El último beso

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Miró su rostro, era lo más difícil que jamás había hecho. Sus manos temblaban y su corazón comenzaba a desbordarse.

El rostro de su amada estaba contraído por la preocupación, sus cansados ojos denotaban lágrimas secas, su dulce olor a café la acompañaba a todas partes, como siempre. Era demasiado para él. Tenía que despedirse de ella, decirle lo mucho que la amaba, que no dejaba de pensarla, que no quería dejar de sentirla, que sentir sus caricias era su paraíso y escuchar sus fantasías era lo que le alegraba el día.

Ella era todo lo que tenía, aparte de miseria. Era lo único que lo mantenía con vida, pero estaba cansado y eso nublaba sus pensamientos.

Quiso decirle todo lo que pensaba de ella, que lo detuviera, que le dijera que ella siempre estaría ahí, pero no podía ser así de egoísta.

"Ya no te amo" pronunció al mismo tiempo que sentía su corazón romperse y los ojos de la chica demostraban el dolor que reposaba en su pecho. Aquella mirada que sus ojos verdes favoritos le dieron lo perseguiría hasta la muerte. Y así fue.

Ella rompió a llorar, lo golpeó, le dijo lo cobarde que era y él estuvo de acuerdo. Sólo la miró y sonrió con tristeza, no lo resistió. La atrajo hacia sí y la besó. 

Un beso triste.

Un beso con sabor a sal y amargura.

Un beso de despedida.

La despedida más difícil de su vida. 

Luego de eso, tocó los labios de lo quién pudo ser su futuro, dio la vuelta y salió.

Con el pecho contraído pensó en su amada y se arrojó a los brazos de la muerte.




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Algunos de mis poemas-o intentos de éstos- tienen en común cosas que son parte de mí. Son para alguien que amo con mi vida, pero por las cosas de la vida ya no está acá. Y quiero dedicar este capítulo a quien fue mi pasado, mi presente y seguirá siendo mi futuro. Descansa en paz, cacahuate mío.

Noches AgriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora