HenXi tenía ocho años cuando la señora Kim, después de un angustioso y larguísimo alumbramiento, tuvo por primera vez en sus brazos a su primer hijo, Min Seok, al hijo varón Kim; a esa tierna edad no son muchos los recuerdos que se guardan, pero para HenXi, la primera visita a la residencia Kim después del nacimiento de MinSeok, es un recuerdo imborrable.
Un recuerdo que se arraigó en su memoria con una fuerza corrupta que pasó desapercibida para su inocente mente y no fue más que notada por la otra Kim, SaEun, pero que con tan sólo seis años, ella no tenía ni la malicia ni la sensatez de mente o el sentido común para verlo como algo malo.
Para Hen Xi, MinSeok era una bola de pálido rosa, con cabello muy negro y mejillas muy grandes, con demasiadas prendas envolviéndole y demasiada gente a su alrededor queriendo llamar la atención de tan pequeña criatura; y quizá fue el hecho de que MinSeok hubiese preferido abrigar con sus delicadas y suavecitas manos uno de los dedos de HenXi en lugar de los dedos de todas esas personas, lo que hizo el recuerdo tan valioso e imborrable.
MinSeok le había preferido a él, por sobre todos esos adultos con palabras mimosas y adulaciones derrochadas, le había brindado su calor y ofrecido su atención con tanta dulzura cuando su mismo padre le había olvidado por estar ensimismado observando a tan angelical recién nacido.
Y le siguió prefiriendo en las dos siguientes visitas que hizo el señor Lu a la familia Kim, siempre siendo secuestrado uno de sus dedos en la suavidad de las pequeñísimas manos, siendo observado por esos ojos demasiado oscuros entre esas mejillas demasiado grandes.
Sin embargo, en la primera visita que hizo la familia Kim, después de cumplida la dieta de la señora Kim, a la residencia Lu, la preferencia de MinSeok se vio ofrecida al más joven Lu, a LuHan, a aquel que siendo su hermano, a HenXi no le interesaba en lo absoluto, nunca encontraría en esa fastidiosa criatura todo el encantamiento hallado en MinSeok.
Su hermano menor, en la mente inocente de HenXi, no era más que otra bola como MinSeok, pero más flacucha y muchísimo menos bonita, ni siquiera era rosa, era roja, rojo feo, y HenXi nunca entendería el por qué los ojos grandes y curiosos de MinSeok se fijaron en eso.
HenXi ya no sería más el favorito, pues toda esa atracción lógica y común que sienten los bebés por otros bebés, fue prontamente avivada por ambas madres orgullosas, que les hacían dormir en la misma cama, y ser partícipes de las mismas lluvias de mimos. HenXi aún seguía logrando la atención de MinSeok pero era Han quien se la arrebataba, por cada sonrisa lograda en MinSeok a causa de HenXi, Han intentaba y lograba muchas y muchas más, y poco a poco, HenXi no tuvo más remedio que mirar desde lejos como un bebé le era superior sólo por el hecho de ser bebé.
No obstante, el saberse el primero en ser preferido, el recordar que fue el quien tocó primero a MinSeok, el primero en conocerle, fue la constante calma para su envidia, haciendo cada vez más valioso su primer recuerdo de MinSeok, más imborrable; y no podía enojarse porque por suerte SaEun estaba allí para hacerlo sentir mejor.
La fastidiosa niña que no le gustaba a ninguno de sus tutores, que le hacía bromas a los adultos y que prefería salir a escarbar y ensuciarse cual niño que no era, le brindaba tranquilidad cuando los Kim debían marcharse de la residencia Lu para no seguir avergonzándose por la niña y los Lu no soportaban la niña por mucho tiempo en la casa Kim como para alargar las visitas.
Ninguno de los señores Kim, ni siquiera los propios Lu, percibieron tal atracción de HenXi, tan educado y perfecto, por MinSeok, quizá alguna vez advirtieron la delicadeza en su trato para con la criatura o su absoluta preferencia hacia el cachetón por sobre su hermano, pero nadie podía predecir que fuese más allá de sentimientos comunes de niño.
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Atracción y Enamoramiento[XiuHan/LuMin - SeTao/TaoHun]
FanfictionEsta historia ya se encuentra en Amor Yaoi, sólo la estoy subiendo aquí mientras le hago unos ajustes ortográficos y escenográficos. La fuerza de las sensaciones y la ansiedad les obliga a consumar actos que, para su época y posición social, se cat...