucho tiempo que no veía el lugar; hace unos cuantos veranos vine aquí con los chicos para buscar más pistas sobre el sujeto que se hacía llamar así mismo el verdadero autor de los diarios.

—Tío Ford, ¿por qué estamos aquí? Casi se me olvidaba que existía el búnker.

—Vas a explicarme con detalle todo lo que sabes de Bill. Desde la primera vez que lo viste en este viaje hasta lo que han hecho los últimos días. — Hizo una pausa y se acomodó las gafas—. Y la razón por la que te traje aquí es que en este lugar Bill Cipher no puede entrar, y si nos quiere encontrar no nos encontrará.

Di un pequeño resoplido. No creo que sea tan fácil explicarle a Stanford todo lo que quiere saber sin evitar un sonrojo o tartamudeo, pero haré mi mayor esfuerzo.

  — ¿Cuándo lo vi por primera vez? Eso es complicado, ya que la primera vez que volví a tener relación con él fue antes de llegar a Gravity Falls, específicamente en el aeropuerto de California. — Limpié una gota de sudor que amenazaba con recorrer mi mejilla y observé que Ford mantenía una expresión seria— . En aquel entonces no sabía que era él, hasta que él me lo dijo en un sueño -el primero que tuve al llegar aquí-. Pero no te asustes, por lo que tiene planeado hacer no quiere lastimar a nadie, me atrevería decir que le tengo algo de lástima y le quiero ayudar lo más pronto posible para que se vaya. 

En mi pecho surge un sentimiento de traición. Odio admitirlo, pero, siento que traiciono la confianza de Bill al contarlo todo sin su permiso a mi tío. Hace unos años era el principal enemigo del pueblo y mayor aún: de mi familia. Pero estas vacaciones me dieron la oportunidad de conocerlo mejor. 

Indefenso.

Un Bill indefenso.

Y sí, traicioné su palabra. Hay algo de verdad y mentira en lo que le dije a Stanford, por un lado le tengo empatía al chico. Me cae bien a decir verdad y me atrevería a llamarlo amigo. Quiero ayudarlo porque siento que tengo que hacerlo, aunque no lo hago por la razón correcta. Pero, ¿qué es correcto y justo en nuestras vidas? Nada. Lo hago porque es mi deber y no porque quiero que se vaya, odiaría su despedida de mi vida.

  — ¿Y exactamente qué es lo que tiene planeado? — preguntó.

Perdóname Bill, pero tengo que contarle todo...

(...)

—   Es increíble toda la información que obtuviste de Bill en unos días, Dipper. —Sonrió— Si todo lo que me cuentas es verdadero y no falso, estoy dispuesto a darles la información que necesiten. Sólo dile que no se acerque a mí si no es por algo necesario.

Sonreí. Bill se alegrará de que Stanford nos ayudará.

|•|•|•|

Llegamos a la cabaña y con la finalidad de buscar a Bill subí al piso de arriba. Abrí la puerta de la habitación de Mabel para buscarlo ahí. Y lo único que encontré fue una escena muy linda de Mabel durmiendo al lado de Wendy, ambas algo rojas. Aún me pregunto qué es lo que altera tanto a mi hermana, cuando despierte la interrogaré un poco como ella hace conmigo.

Me fui de la habitación ya que el chico rubio no estaba ahí. Antes de seguir buscándolo me dio un poco de hambre —gracias familia por no dejarme acabar de desayunar— y bajé a la cocina a buscar algo que comer. No había nada preparado y sin más remedio tuve que salir y comprar algo del supermercado.

En el camino me observé a varios gnomos y criaturas fantásticas entablando conversaciones con personas y éstas se veían como si fuera lo más normal del mundo. Me alegra saber que todo lo que hicimos en el pasado fue útil.

Entré al supermercado y compré unas frituras y una Pit-Cola. Al pagar me encontré a Pacífica atrás de mí.

  — ¡Hola, Paz! — La saludé con la mano.

— Oh, hola, Dipper. — Sonrió— . ¿Cómo vas?

— Bien, creo. Hey, ¿no sabes lo que le pasa a Mabs? Desde que se quedó en tu casa actúa de manera extraña.

De un momento para otro se puso muy nerviosa y noté que estaba un poco pálida. Más de lo normal.

— ¿Ella no te ha dicho nada?

— Nop.

  — Entonces no te puedo decir nada. Fue una promesa. — Me mostró su meñique—. Pinky Promise. —  Sonrió.

— Rodeé los ojos—. Uhg, como sea. — Tomé mis cosas— Tengo que ir a la cabaña, adiós, pacífica — sonreí. 

  — ¡Adiós! 

Llegué a la cabaña en un par de minutos. Cerré la puerta al no encontrar a Bill en el patio de la cabaña. Volví a subir las escaleras del lugar una vez más. Me dirigí a mi habitación para ver si de casualidad él estaba ahí. Y así fue, él estaba jugando una especie de ajedrez interdimensional. Pero me llevé una sorpresa al encontrar a alguien más con él. De espaldas a mí visualicé a un chico Peliazul.

 — ¿Bill? — volteó el mencionado.— ¿Q-quién es él? — Dije señalando al otro chico.

— Hola, Dipper. — Sonrió— Te presento a... Will, mi... hermano — cerró los ojos—. Es algo tímido.

Y por fin lo conocí. Una versión de Bill, algo diferente.

  — ¡Oh, h-hola! — Dijo el Chico Azul, con un tono rosado en su rostro.

Vaya que eran completamente diferentes.


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⏰ Última actualización: Jul 02, 2016 ⏰

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