Capítulo 3: ¡No quiero cambiar!

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Sábado 10:07 a.m. en la cabaña del misterio

La luz atravesaba con fuerza los vidrios de la pequeña ventana que alumbraba el cuarto con su luz. En la cama de la izquierda, un joven chico luchaba por mantenerse en su cama apenas unos segundos más tratando de disfrutar de las horas que podía dormir. Haciendo un gran esfuerzo, logró levantarse mientras frotaba con fuerza sus puños cerrados sobre sus frágiles párpados al mismo tiempo que bostezaba.

Entró en el baño para darse una ducha y despejar sus pensamientos, abrumados de la noche anterior y todavía revueltos en su cabeza. El sonido del agua cayendo sobre los fríos azulejos del baño resonaba en sus oídos, entremezclándose con la profunda sensación de decaimiento que arrastraba consigo.

Cerró la llave del agua y se vistió rápidamente con la esperanza de encontrar el desayuno hecho y encima de la mesa.

La cara sonriente y emocionada de su hermana, interrumpió repentinamente la caída libre de emociones que abordaban su pensamiento enturbiándolo.

Mabel: ¿Qué tal has dormido hermanito?

Dipper: Bien... [sabía que eso no era verdad, pero no quería preocuparla]

Mabel: No te olvides de lo de la fiesta de esta noche

Dipper: ...

Mabel: ¿Te pasa algo hermanito?

Dipper: No [secamente]

Mabel: De acuerdo...

Se hizo el silencio y Dipper se marchó caminando lentamente por el suelo de parqué y posteriormente subiendo las escaleras.

Al llegar arriba entró en el baño y echó el seguro de la puerta. Se arrimó a la pared y arrastró lentamente la espalda por ella produciendo un angustioso chirrido. De repente unas agrias y gruesas lágrimas resbalaron por sus mejillas y Dipper rompió a llorar en silencio. Unos interminables instantes pasaron y lentamente, fue volviendo en sí y mirándose al espejo mientras se secaba las lágrimas con su brazo.

Dipper: ¡No quiero cambiar!

Xxx: ¿Por qué lo dices Pino?

Le pareció oír un leve susurro.

Solo eres mi sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora