Capitulo 1

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Era un día nuevo para uno de los más grandes informantes de Saitama, como extrañaba decir el nombre de su cuidad...pero mencionarla le causaba nauseas y dolor, mucho dolor. El gran informante procedió a sentarse, pero una gran punzada en la parte media de su espalda lo hizo retorcerse del dolor, aun dolía a veces y eso lo ponía molesto e incluso lo hacia sentirse débil; en su rostro el dolor y el cansancio debido a la falta de sueño (y a una mala posición al dormir) se reflejaban en su hermosa y pálida piel de porcelana. Con cuidado el informante alcanzo su odiosa, pero útil silla de ruedas, una vez en su silla el golpeteo de su puerta hizo eco en su habitación.

- Izaya, estas despierto ya? –la voz de un hombre menor que el se escucho del otro lado de la puerta.

- Hotaku-kun~ puedes pasar –la puerta se abrió dejando ver a un apuesto hombre de cabello castaño, alto, ojos de color verde esmeralda vestido con un fino traje blanco, una camisa negra y una elegante corbata roja.

- Por un momento pensé que seguirías durmiendo.

- Con que hoy es roja~ -el informante avanzo hacia su baño construido especialmente para el en su dichosa silla.

- Ah, hoy tenia ganas de ir con este color –el hombre siguió al informante sin pudor.

- Me gusta más cuando usas esa verde que combina con tus ojos~ -su tono era coqueto y cargado de burla.

- Pffff! Bueno es que hoy quería que combinara con ese par de hermosos ojos rojos que tienes amor mío.

- Hotaku-kun! –el informante poso su mano en su frente de forma dramática –tus palabras hacen que mi corazón lata de emoción~

- Que puedo decirte...amo tu apestoso olor por las mañanas~ -el castaño abrió la llave de la tina –necesitas ayuda Mon Chéri~ -dijo con burla el castaño.

- Lo siento, pero mi corazón y alma le pertenecen a esta tina~

- Hoy amanecimos de buenas, no? –el castaño dejo la toalla y ropa para el informante a su alcance.

- La verdad es que siento que mi espalda se rompe así que ve a prepararme morfina y un desayuno digno de un Dios.

- Si, si, si mi Kamisama Izaya –el castaño estaba apunto de salir del cuarto cuando paro en seco –de verdad no necesitas ayuda si tienes dolor?

- Hotaku-kun siempre tan considerado~ -el informante se despojaba de su camisa para dormir y de sus pantalones aunque eso le causara dolor –estoy bien no soy una damisela indefensa –dijo con un tono más serio y algo molesto.

- No dudo de eso Izaya...pero sabes que me intereso por tu bienestar.

- Descuida...ya no hay nada que equipare este maldito dolor que cargo...así que vete y hazlo que te dije! –el informante estaba enojado y arto de ser considerado un ser débil e indefenso.

- ...no se puede discutir contigo, señor terquedad –el hombre abandono la habitación cerrando la puerta tras de si.

Al fin solo el informante se sumergió en la tina con cuidado, estaba ya acostumbrado a hacer todo sin el uso de sus piernas, y es que ya habían pasado 3 años desde aquel evento donde abandono todo, su trabajo, sus clientes, el Awakusu-Kai, sus amados humanos, Dotachin, la ayuda de Shinra y Celty, a la bestia y a sus hermanas...aunque a estas ultimas no debería contarlas, ya que a los 6 meses de haberse ido ellas lo encontraron (por una mera casualidad) en el hospital y en esa dichosa silla de ruedas. Prometieron no decirle a nadie y claro que era cierto por que nadie había venido a buscarlo ni habían intentado contactarse con el, eso lo alegraba pues había podido hacer su amado trabajo de nuevo en otra ciudad con un apodo para despistar a los curiosos y al fin había encontrado a su "perro-secretaria" que seguía sus ordenes casi incondicionalmente!.

