Capitulo 6

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Tras el almuerzo Zoro se encontraba echándose la siesta en el mirador, le encantaba ese lugar, era el sitio mas tranquilo del barco, allí sabia que podía dormir hasta reventar.

Cuando despertó ya estaba atardeciendo, no sabía durante cuanto tiempo estuvo dormido.

Continuó recostado en aquel lugar, escuchando el ruido de las olas golpeando en el casco del barco mientras recordaba lo que había sucedido aquella mañana durante el entrenamiento. Nunca había sentido semejante atracción hacia una persona, es más, nunca se había sentido atraído por nadie, siempre andaba tan concentrado y preocupado en mejorar como espadachín que no tenía tiempo para distracciones de ese tipo. Sin embargo, Sanji de una forma u otra le volvía loco, y sabía que él también provocaba el mismo efecto en el cocinero.

Aquella mañana en la sala de entrenamiento cuando los dos cayeron al suelo...se ponía malo solo de pensarlo, él encima de Sanji teniéndolo prisionero contra su cuerpo, a escasos milímetros de su boca, era demasiado para él, no sabía durante cuanto tiempo más iba a poder seguir jugando a eso.

Sanji era un casanova, sabía como conquistar, en cambio el peliverde era novato, la idea de que este fuera inexperto hacía que el cocinero se divirtiese incluso más de lo que se había divertido intentando ligar con alguna chica. Aquel espadachín estaba siendo un hueso duro de roer, por una parte le parecía excitante, por otra, le ponía demasiado nervioso, no sabia al 100% cuáles eran las intenciones del marimo. Solo le quedaba seguir jugando hasta que el otro no pudiese más, él no quería lanzarse, no por miedo, sino porque quería saber cuánto lo deseaba ese imbécil.

Sanji se encontraba en la cocina sentado en la mesa del comedor fumando, inhalaba el humo de su cigarro, se sentía relajado. La tripulación atracó en una isla para buscar provisiones. Usoop había ido a por material para sus creaciones, Chopper posiblemente estaría en busca de algunas plantas para realizar alguna medicina que pudiese resultar de ayuda. Luffy seguramente se hallaría en algún bar comiendo hasta reventar, Nami estaría de compras y chantajeando al pobre Usoop para que cargase con sus bolsas; ¿y Zoro? ¿Habría desembarcado con ellos o seguiría en barco?

La idea de quedarse a solas en el barco con Zoro le hacia imaginarse cosas que podría hacer con él, mejor dicho, cosas que podría hacerle a él; sonreía ante semejantes imágenes que se le pasaban por la cabeza.

Zoro irrumpió en la cocina, llevaba solo los pantalones y sus espadas, ante aquella estampa Sanji no supo cómo reaccionar, el peliverde tenía una pose demasiado sexy, estaba de brazos cruzados apoyado en el marco de la puerta, apenas podía ver hacia donde miraba, el pañuelo que llevaba en la cabeza sombreaba su vista.

- ¿Sigue en pie lo de enseñarme a cocinar? - Dijo el espadachín.

Vaya, parecía que comenzaba el segundo asalto.

- Por supuesto, marimo, pasa - contesto el cocinero.

Zoro entró en la instancia, dejó sus espadas en la mesa y se apoyó en el fregadero esperando a que Sanji le diera instrucciones.

-Hoy te voy a enseñar a preparar carne estofada, harás la cena de esta noche para todos, estos son los ingredientes que vamos a necesitar - dijo Sanji de manera seria y tendiéndole un papel con la lista de alimentos que necesitaba para hacer el plato. Para él la cocina era una cosa muy seria, no era un juego, ¿o sí?

Zoro descolocado ante semejante mandato obedeció al cocinero y se puso a buscar los ingredientes en la despensa, de repente se le ocurrió una idea para llamar la atención del cocinero y así divertirse un poco.

-SANJI, ¿PUEDES VENIR? - Gritó el peliverde desde el interior de la despensa.

-VOOOY- contesto el rubio mientras caminaba hacia el lugar de donde procedía la llamada - a ver, ¿que ocurre? - Preguntó mientras caminaba hacia el habitáculo, era demasiado pequeño para que cupiesen los dos.

Zoro estaba en el quicio de puerta observando como acudía Sanji a su encuentro, en aquel momento ejecutó su plan.

-No encuentro el vino tinto - dijo Zoro.

-Esta en esa balda de ahí arriba- contesto el cocinero mientras daba la espalda al peliverde e intentaba alcanzar la botella.

Zoro al ver al rubio ponerse de puntillas para acoger la botella, lo empotró contra la estantería, agarró la botella y susurró a Sanji al oído:

-Tranquilo, ya la alcanzo yo - pronunció esas palabras rozando con sus labios el lóbulo de su oreja, este se estremeció.

Con la botella en la mano y el resto de ingredientes necesarios en una cesta, el espadachín vuelve a la cocina mientras Sanji todavía seguía en estado de shock ante semejante acontecimiento, parece que Zoro estaba dejando claras sus intenciones. Sin embargo, el cocinero no le incitaría más, Zoro había despertado de su letargo y parecía que se divertía, le dejaría jugar solo por el momento, para ver hasta donde sería capaz de llegar, y disfrutaría del espectáculo.

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Y hasta aquí el capítulo de hoy, muchas gracias por leer mi historia ^^.

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Entre La Espada Y La Pared (SanZo)TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora