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Jueves 23 de septiembre. Eran las 5:30 am cuando suena mi alarma, con las sabanas que arropaban mi rostro, saque mis manos y apague el despertador, sin pensarlo dos veces me tire de la cama y subí al tejado de mi casa. Vivía en el ultimo piso del edificio Alice el cual era de 24 pisos. Siempre despertaba muy temprano para ver el amanecer, ver el color dorado de los hermosos rayos del sol detrás de aquel albor, sentir ese frió, esa tranquilidad. Al subir veo que mi hermana mayor Sara estaba ahí mirando hacia el horizonte. Cuando me acerque a ella por la espalda puse mis manos sobre su rostro tapando sus ojos y le dije:

- que haces aquí tontita.
Y me respondió:

-Lo mismo que tu (quito mis manos de sus ojos)

Sara: oye hermano.

Frank: ¿si?

Sara: ¿como describirías este momento. (ya estaba saliendo el sol)

Frank: en una palabra. Hermoso.

Sara: no frank. un escritor no describe lo que ve con sus ojos. Intenta nuevamente.
(Nuestro padre era un escritor bastante reconocido y como sus hijos, queríamos ser como el).

Frank: bueno, veo una sombra el cual hace ver la figura de una mujer que esta parada de frente al sol, cuando este sale detrás de las montañas esa luz que pasa sobre el pelo risado y dorado de aquella mujer, dándole brillo a sus ojos claros mientras el viento sopla alrededor de su cuello y las aves dejan su nido para cantarle su canto.

Sara me mira y sonríe.

Sara: ¡Hermoso! eres mejor que yo.

Frank: no seas tonta hermana, eres el orgullo de papá.

Sara y yo eramos muy buenos hermanos y nuestra relación era irrompible! nos apoyábamos el uno al otro. Eramos muy unidos.

Papá era un hombre alegre, o eso parecía ya que yo y Sara sabíamos que extrañaba demasiado a mama.

Mamá se había ido hace 3 años y desde entonces papá no era el mismo. Se volvió un hombre muy descuidado, tomaba cervezas todos los jueves toda la noche. Pero a veces salia  con la chica del piso de abajo y eso si estaba bien.

Sueños En BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora