capitulo 11

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Se levantaron tarde, se vistieron y fueron a la cocina a desayunar. Naruto preparó los huevos con bacon mientras Sakura se encargaba de las tostadas, el té y el café.

Desayunaron sin prisas, dándose a probar las tostadas, ofreciéndose el uno al otro suculentos trozos de bacon y saboreando el té y el café.

Juntos recogieron la mesa, enjuagaron los platos y los metieron en el lavavajillas.

-Hay una cosa que quiero que veas.

Sakura cerró el lavavajillas y se volvió hacia él. Llevaba unos vaqueros y una camiseta negra que le daba el aspecto de un pirata muy atractivo. El estómago le dio un vuelco al ver cómo la camiseta le marcaba los pectorales y la anchura de hombros.

Tenía un recuerdo muy vívido de cómo se había unido a él durante la noche, una y otra vez, en un baile sensual que había sido incomparable.

Naruto se le acercó, le agarró la mano y entrelazó los dedos con los de ella.

-Vamos.

Ella lo miró a la cara y vio la decisión en su mirada. Entonces, soltó una carcajada.

- ¿Puedo preguntar adónde?
Él le dio un beso corto e intenso.

-No -agarró las llaves y se las metió en el bolsillo-. Quiero que sea una sorpresa.

-De acuerdo.

El la miró divertido.

- ¿Solo «de acuerdo»?

- ¿Quieres que discuta contigo?

La sonrisa de él se acentuó.

- ¿Estás muy atrevida, ¿eh?

Ella levantó sus manos entrelazadas y le dio un beso.

-Feliz -le dijo con cariño-. Y muy enamorada de ti.

Naruto hizo una pausa al alcanzar la puerta y la tomó en brazos. Le acarició la sien con un beso y de allí siguió hasta la boca, donde saboreó la miel de sus labios y absorbió el sonido de su nombre cuando ella lo pronunció.

Le pasó una mano por debajo del pelo, sujetándole la nuca mientras se embarcaba en un beso tan evocador que la dejó con las rodillas temblorosas.

La soltó despacio y, con los ojos oscurecidos, le pasó la lengua por el labio inferior.

-Creo que si no nos marchamos ahora mismo, no vamos a conseguir salir de casa -opinó ella temblorosa.

Sin decir una palabra, Naruto salió de casa con ella de la mano y se dirigieron al aparcamiento.

Después, condujo hacia el puente y atravesó la ciudad en dirección a Ascot, un barrio residencial.

El final de la primavera había llenado los jardines de flores y los colores iban de los más brillantes a los más suaves. Los céspeds estaban bien cortados y había arbustos con formas.

Era un barrio precioso, con avenidas de árboles, casas espaciosas. Algunas de ellas eran muy antiguas y estaban ocupadas por la segunda o tercera generación de una familia. Otras eran nuevas y estaban construidas con los mejores materiales, con grandes ventanales para tener unas buenas vistas del río y del puerto.

Sakura estaba intrigada cuando Naruto dejó la calle principal y ascendió por una secundaria hacia lo alto de la colina.

-No estoy vestida para visitar a nadie -le dijo consciente de sus vaqueros.

Él le ofreció una cálida sonrisa.

-Estás bien así -le aseguró mientras introducía el coche en el camino privado de una casa.

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