La primavera, de algún modo, se sentía intensa y pegajosa, había cierta sensación de calma casi pasmosa, días diluidos en la alegría del cantar de los pájaros, flores brotando en ritmo armonioso, árboles en verde esplendoroso y brillante luz solar cubriendo sin envolver.
En Oxford, tal primavera se vivía con la ansiedad de tener algo nuevo que contar, un suceso que comentar, algo que discutir; para la saciedad de las gentes, los jóvenes en el pueblo eran de constante noticia, cada día había un hecho curioso, algo distinto, no necesariamente interesante, pero cumplía la función de poder comentarse.
Un hecho que causó gran alboroto fue la salida a toda marcha de un apresurado joven Huang, cogiendo la carretera en potente galope, probablemente con rumbo a las costas o a Bath, muy poco revelaron los Huang. Fueron días en que se notó la ausencia de la polvoreada que solía dejar en sus constantes paseos.
No fue mucha la transcendencia que se dio al asunto pues las visitas de los jóvenes a otros jóvenes eran como quehacer diario, siendo usual las reuniones en la residencia Lee, hacia donde la mayoría del tiempo se desplazaba un encantador joven Kim y un maravilloso joven Lu, un sofisticado Wu y un serio joven Oh.
Tanto MinSeok como LuHan llevaban dos semanas en el pueblo, sin ninguno haberse retirado, paseando con lento deleite por los alrededores del pueblo y mostrándose benevolentes con todas aquellas muchachas que con amor arrebatado les admiraban, muy pocas eran las que se acercaban a los bellísimos jóvenes pero con el placer de poder mirarles, saciaban años de no haberles visto tan constantemente por las calles de Oxford.
Por otra parte, el joven Oh no era precisamente la bondadosa alegría tomando forma de persona, pero era a él que más le afectaba aquel misterioso y rápido viaje de ZiTao, había muchas cosas arrobando su mente, como la postergada visita de HenXi, pero era el haber tenido una pausa en su naciente amistad con el Huang, lo que más enajenaba su espíritu, dejando otros temas en el olvido, de donde nunca debieron haber salido, sólo como humo sin fuego.
A SeHun no fue mucho lo que le duró el estado de semblante taciturno, la llegada del Huang se dio pronta, siendo tan anhelada, como inesperada su ida; no fue mucho lo que tuvo que esperar para sonreírle de frente, el muchacho hizo su visita en la residencia Lee, a la hora siguiente de poner un pie en Oxford.
Precisamente era allí donde estaba el Oh, siendo el horario y ambiente propicio para que también estuviesen todos los demás jóvenes, desde las damas dándose un fantástico concierto, hasta los caballeros que habían preferido observar las suaves siluetas tomar forma en una pintura que MinSeok estaba haciendo, siendo el Lu un excelentísimo modelo.
-¿Cuán deseoso debía estar de verme? Ha venido casi corriendo hacia mí, debería correr a mis brazos de una vez- El primero en saludarle fue un enérgico BaekHyun hablando lo más engreído posible.
-Señora Byun, creame usted que su esposo es la última persona que quería ver, para cachorros ya vi unos en mi casa- Huang dijo en tono solemne y rechazó ser acogido por los brazos abiertos de BaekHyun, causando su indignación y la risa de los otros que le recibieron con amables saludos.
-¿Acaso me rechaza? Debe ser difícil para usted disimular cuanto me ama-
-Sería dificilísimo, pero no veo por qué yo le amaría, sigo preguntándome que vio TaeYeon en usted- BaekHyun fingió sentirse gravemente herido y TaeYeon dijo no tener la mínima idea, propuso que fuese alguien como el señor Park que hablase de ello, pero la entrada de una criada en la sala no permitió continuar con la conversación tan abiertamente.
ZiTao tímidamente dejó que los ojos que tan perpetuamente le seguían desde que entró a la sala y se acomodó en el sofá, se conectaran con los suyos, sus pensamientos de que quizá estaba molesto aquel joven de pulcra cabellera rubia se esfumaron con los labios estirándose en una sonrisa, brillante y sincera.
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Atracción y Enamoramiento[XiuHan/LuMin - SeTao/TaoHun]
FanfictionEsta historia ya se encuentra en Amor Yaoi, sólo la estoy subiendo aquí mientras le hago unos ajustes ortográficos y escenográficos. La fuerza de las sensaciones y la ansiedad les obliga a consumar actos que, para su época y posición social, se cat...