Primera Parte // Capítulo 3

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«Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto.»

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*flashback*

-¿Estás seguro de que es aquí? Parece bastante...tranquilo. -Era viernes y estábamos llegando a donde, según Sebastián, nos habían prometido una de las mejores fiestas del año.

-Yo opino que una vez más, Sebas nos ha traído a una de las fiestas más aburridas de la historia. Felicitaciones, otra más para tu lista. -Katherine se recostó en la parte trasera de una camioneta negra aparcada en el gran estacionamiento del edificio donde era la fiesta mientras reía de lo que acababa de decir Elsa. A decir verdad estaba repleto de autos, pero no se escuchaba ni un alma, solo nuestros pasos al caminar y los reclamos usuales de mi mejor amiga.

-¿Siempre tienen que ser tan negativos cuando intento hacer algo por nuestro entretenimiento? Miren que espero no ser el único que recuerda como Elsa fue precisamente quien nos llevó a esta fiesta súper woah, que terminó siendo la comunión de su primo, en la que ni siquiera podíamos beber alcohol sin estar escondiéndonos en el baño cada cinco minutos.

-Es hora de que dejes eso atrás, además lo hice a propósito, solo que tú eres el único que se creyó la mentira. -Contestó mientras le daba la espalda para imitar la posición de Katherine.

-Sí, ¿O no notaste que eras el único que no estaba vestido de acuerdo a la ocasión? -Reía Bruno.

-Fue bastante gracioso como llegaste esperando la fiesta del año, tu cara de confusión no tuvo precio. -Decía Ginger.

Yo también me uní a las risas por un momento, aunque no me gusta que maltraten a Sebastián por haber cometido algunos errores en el pasado. Sin embargo tampoco me emociona la idea de no escuchar voces, o música, o si quiera sentir un leve olor a cigarrillo.

-Bueno, basta. ¿Podemos entrar a la mega fiesta que nos está esperando? Tengo una baja de alcohol que necesita ser atendida. -Dije para terminar la discusión, y no era mentira, extrañaba el adormecimiento que sentía en todo el cuerpo cuando el alcohol poco a poco se apoderaba de mí. Lo quería sentir cuanto antes, y esta supuesta fiesta no me daba buena espina.

Cuatro horas después todas las dudas dejaron mi cabeza.

-¡Esta es la mejor fiesta del mundo, gracias por invitarnos, te amo! -Escuchaba a Elsa gritarle a Katherine, quien seguía sin entender nada porque la música estaba muy alta, pero la abrazaba de todos modos.

-Me fascina como la invito a un lugar en el que no podría pasarla mejor y el crédito se lo lleva alguien más. -Dijo Sebas mientras se sentaba a mi lado. Yo estaba recostada a una pared, en el piso. Ya había tenido suficiente de bailar y hacer el ridículo por las tres horas correspondientes, tocaba mi hora de descanso.

-¿Hora de reflexión? -Me preguntó mientras me tendía su brazo con un vaso rojo, que imaginaba estaba lleno de algún licor, con algo más para suavizarlo.

Vienna {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora