Sexto.

167 34 26
                                    

Baekhyun alza la mirada, tan sólo para encontrarse con la de su compañera de trabajo, SooMin, con quien se encuentra en una cita un día sábado, a las tres de la tarde, con un clima frío que obliga a nublarse al cielo, un día perfecto para pasarlo encerrado en su habitación, tomando café, mientras observa por la ventana el mismo cielo, esperando ansiosamente la lluvia...

—Entonces —reanuda la conversación la chica, luego de que permaneciese callado—, me preguntaba si tú sentías lo mismo por mi, y si podríamos tener algún tipo de relación más allá de la amistad...

—Lo siento —se adelanta Baek—. No puedo tener una relación ahora.

—¿Por qué? —inquiere la chica.

Entonces, Baekhyun se muestra incapaz de dar una respuesta, por el simple hecho de que ni siquiera él sabe por qué. Por qué se niega a dar un paso adelante, a permitir que lleguen a su vida cosas o situaciones nuevas. Por qué no quiere moverse de dónde se ha quedado estancado desde que... Sí. Baekhyun ahora lo sabe, sabe desde cuándo ha permanecido en el mismo sitio, y lo recuerda con exactitud...

—Flashback—

Los días corrían. Baekhyun cada vez más enamorado de su mejor amigo, sintiéndose correspondido de vuelta. Las sonrisas abundaban sus momentos, su tiempo juntos. Cada roce de sus manos, o bien, cualquier parte de su cuerpo que les estremecía y alocaba sus sentidos, asimismo, cada beso inocente, robado o pedido mediante palabras mudas, esas que existían y con las que se comunicaban cada vez que sus miradas se encontraban y se mantenían fijas una sobre la otra. Los susurros al oído que con su sutileza penetraban sus corazones y dejaban una marca más, un recuerdo, un sentimiento, que se añadían al montón que habían ya, que habían ido creciendo junto a ellos, desde su infancia.

Las horas que pasaban separados pese a los estudios en la universidad, recién comenzados, no importaban, porque valían más los cortos, pero largos segundos que duraba un abrazo al encontrarse posterior a sus clases. Porque un minuto teniéndose de esa manera, o en la habitación de alguno de los dos, recostados en la cama, abrazados, compartiendo calor, era como pasar una hora juntos. Sin necesidad de palabras, o frases, tan sólo el hecho de poder tenerse frente a frente, mirarse y sonreír por su causa, lo valían todo.

No obstante, nunca es permitida tanta perfección en la vida de alguien, que el mundo siempre envidiará el amor profundo que se tienen dos personas, y por ende, a base de dicha envidia, acaba con las relaciones; o al menos así lo pensó Baekhyun cuando Chanyeol le informó que sería enviado de intercambio al extranjero, que le iba a dejar. Porque no importaron las maneras que utilizó el más alto para tranquilizarle, diciéndole que sería por un corto plazo que ni siquiera llegaba al año, Baekhyun continuaba pensando con fervor que, a partir de ese momento todo cambiaría.

Ellos siguieron viviendo como siempre sus días juntos, aunque Baekhyun siempre lloraba por las noches, aterrado por ese día en el cual se despediría de Chanyeol. Él pudo darse cuenta de que lo hacía y, como siempre, intentaba calmarle y hacerle sentir mejor con palabras que Baekhyun veía como falsas. Porque, simplemente, su personalidad pesimista no le permitiría pensar nada más que lo peor, y por eso, cuando dicho día llegó, se despidió con tan sólo un gesto con su mano y una sonrisa fingida.

Chanyeol se fue.

Sin embargo, Baekhyun pudo vivir con eso toda una semana, quizá dos, o tres, quizá un mes, o varios, porque aún había comunicación vía mensajes de texto. Mas, con el pasar del tiempo, esta relación, poco a poco, fue desvaneciéndose. Chanyeol se mostraba indiferente en las llamadas, mensajes y videollamadas. No era el mismo. Ya no decía todas esas estupideces para hacerle reír, tampoco se esforzaba mucho por que la conversación no se tornase aburrida, y el tiempo por el que charlaban cada vez se volvía más corto, y entre más lo hacía, más eran las excusas... Y a partir de entonces fue que Baekhyun desistió, ya no podía vivir con una situación así ni un sólo instante.

Aún así, ni siquiera fue él mismo quien terminó todo, sino Chanyeol. Dejándole en el olvido desde aquel día de enero, en el que Baekhyun no volvió a recibir un mensaje, o llamada de su mejor amigo, de su amado...

Inicialmente, podía comprender que quizá estaba muy ocupado estudiando, que la forma de evaluar en las universidades extranjeras eran distintas a las de su país, que eran más extrictas, ¡quién sabe! Baekhyun excusaba a Chanyeol pasase lo que pasase, porque no quería caer en la dolorosa realidad, y percatarse de que el pelinegro alto había decidido de forma definitiva marchar por rumbos diferentes, tomar nuevas decisiones que le llevasen a un nuevo futuro, uno en el que, claramente, ya no había lugar para él.

Desde entonces, no había día en el que Baekhyun no llorase y escribiese nuevas letras a base de sus lágrimas, no había día en el que, al atardecer, luego de sus clases fuese a SU parque, en donde, en cada hoja de los árboles, se reflejaba como un espejo un momento de los muchos que vivió con él ahí. No había día en el que Baekhyun no enviase un nuevo mensaje a Chanyeol a pesar de saber perfectamente que no los leería. No había día en el que Baekhyun dejase de pensar en él, y en todo el amor que siempre quiso entregarle.

—Fin flashback—

Baekhyun alza la mirada después de que esta se hubo perdido en la taza de café, ya frío, por unos minutos.

—Porque estoy a la espera de alguien muy importante para mi —contesta al fin, y posterior a una reverencia de despedida, se levanta de su asiento y da la vuelta.

Al estar fuera de la cafetería, mira hacia arriba y esboza una sonrisa, suspirando de modo profundo y tranquilo, aguardando sus manos en los bolsillos de su abrigo antes de dar marcha en dirección a su apartamento. Y cuando está en éste, se encierra en su habitación, se deshace de su abrigo y se echa en su cama para refugiarse en sus sábanas. Entonces, advierte sobre el pequeño retrato con una foto de él, al lado de Chanyeol en su adolescencia, y la sonrisa que durante el camino a casa se borró, reapareció, y en un parpadeo una gota de lamento escapó de sus ojos a pesar de estar sonriendo, y susurró:

—Estoy esperando por ti, Chanyeol-ah.

Recuerdos. (ChanBaek/BaekYeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora