7:30 am.
Suena el despertador, mis ojos se abren, mi mirada está hacia el techo, borrosa, perdida.
Me siento en la cama, y comienso a observar el pequeño buró en donde estaba la hoja con la direccion. Lo que había pasado invadió mi mente en segundos.
Me metí a la ducha, una larga y pensativa ducha, aquel suceso no dejaba de pasar por mi mente. Salí de la ducha, y me puse ropa limpia, tome mis cosas, algo de dinero, la direccion y salí hacia haya.
Estaba otra vez ahí, frente a la casa donde posiblemente estaría esa persona que tanto eh buscado, por mi mente pasan muchas cosas, por mi cuerpo, nervios y un frío escalofriante que invade mis piernas y mis manos.
Me arme de valor, me dirigí hacia la puerta, y toque dos veces, separadas por un largo tiempo, justo cuando me di por vencido, y estuve a punto de marcharme, la puerta se habrió, sentí como aquel frío se convirtió en calor, sentí como de forma inmediata sudaban mis manos, por verla, por sentirla, por abrazarla. En la puerta estaba una mujer unos 3 años mayor que yo, esperando a que yo dijera una palabra, al ver que de mi no salía palabra alguna, pregunto
-¿Puedo ayudarle en algo?
Con una voz nerviosa y tartamudeando respondi.
-Busco a una persona.
Ella estaba con una cara de sorprendida, y no sabía que responderme.
No sabia que decirle, las palabras empezaron a salir de mi boca, y en ese momento no controlaba nada.
-No se su nombre, pero la conocí en un hospital, hace unos días, es mas o menos de mi estatura, su pelo es negro...
-Espera un segundo. Me interrumpió, y se metió hacia la casa.
No necesite decirle nada más, creo que había llegado a la dirección correcta, mi tiempo de espera para volverla a ver había terminado.
-Ehhh, quieres pasar, en un momento sale. Me dijo.
-Prefiero esperar aqui. Conteste.
-Esta bien. Respondió.
En varios segundos, se habrio la puerta, lentamente, ¡Era ella!, ahí estaba, su pelo, su dulce cara, su sonrisa, joder su linda sonrisa, una explosión dentro mi, un gran festín, y ella un poco impactada al verme ahí.
-Hola. Dijo con un tono de voz nervioso.
-Ho-la, respondí separando sílabas y nervioso.
Estuvimos mirándonos a los ojos unos segundos, no me gusta que me miren a los ojos, siento que es mi debilidad, es como si quisieran ver más haya de mi, como si indagaran mi alma e isieran un descontrol en ella.
Baje la mirada y rompí el silencio.
-Al fin te encontré.
-¿Por que lo hiciste? Me preguntó.
-Cuando me interesan las personas, lo hago.
No dijo nada, sólo sonrió.
-Ehh, podemos salir a caminar. Fue lo único que se me ocurrió decirle en ese momento.
-No acostumbro a salir con desconocidos. respondió.
-Christopher, 17 años color favorito el verde. Le dije soltando una sonrisa
Soltó un carcajada y me dijo sarcasticamente.
-Siento que ahora te conozco muy bien, vamos.
La detube y le respondí:
-Lo siento, yo tampoco salgo con desconocidas.
-Pues tendrás que hacerlo, no acostumbro a dar mis datos a la primer persona que toca mi puerta y me ofrece salir a caminar. Lo dijo con una gran sonrisa en su rostro.
Vaya respuesta, al pareser aún seguiría sin saber su nombre, pero almenos algo me hacía sentir mejor, al fin la volví a ver, sabía en donde vivía y eso era señal de que nos estaríamos viendo seguido.
Caminamos mucho tiempo, sin decir una sola palabra, estaba tan relajado me sentia tan bien, sólo intercalabamos miradas, y eso, almenos para mi era una combersacion muy linda.
Se detuvo, se puso frente a mi, y me dijo tristemente
-Debemos regrasar a mi casa.
-¿Por que? Respondí
-Se me hace tarde.
-Pero si apenas y pasa de medio día
-Si, pero ya es tarde. Insistió.
Regresamos a su casa, no me negué en regresar, pues comprendí que talves tenía un compromiso y debía cumplirlo.
Justo cuando estaba a punto de despedirnos, me dijo.
-no te hubieras molestado en buscarme.
-No me molesta. Respondí
-Aún así.
-Ehh, creo que tengo que irme. Le dije
-Esta bien.
Me di la vuelta, di un paso para marcharme y me detuvo
-Espera.
-¿Si? Le dije
-Alison, casi 17 años, color favorito ehh... hizo una pausa... el verde. Cuando termino de decirlo, sonrió al igual que yo. Después continuó diciendo.
-Ya no soy desconocida, ¿Oh si? Respiro profundo, y me abrazo.
No quería soltarla, no quería hacerlo, pero tenía que hacerlo, un momento perfecto, de sólo 6 segundos, practicamente se habían convertido en los mejores 6 segundos de mi día.
Tuve que marcharme. Me dirigí hacia el hospital para ver que novedades había. Y una noticia buena, mi primo ya había despertado del coma. Ya quería verlo para contarle todo. Se que se alegraría por mi.
Lamentablemente no podía entrar a verlo hasta el día siguiente, pero me quedé ahí hasta anochecer, pensando en ella, en su dulce nombre. Que nombre tan bello, casi como ella, un nombre merecedor de tan encantadora persona. Para mi era perfecta. Me encantaba pasar momentos a su lado, me encantaba todo de ella. Completamente todo.
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A La Intemperie...
Short StoryUn adolescente sólo, frío y con un montón de sentimientos ocultos en su corazón. ¿Que pasará cuando se encuentre a su verdadero amor? La historia comienza a partir del capítulo II