Verdad

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El sonido de las ambulancias y sirenas de policía inundaron las calles de París en cuestión de minutos. Si bien los heridos eran leves, ninguno de ellos pudo escapar al hedor del gas o al tremendo estallido y sus consecuencias. Algunos estaban caídos, otros simplemente estaban en el suelo, protegiéndose de cascotes. El jefe Damocles estaba serio, no le gustaba ese tipo de acciones, pues eran semejantes a los que hacían los terroristas. Al entrar en aquella casa al final de la senda y ver aquel desastre, supo que Marinette Dupain-Cheng y Adrien Agreste, habían cogido a la mayoría de Nooroo. Ella aun estaba débil y necesitaba la ayuda de médicos, pues Adrien no podía estar llevándola tanto aunque quisiera. Se llevaron a los detenidos en ambulancias aun sin desenmascarar, manteniendo ese halo de misterio. Pero Adrien no dejaba de preguntarse porque Tikki y Plagg no contestaban a sus mensajes. ¿Aquellas dos desconocidas habían logrado matarlos? Deseaba que sus temores fueran falsos, producto del miedo, y no una realidad.

"Marinette solo tiene que descansar" le dijo la señora Cheng, que nada más enterarse de que su hija había sido hospitalizada, salió corriendo a su encuentro. "Gracias por cuidarla, Adrien"

"Gracias por las galletas, señora"

"Tranquilo... Ella sabe que la quieres" dijo con una sonrisa. Adrien no tenía que indagar mucho, sabía que se refería al sentido romántico que se tenía. Deseaba que, una vez resuelto todo, por fin podrían tener una cita. Bichito y gato, como debía ser.

"Adrien... tienes que venir a comisaría" Entró de pronto Damocles, bastante serio

"Habrá tiempo para papeleo, Marinette es más importante"

"En calidad de testigo y sospechoso de pertenencia a banda criminal"

Ante la sorpresa, no supo como reaccionar. Siguió a Damocles hasta el coche, donde todo el viaje estuvo acompañado de un silencio muy incómodo. Adrien no terminaba de comprender porque estaba acusado de pertenencia a banda criminal. Tenía ganas de preguntar por su amigo Plagg y hermana Tikki, pero simplemente no salía.

Todo lo tuvo que descubrir nada más pisar la comisaría, nada más ver quien estaba esposado junto con uno de sus compañeros, con la máscara en la mano y la misma ropa de Hawk Moth. Necesitaba que fuera mentira, una pesadilla del que iba a despertar en cualquier momento. No pudo evitar separarse de su jefe y gritar al que creía que era su padre.

"¡Di que esto es mentira! ¡Tu no puedes ser Hawk Moth! ¡Tu no! ¿Qué pensaría mama de esto?"

Él no respondía, seguía con aquella cara seria y temida por muchos. Lleno de rabia, dando igual los reclamos de su jefe y el estupor de la comisaría, no dudo en golpearlo. Sentía tantas emociones que dejo que lo llevaran a golpearlo por su madre, por todo lo que había sufrido en ese encierro, por aquellas palabras, las victimas... todo lo que había conducido a aquella situación y desenlace. Solo cuando lo separaron, se sintió más calmado y comprendió las palabras de aquel olvidado día. Quería que, simplemente por haberlo engendrado, ayudarlo a no pisar la cárcel, como si aquel fuera ya un pase muy necesario.

"Por tu culpa, Marinette está en el hospital" Fue el único reclamo que logró salir de sus labios.

El resto de la tarde, Damocles estuvo interrogándolo, entrando en una zona de la vida personal que le molestaba decir al jefe antes que a Marinette. En cierta forma comprendía, e intentó no omitir ni la participación de Tikki y Plagg, pues entre los que estaban en esa casa, no estaba Nooroo ni ningún hermano. Igualmente, durante todo ese interrogatorio, a Adrien le entraron ganas de dejar su trabajo y empezar con algo más tranquilo y sosegado. Todo ello era un golpe que solo, no sabía como lo iba a llevar. Necesitaba apoyo de quien fuera, y la razón de porque su padre había empezado a adquirir el papel de un asesino sin escrúpulos. Esperó que su declaración solo lo dejara en calidad de testigo en vez de sospecho por pertenencia.

En el pasillo se había encontrado con Tikki y Plagg. Ambos sabían que Adrien no tenía otra de decir su participación, y se lo agradecían porque era lo correcto y lo que debía hacer. Pero Tikki no lloraba por lo que al inicio creía que era. Lloraba porque si habían encontrado a uno de sus hermanos, Wayzz, y Hawk Moth o el señor Agreste había confirmado de que lo había mandado matar a Antibug o Chloé solo porque quería intentar contactar con Nooroo para que parara con sus armas.

Pero aun más sorprendente y preocupante fue saber que Nooroo y los demás no habían sido encontrados. Daba un miedo que el rubio Agreste conocía muy bien.

A la noche, con comida escondida de la tienda de Dupain, entró a la habitación de la chica. A la enfermera no le quedó de otra que aceptar, a pesar de que no fueran horas de visita. Marinette estaba mejor y al día siguiente podría hacer los informes tan necesarios para confirmar de que todo estaba casi acabo. Ella no quería dejar cabo sin atar, con un juicio muy próximo, con los hermanos de Tikki y Plagg desaparecidos... Demasiadas cosas. Y esos sentimientos que habían acabado con la poca cordura que le quedaba a Adrien.

"De la misma forma que, te prometo que nada más terminar este caso, los dos dejamos la policía y el mundo del detective, te pido cordura hasta que absolutamente todo termine"

Adrien asintió y buscó el calor del cariño en los brazos de Marinette, deseando que no existiera todo el resto a pesar de estar punzando toda fibra de su ser.

Mariposas para los MuertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora