Capitulo 1: Cansada

56 1 0
                                    

Mira sus manos, sus uñas específicamente. Cortas y descuidadas. Trata de no quedarse dormida en la silla pero aun así falla miserablemente. Sienna suspira y trata de enfocar su atención en otra cosa, en cualquier cosa.

-Si realmente estas tan cansada, yo podría cubrirte por el resto del día ¿Sabes? No es como si este lugar se fuera a llenar de todas formas- Dice Hayley y luego se saca un mechón rubio rojizo del rostro.

-¿Harías eso? ¡Gracias! Prometo compensártelo.-Ella rueda los ojos en respuesta. Hayley había sido su  amiga, desde la universidad. Cuando Sienna se graduó, comenzó a trabajar en la veterinaria que una vez había pertenecido a su madre y ahora había heredado ella, por eso su primera decisión había sido contratar a su amiga.

Bostezo una vez más antes de tomar sus cosas y saludar a Hayley. Camino las cuadras que separaban su departamento de la veterinaria  con rapidez. No era la primera vez que no lograba dormir bien o directamente, dormir. Algunas noches eran más difíciles que otras, y las pesadillas convertían algo tan básico como dormir en un reto. Siempre eran de lo mismo, de esa misma noche. El incendio donde perdió todo. Solo recordarlo hacia que su piel erizara y que su estomago se retorciera. Cuando entro a su casa, otra cosa que había heredado de sus padres, sintió el mismo vacio que siempre tenía. Una vez pensó en tener una mascota, ella amaba los animales por eso era veterinaria, pero también sabía que era un responsabilidad y si ella no podía cuidarse a ella misma ¿Cómo podría hacerlo con otro ser vivo? Tampoco es como si ella pudiera  formalizar con un hombre y compartir una casa. Demasiado jodida y perturbada para salir como una chica de 24 años lo haría. En realidad, no tenía demasiado contacto con el mundo real. Las únicas tres personas con las que frecuentaba diariamente eran Hayley, su tía Judith y Sam, que era su mejor amigo, también los animales que revisaba aunque no estaba lo bastante segura de que eso contara. Se tiro en la cama y ni siquiera tuvo que intentarlo que se quedo profundamente dormida.

***

El ruido de su celular sonando la hizo despertar rápidamente. Tanteo en la mesa de luz hasta que lo encontró y atendió.

-       Hm ¿Hola?-Dijo con la voz somnolienta.

-       ¿Sienna? Soy Sam, llamaba para ver si querías ir a cen… ¿Te desperté?

-       Sí, estaba durmiendo, no pude dormir bien durante la noche. ¿A cenar dices?- Sam era el único que sabía sobre las pesadillas.

-       Si, en menos de media hora salgo de la estación, ¿te paso a buscar a tu casa?

-       No, paso por ahí y vamos.- Dice antes de despedirlo y cortar.

Sam no siempre fue su mejor amigo, antes el lo era de su hermano Mike, después del incendio cuando Sienna estaba perdida, sola y solo contaba con el apoyo de la tía Judith, Sam se convirtió en un oído y un hombro para llorar. A medida que pasaron los años su amistad se consolido, convirtiéndose prácticamente en inseparables. Sienna se vistió con lo primero que vio, y se dirigió a la estación de policías donde Sam trabajaba.

Camino dando pasos lentos, aun estaba dormida y tenia sueño. En momentos como este desearía tener un auto, no era por falta de recursos. Su padre le había heredado seis, pero así como los había recibido, había vendido cuatro de ellos y había donado las ganancias, Los únicos que no había vendido eran los que una vez habían pertenecido a su madre y a su padre. Su abstinencia por conducir era algo que Sam nunca terminaba de entender.

Al llegar a la estación, comenzó a saludar a todos. Eso era culpa de Sam que había logrado que sus únicos conocidos fueran  casi todo el equipo de policías de Brooklyn. Cuando termino de saludar Sam estaba parado con los brazos cruzados y sonriendo. Su cabello cortó y rubio parecía más despeinado de lo habitual y sus ojos café estaban brillando con diversión.

Heaven In HidingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora