Y cuando digo te quiero, oh Dios, te quiero

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Título: MOMENTUM

Autora: Clusmykitty

Fandom: DCU, DC Cómics

Pareja: Superbat

Derechos: DC y sus hordas de demonios todo lo conquistan.

Advertencias: Pues vamos que ya todo está dicho con la pareja, y también que retomo ese crossover hecho entre Frank Miller y Todd McFarlane (Spawn Batman) como punto de partida para esta historia. Mi primer Superbat largo, os suplico gentileza.

Gracias por leerme.



Y cuando digo te quiero, oh Dios, te quiero.


-¿Me juras que tu novio te dio permiso?

-¿En dónde hallaste las evidencias sobre esas desapariciones?

-... fue en un edificio, lejos de aquí, está cerca de la bahía.

-Muéstrame.

-Oye, Bat, primero dime que no terminaré como carne a la parrilla por tu galán.

-¿Quieres que te dispare?

Simmons resopló alzando sus manos al cielo, girándose sobre sus talones, tomando su capa por un extremo antes de saltar a unas escaleras de emergencia que rechinaron ante el balanceo que provocó, mirando por encima de su hombro al murciélago unos segundos, comenzando la travesía por la ciudad de Nueva York. No había luna esa noche, y el frío era mayor, con un rocío aguijoneando cuerpos desprotegidos en las calles. Al se detuvo sobre una grúa abandonada, caminando hasta la punta con el viento agitando su capa roja y sus cadenas moviéndose sutilmente sin hacer ruido, sujetándose de aquel enorme brazo de acero. Señaló hacia la bahía, la zona de los barcos donde se notaba un hueco que además estaba cercado por cadenas pesadas, reservando aquel sitio para un arribo próximo, celosamente custodiado por guardias privados que usaban perros entrenados y armas de alto calibre.

No lejos de ellos, había un par de edificios. El primero era de cinco pisos, abandonado con las marcas en sus maltrechas paredes que lo señalaban como una construcción a punto de ser demolida. Frente a éste se hallaba otro, más nuevo como lujoso, con ventanales cuadrados de vidrios polarizados y una estructura de metal a prueba de oscilaciones bajo tierra como del viento marino. Sobre el techo se alzaba una torre de comunicaciones con un helipuerto. No había luces encendidas en las oficinas pero a los ojos expertos del detective, había parpadeos de rayos láser. Seguridad de alto nivel. Spawn se sentó sobre el brazo de la grúa mientras Batman hacía una lectura de infrarrojos del edificio donde aparentemente se llevaban a cabo los trámites aduanales bajo el sello de las Naciones Unidas, que Tiffany Brightsky supervisaba. La fachada de la mafia rusa.

-Solían traerlos aquí, firmaban el contrato en el segundo piso, los llevaban a la fábrica que descubrimos y explotó, luego los regresaban de nuevo al edificio donde recibían su pago en el sótano. Jamás veían o subían más pisos. No era necesario –decía Simmons- A veces, si los rusos estaban de buenas les obsequiaban pedazos del metal nuevo para que lo vendieran.

-Así dispersaban la ubicación de la fábrica –convino Bruce.

-Listos, muy listos.

-¿Algún amigo tuyo ha desaparecido además de Josh?

Al se giró apenas, alzando su rostro hacia él con una media sonrisa al escuchar que recordaba el nombre de aquel vagabundo querido que había perdido.

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