— Edgar...
— ¿Mmmm?— Dijo con un trozo de pan en la boca
— ¿Bajo qué circunstancias habríamos sido más que amigos?
— Tori, entre menos sepas de mí, mejor.
— ¿Por qué?, ¿Me ocultas algo?
— Es complicado. —Ésta se había vuelto una frase habitual en él.
— No tendría porqué serlo si me explicas, estoy segura de que entenderé.
Se puso de pie, limpiándose la boca con la manga de su sudadera.
— Mira, por el momento no puedo darte explicaciones que no necesitas. Cuando sea el momento, te lo diré todo, te lo prometo.
Tomé su mano y besé sus nudillos.
— Bien, esperaré. Sabes que podrás contar conmigo, incluso si debo ocultarte de la policía.
Rió sin haber sentido gracia. Mal chiste...
— Tori, no merezco que alguien como tú me quiera.— Soltó sin más.
— ¿Por qué lo crees?, ¿No eres tú el que se la vive diciendo que hay que querernos más a nosotros mismos?
— Sí, pero...
— ¡Pero nada! Eres un chico increíble,¿Cómo puedo convencerte de eso?
— Borrando mi pasado...
— Yo no voy a juzgarte por tu pasado. Eso ya no importa. Mira cómo eres ahora, lo bueno que eres conmigo... Además, tú no me juzgas por quien fui hace unos años, antes de conocerte.
— ¿Hiciste daño a alguien y después te arrepentiste?
— Sí... A mi misma.
Me miró, sabía que no esperaba esa clase de respuesta.
— Edgar, no dudes respecto a si podrías ser suficiente o no para alguien. No para mí, sino para alguien que quieras de verdad.
— Yo realmente te quiero, Tori. Pero por ahora, no quiero perder esto. Todavía no, no podría yo solo.
Ahí estaba de nuevo ese semblante triste que sólo desaparecía pocas veces. Tomé su rostro entre mis manos. Cerró los ojos ante mi tacto.
— No te voy a dejar caer, de la misma forma en la que tú lo haces conmigo.—Le dije en voz baja, abrió los ojos y sonrió, para después abrazarme nuevamente.—¡Ya sé! No hablemos más de cosas tristes... Cuéntame tus secretos más vergonzosos. Déjame conocer una parte más de Edgar.
— Eso no es justo, si te cuento mis secretos tontos, tú lo harás también.— Podía sentir su emoción infantil, como si habláramos del mejor de los juegos.
— Hecho.— Respondí—Pero tú comienzas.
Tomé asiento en el sofá y señalé el espacio a un lado, para que él también se sentara.
— Bien...
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11:11 || Jeydon Wale.
FanfictionLa pantalla del despertador se ilumina a las 11:11 a.m., y su recuerdo me eriza la piel mientras doy un sorbo a mi taza de café. De pronto me veo a mí misma con 17 años, sosteniendo el móvil entre las manos e implorando al universo que él nunca se f...