Antibug

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Marinette al despertarse notó que necesitaba realmente volver a su apartamento. Quería su cepillo de dientes, una ducha eterna y sobre todo el suplemento vitamínico que cogía para poder enfrentarse a ese difícil caso que tenía por delante. Miró el reloj y ya era un poco tarde. El jefe querría verlos antes de marcharse pero no podría. Al intentar moverse, la chaqueta que uso como manta cayó. Solo al recogerla se dio cuenta de que no era suya, si no de Adrien, su buen compañero. Le echó un vistazo al ver que seguía en la misma oficina pero durmiendo en el suelo, sintió un poco de pena por él. Siempre intentaba alcanzarla en los casos, sacando lo mejor de él y preocupandose tanto por ella que no le dedicaba un minuto a las cosas que eran un poco importantes como comer (juntos) o hacerle caso cuando necesitaba verdaderamente descansar.

"Despierta gatito, tenemos que visitar un masajista"

No contestó, siguió durmiendo tan tranquilamente, como si no hubiera soltado ningún comentario. Sonrió, a veces desaba ser tan despreocupado como él. Revisó todo el esquema que había realizado sin ella. Era mucho más detallado, entrelazado y dejaba ver cosas que ella en un principio no hizo. Se sintió idiota comparada con su compañero, pero no se lo iba a decir. Ese lugar no tenía nada de especial, solo parecía un simple masajista, pero otros casos como el de los ladrones de joyas o los secuestradores de Manon le hicieron recordar que no todo era lo que parecía. Quizás era sede, quizás no era nada más que una coincidencia o el inicio de la caída de Nooroo y Hawk Moth. Fuera lo que fuera, debía ir a saber que demonios era.

"¿Antes cada uno a su casa? ¿O me dejas entrar en la tuya?"

Fue una gran sorpresa que ella le dejara entrar en su casa. Reitero durante todo el camino que era un pequeño favor por la prisa que tenía por ir a ver al masajista después de una larga ducha. Era un apartamento pequeño que busco expresamente en el centro, algo lejos de su casa para que cualquier problema no salpicara a sus queridos problemas. Estaba decorada con colores suaves, los justos objetos y pocas fotos. Podía reconocer a su ex compañera y actual periodista y bloguera Alya Cesaire cuando ambas eran unas adolescentes, o DJ Nino, quien estaba en esos momentos de playa en playa dando conciertos de verano con un estilo que impedía quedarse quieto. Adrien se acordaba de ellos.

"Tienes el baño libre y de la comisaría una muda para ti" le dijo Marinette desde su habitación, con la puerta entre abierta. Como gato curioso, echó una vista rápida para ver a la joven con el pelo suelto (un milagro pues de dos coletas, llevaba una o un moño de vez en cuando), y una toalla. Aquella visión tan femenina hacía recordar a esa compañera tan dulce, amable y tímida que en su día había conocido. Ella se había vuelto fuerte, firme, testaruda y una gran policia, que era capaz de olvidarse de comer y de ser mucho menos hermosa de lo que era realmente solo para cumplir ordenes. Recordaba la historia que había escuchado de ella, la razón por la que dejó el mundo de la moda para ser policia.

Se marchó sigilosamente para que no viera como la espiaba cambiandose. Nada más entrar en el baño vio, en efecto, unos cambios que solían dar en la policia. Seguro que la cogió antes de que se marcharan. No le gustaba el uniforme, era gritar en lo que uno trabajaba sin necesidad alguna, pero comprendía que iba a ser su única ropa. Nada más salir del aseo, vio que ella había sacado una serie de dulces que tenían el sello de los panaderos Dupain-Cheng, sus padres. Se perdía en los cruasanes con chocolate y los dulces con coco, por no decir la tartaleta de Choco-Nuez. Marinette se divirtió y comió contagiada del ánimo que le retransmitía el rubio. Adrien se convencio de repetir más veces ese momento, para intentar recuperar a aquella Marinette que conoció de joven.

"Estoy segura de que es este lugar" dijo ella al ver un lugar de masaje aparentemente tranquilo, sin nada diferente. Había una tortuga verde grabada. Entraron después de llamar repetidas veces y no tener respuesta "Maestro Fu, somos los agentes Dupain-Cheng y Agreste. Debemos hacerle unas preguntas, si..."

Tuvo que interrumpirse al ver como una chica con coleta rubia, antifaz y un extraño traje negro con puntos rojos estaba delante de ella, agena a la entrada. Se escuchó una serie de disparos y ambos sacaron sus armas. Adrien grito que eran la policia y ella, aprovechando que era solo un primer piso, saltó por la ventana. Marinette no se lo pensó dos veces y desoyéndo la voz de su compañera, lo persiguió calle abajo. La persiguió por los largos y liosos callejones de París. Con esa máscara y ese peinado, no sabía quien podría ser, pero estaba demasiado ocupada intentando alcanzarla que no podía pensar. Por mala suerte, era hora punta y la mujer supo esconderse entre la gente. Maldijo una y otra vez sin importar que la gente la viera, había perdido a una asesina delante de sus narices

"Antibug" fue lo único que le había dicho el viejo antes de morir. Adrien había llamado a sus compañeros y una ambulancia. También revisó la escena del crimen pero necesitaba de ella para poder terminar con los trabajos.

Por una pista que conseguían, la había perdido en tiempo record.

Mariposas para los MuertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora