1. La peculiaridad

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Peige era un as de la investigación e información, un talento oculto entre muchos ellos que tenia. Un día como otro cualquiera Peige llegó a casa a las diez de la noche y, como era de costumbre cuando llegaba tarde, subió silenciosamente las escaleras que llevaban a su cuarto. En ese intervalo de tiempo entre que cerraba la puerta de la entrada y subía las escaleras, escuchó unas palabras detrás suyo que hicieron que se sobresaltara de tal manera que dejó caer una fotografía de cuando ella era pequeña, detrás de esa fotografía había una carta de la que ella jamas se había percatado. Subió corriendo a su cuarto a leer dicha carta misteriosa, se sentó en su escritorio, encendió la luz de sobremesa y empezó a leer. Con letras grandes estaba escrito un nombre, se leía con dificultad pero algo se entendía, al leer ese nombre supo que no lo había escuchado ni visto nunca pero le daba la sensación de si haberlo hecho. No quiso saber mas de la carta, la escondió en uno de los cajones de su escritorio y se fue directa a la cama.

Pasó toda la noche en vela, esa carta había dejado un enigma sin resolver que no dejaba de dar vueltas en su cabeza. Ya eran las doce y ella seguía sin poder dormir, decidió levantarse y leer esa carta. Empezó a leer pero con dificultad por la antigüedad del papel y la tinta, estaba relatada la historia de una mujer a la cual estaba acusada de ser una bruja, era una historia que se databa del siglo XVII en Salem. El nombre de esa mujer estaba borrado de la carta, pero decía que ella ciertamente era una bruja y que estaba enamorada de un vampiro que la dejo embarazada. Esa mujer fue ahorcada y quemada como bruja pero que su marido, el vampiro, se quedó con la preciosa niña mitad bruja mitad vampiro. El padre utilizó uno de los conjuros de su mujer para dormir a la niña durante siglos. En el siglo XX, el vampiro dejó a la niña, ya despierta, en un orfanato. Ahí acababa la carta que, mas bien, parecía un diario muy, muy antiguo. Después de leer la carta se fue a la cama pero, sin saber que hacer, seguía sin conciliar el sueño.

El resto de días durante una semana fueron distintos, Peige no dejaba de pensar en esa historia y eso hacia que se marginara a ella misma, pasaba todo su tiempo libre en la biblioteca buscando información sobre la mujer, el bebé, el vampiro y todo lo relacionado con esa carta. Su novio ya la había dejado y se había ido del equipo de animadoras para tener mas tiempo para investigar. En casa era mas de lo mismo, llegaba y subía a su habitación con el laptop para seguir. No dormía. No tenía vida social. Lo único que hacía era leer e investigar esa carta repetidamente.

Ya llevaba tres días así y sabía que por mucho que investigara no llegaría muy lejos sin nombres así que dejó a un lado, durante un día, los libros y empezó a investigar en su propia casa. Buscaba en fotografías, marcos, cuadros, documentos... Pero la única cosa que tenía era la foto donde encontró la carta, su foto. Sus padres llegaron sobre las ocho de la tarde y Peige les estaba esperando con su fotografía en la mano pensando en la carta y en porque estaba detrás de su foto, pensaba en todas las posibilidades pero había una posibilidad que ya había contemplado que rozaba con otra pero que era completamente imposible, ese pensamiento era que ella fuera el bebé de la carta pero no lo podía ser, no lo era. La otra idea que rozaba la anterior era la de que fuera adoptada y que esa carta era algo relacionado con ese orfanato y no con ella. Cuando sus padres llegaron lo primero que vieron fue a su hija por primera vez en tres días fuera de su habitación y lo primero que soltó Peige fue;

—Soy adoptada?

La segunda persona en hablar fue la madre. —Cariño, siempre serás nuestra niñita...

— Entonces, es verdad?

—Como lo has descubierto?— Quien habló esta vez fue el padre preocupado pero vio la imagen que tenia la niña en la mano le llamó la atención.

—Has descubierto la carta?— Dijo el padre.

—Si pero, quiero saberlo todo sobre eso— Respondió Peige.

—Antes queremos que sepas que siempre serás nuestra hija, pase lo que pase. Tu padre y yo ya estábamos casados y dispuestos a tener hijos pero al intentarlo el doctor nos dijo que seria imposible. Encontramos un orfanato donde te vimos a ti. Eras tan pequeña e indefensa que te adoptamos, cambiaste nuestras vidas. Antes de adoptarte pedimos toda información sobre ti, como llegaste, tu salud, tu edad, tu nombre... Todo, y ellos nos dijeron que en una noche te dejaron en la puerta con un collar y una pagina arrancada de un libro antiguo. Tu salud era excelente, dijeron que solo tenias aproximadamente entre diez y doce meses y que habías nacido el 12 de julio. No tenían ni idea de tu nombre así que Peige te lo escojimos nosotros.—

—Entonces, la carta solo es una pagina arrancada de un libro antiguo?— Dijo Peige aliviada.

—Si

—Y el collar con el que me encontraron?

—Dicen que era un guardapelo en forma de corazón plateado con un rubí granate en el medio pero, se perdió en el orfanato.

Con los ánimos por los suelos al saber que era adoptada y que no podría resolver ese misterio que no la dejaba vivir, Peige subió a su cuarto y se dispuso a dormir pero escuchó una notificación de mensaje que provenía de su portátil, leyó el mensaje que la citaba el día siguiente en la biblioteca, aunque en el paso de esos tres días, ir a la biblioteca no era tan inusual...

Espejismo (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora