Era de locos aceptar pasar un fin de semana en la costa con Naruto. Entonces, ¿por qué estaba sentada con él en el Jaguar escuchando música e intentando concentrarse en el paisaje?
No importaba lo que quisiera justificarse.
De acuerdo que le apetecía mucho ver el espectáculo del Casino, pero eso no cambiaba el hecho de que estaba jugando con fuego al pasar la noche bajo el mismo techo que él.
En más de una ocasión había agarrado el teléfono para cancelar la cita; pero, en el último momento, se había arrepentido.
Además, necesitaba probarse que podía resistir la tentación y seguir siendo su amiga. Estaba claro que en el futuro tendrían que verse; ella llevaba a su hijo. Así que una amistad basada en el cariño era mejor que una basada en la enemistad.
-Hace un día precioso.
¿De verdad había dicho eso ella? Había sonado tan banal, tan... vacío.
Era una locura pensar en una relación cordial con el hombre con el que había mantenido una relación tan fuerte. Solo pensar en la intimidad que habían compartido y se ponía nerviosa. Eso era lo que le quedaba. Aquella otra parte de su relación había terminado.
Le encantaba la costa, con sus complejos turísticos, los parques temáticos, los mercadillos. Todas las ventajas de la ciudad, pero ninguno de sus muchos inconvenientes. Era el paraíso de los turistas donde durante todo el año, reinaba un ambiente festivo.
-Dejaremos las bolsas y nos iremos a la avenida Tedder a comer.
-Me parece bien -dijo ella con suavidad en el camino al ascensor.
La avenida Tedder era un área muy de moda donde la elite social solía quedar con sus amigos para comer o para tomar un café.
A Sakura le gustaba aquella vida de vez en cuando.
El piso de Naruto era precioso. Las paredes eran grandes ventanales con vistas al mar y los muebles eran de lujo. Un lugar ideal para relajarse y desconectar, pensó Sakura mientras llevaba su bolsa de viaje a la habitación que iba a ocupar. Sacó la ropa que pensaba llevar esa noche y la dejó en una percha. Después, guardó la maleta y se fue al salón.
Naruto estaba de pie mirando por la ventana. Cuando ella entró en la habitación, él se volvió.
Sakura no estaba preparada para la sensación electrizante que le recorrió el cuerpo, ni para la manera en la que se le aceleró el pulso.
Él lo tenía todo, pensó. La altura y el físico que la mayoría de los hombres envidiaban y la mayoría de las mujeres deseaban. Tenía una estructura ósea perfecta y unas facciones faciales muy atractivas. Si a eso se le añadía la sensualidad innata, se convertía en un conjunto de muerte.
Aparte del físico, también había en él una profundidad, una personalidad fuerte. Eso por no hablar de lo inteligente y encantador que podía ser. Por si fuera poco, tenía un «no sé qué», algo indefinible que ocultaba bajo la piel que lo hacía aún más atractivo.
- ¿Estás lista?
-Sí. Vamos a comer algo.
Durante la última semana, había empezado a comer poco pero a menudo y, aunque todavía no había grandes cambios físicos, sí había unas pequeñas diferencias que ella había empezado a notar.
Un paseo de cinco minutos los llevó al centro de la avenida. Allí eligieron un café y se sentaron en una mesa para ver el menú.
- ¿Te gustaría hacer algo en particular esta tarde?
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Una Boda Por Amor
Fanficla mayoría de las veces, cuando uno se casa, es por amor ¿no?. Bueno, lo dejo a su juicio.