Y por un momento pensó que su vida había mejorado. Realmente lo creía pero hay cosas que simplemente no están destinadas a suceder y Ethan y Sienna estando juntos era una de ellas.
Sienna está acurrucada entre los brazos de Ethan, y por primera vez en demasiado tiempo se siente como en casa. Cierra los ojos y disfruta el momento. Él hace que todo se sienta tan simple, como si todo lo que alguna vez la preocupo nunca hubiera existido. Casi podría acostumbrarse a esto. Ethan se remueve y abre los ojos de golpe.
–¿Sienna?– Pregunta somnoliento- ¿Qué día es?
–Domingo, domingo doce de marzo y son las nueve de la mañana.
Él relaja su cuerpo ante su respuesta y suspira.
–No tengo nada planeado para hacer hoy, ¿Qué hay sobre ti?
Sienna no puede evitar sonreír con la pregunta.
–Hmm no gran cosa, los domingos no son mis días favoritos.
–Bueno, quizás pueda cambiar el conceptos que tienes sobre este día.
–Lo dudo, pero me gustaría verte intentarlo.
Ethan sonríe y sus ojos se encuentran con los de ella.Hay algo sobre la mirada de Sienna que lo hace sentir vulnerable, como si derrepente todo lo que el trata de ocultar detrás de su actitud fría se pusiera al descubierto. Algo tan mundano como compartir una mirada, se puede convertir en un acto íntimo con la persona adecuada.
Sienna comienza a sentirse tímida bajo el calor de sus oscuros, sin embargo no deja de observarlo, estira su mano y la lleva a su mejilla. Él no se aleja, si no que rodea la mano de Sienna. Ninguno de los dos dice nada, no hace faltan palabras. Sienna cierra los ojos, disfrutando el momento.
–¿Por qué tienes que ser tan hermosa? Tengo problemas para ser coherente cuando estoy a tu lado, lo único que hago es pensar en ti.
Sienna abre los ojos y lo mira. No dice nada, no hay mucho que agregar a una confesión como esa.
"Yo también te deseo de una forma tan intensa que me asusta, estoy asustada de lo que siento por ti, estoy aterrorizada porque siento que por ti estoy dispuesta hasta vivir" Es lo que quiere decir Sienna sin embargo no es lo que sale cuando abre su boca.
–Tengo hambre–Ethan se ríe ante su respuesta.
–Yo también, Cielo, yo también.
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Sienna deja de comer su porción de pizza recalentada y observa a Ethan comer la suya. ¿Es esto real? ¿Realmente está sentada comiendo junto al mismo chico que vio salir de la cárcel?
Si alguien se lo hubiera dicho, probablemente se hubiera reído. Porque incluso estando aquí junto a él, y todavía tiene problemas para creerlo.
–¿Que sucede?
–Nada
–¿Estas segura?–Dice, dándole un mordisco a su porción–Porque te ves como un perrito que acaba de hacer algo malo.
Sienna simplemente sacude la cabeza.
–¿Puedes venir aquí?-Pide el, pero ella no mueve ni un solo músculo.–Por favor...
Ante esa súplica,se levanta suavemente de su asiento,se muerde el labio de los nervios, y se dirige a él, de forma torpe y desprolija. Al llegar permanece ahí sin decir palabra alguna y el sonríe murmurando algo que suena como "Eres demasiado perfecta". Él se levanta y toma sus manos.Ella se estremece.
–
No tengas miedo– Implora él.
–No es miedo– Dice y sus palabras se ahogan en un gemido entrecortado, pero ella no se ruboriza. Por primera vez no se siente tímida o vulnerable, se siente plena, como si no necesitará nada más que este momento.
Él pasa su lengua sobre su labio superior,y un gesto tan ordinario hace que calor viaje sobre sobre el cuerpo de ella, dejándola sin respiración. El deseo la quema, la hinoptiza, la lleva a lugares a los que nunca pensó en ir.
Necesita que él la bese, más de lo que nunca deseo otra cosa. Lo necesita con tanta fuerza, que no puede pensar con claridad. Sin embargo, él parece disfrutar este momento, congelando el tiempo. Él acerca su boca a la de ella pero se interrumpe a la mitad del camino, lo saborea. Cierra los ojos e inspira lentamente. Sienna, impaciente, se traga su miedo y lo besa. Al principio Ethan no le devuelve el beso, demasiado sorprendido de que ella tomara la iniciativa pero rápidamente se pone al tanto. Se aferra a ella, sus manos viajando por todo su cuerpo. Simplemente no puede obtener suficiente de ella. Quiere tocar, sentir, besar cada parte. Sienna se separa durante unos segundos en busca de aire, y las palabras "Dios mío" se filtran en un gemido. En algún momento ellos se movieron hacia el sillón, con Ethan sobre ella besando cada parte de su cuello.
–Demasiada ropa- Se queja ella e intentar liberarse de la musculosa que está usando, sin embargo su deseo prácticamente animal hace que falle en su primer el intento. Él se ríe ante eso y rápidamente retira su camiseta dejando al descubierto su pecho contorneado. Sienna lo observa y no puede encontrar un solo defecto, para ella es perfecto, cada centímetro de su cuerpo. Él encuentra su mirada de deseo que lo enciende incluso más.
Ethan coloca sus manos en en el borde de su remera y lentamente la retira, dejándola tan solo con su corpiño deportivo. "Solo ella puede lucir tan malditamente bien usando algo tan poco provocador" piensa el antes de comenzar a depositar pequeños besos sobre su abdomen. Va haciendo su camino hasta llegar a su ombligo, él pasa su lengua de forma suave y experta provocando un gemido en ella. Sienna cree que no va a aguantarlo más, simplemente va a explotar de placer y justo cuando cree que no puede ser mejor el celular de él comienza a sonar.
-Mierda-Gruñe él y se levanta furioso en busca de su teléfono.
Ella se queda agitada y excitada recostada sobre el sillón.
–Lo siento Sienna, tengo una mierda que resolver. Es que este idiota no puede mantenerse alejado de los problemas ni durante un solo jodido segundo–Dice mientras se termina de subir los pantalones. Sienna se levanta suavemente y lo mira sin decir palabra alguna.–Lo siento nena, simplemente te lo compensaré lo prometo.
Ella sigue sin abrir la boca, ni siquiera cuando él acerca para depositar un beso en su mejilla.
Lo ve marcharse en silencio y de repente entiende lo que estuvo a punto de hacer y para su sorpresa y alivio no se arrepiente ni un poco.