Su amado humano Aoyama Hotaku el único que decidió quedarse con el aun sabiendo de que trataba su trabajo y sus artimañas...incluso cuando se había enterado acerca de su pasado, el aun estaba a su lado. Debía admitir que sin aquel humano muchas cosas hubieran salido mal en más de una ocasión y eso era algo que no podía volver a repetirse ni permitirse. El informante bufó molesto ante la cruda verdad que el ya había asumido hace un año y medio...Hotaku se había convertido en su cable a tierra, en su pilar más importante en su vida, inclusive sus hermanas admiraban y tenían estima hacia aquel hombre que no solo se encargaba de mimarlas, cuidarlo a el y seguirle el juego en muchas de sus situaciones "extrañas". Aburrido de reflexionar sobre su vida el informante salio con cuidado de la tina, se sentó en el inodoro para secarse el cuerpo, se puso cada una de sus prendas y volvió a sentarse en su dichosa silla. Salio de su cuarto para encontrarse con un desayuno completo ya listo y delicioso.

- Vaya~ esto es un festín –dijo con burla el informante.

- Come y calla –el hombre tomo unos papeles que estaban en el escritorio –ya tengo todo lo que me pediste.

- Eh? Tan rápido...aun hay tiempo –el informante comía con calma sin interesarle mucho los papeles.

- Supuse que lo olvidaste y por eso hoy debemos entregar todo –dijo el castaño con burla.

- ...-el informante miro el calendario que estaba en la cocina y se llevo la mano a la frente –pensé que faltaban dos días...

- Pues haz estado tan en las nubes que no me impresiona que no lo recordaras, pero puedes agradecerme invitándome hoy el almuerzo y claro yo escogeré donde comeremos –pronuncio con malicia el castaño.

- Te odio...

- También me amo, gracias

- Ugh... -el informante se acaricio la sien con los dedos.

- Mañana llegaran y debo tener todo preparado así que entreguemos estas cosas rápido –el castaño lo miro tratando de adivinar que era lo que el informante estaba pensando o sufriendo.

- Lo se...hay que llamar a esa pastelería y ver si el pedido que hice se esta realizando.

- Lo haré más tarde por ahora arréglate para irnos de una buena vez.

- Si, si, si~ no te molestes mamá~

La tarde paso "tranquila" entregando información y ganando dinero cosa que al informante le encantaba a más no poder, hizo llamadas para confirmar su asistencia, asegurarse de que las cosas estuvieran preparadas y así las horas para el informante pasaron tan rápido que se quedo dormido en el auto en el trayecto de vuelta a su hogar. Su fiel compañero lo saco en brazos para dejarlo en su cama, sabia bien que el informante había estado mal este ultimo tiempo y se negaba a ver a un doctor, y finalmente el cansancio había vencido al informante.

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Todo iba bien o eso pensaban las gemelas, sus maletas listas, muchos regalos de parte de ellas y sus padres, dinero por si las dudas, celulares cargados para el largo viaje y todo el animo del mundo. Pero, todo esto se esfumo en un segundo...un segundo donde 3 personas se encontraron con las gemelas en el vagón del tren, no había problema por dos de ellas...pero el problema era la tercera persona. Aquel hombre alto, de gran fuerza, con cara de pocos amigos y rubio quien estaba haciendo un viaje para "relajarse", las gemelas siempre habían temido que fuera a Saitama y ahora su peor pesadilla se volvía realidad. De alguna forma la mayor "esquivo" a sus acompañantes y pudo enviar un mensaje de precaución a aquel castaño, debían mantenerlo a salvo, no podían perderlo, no podían dejar que el cayera fondo otra vez, esas 3 personas estaban decididas a arriesgar todo por una sola persona: Orihara Izaya.


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Chan chan chan!!!! 

Qué les parece? queria relatar un poco la vida de Izaya sin Shizuo....y claro ahora nuestro rubio se acerca peligrosamente hacia el informante~

Tralalala!

Pankesito~

Qué ha sido de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora