FORBIDDEN WAR [STONY & SPIDEYPOOL]

Reencuentro

Tony fue el primero en llegar a las instalaciones de SHIELD. Seguido de Black Widow y Clint. Todos se veían muy... no podríamos decir que felices por el reencuentro pero se sentían muy a gusto de estar reunidos de nuevo, aunque los motivos no fueran para nada buenos. Hasta se había formado una especie de aura de tranquilidad y compañerismo, pero el ambiente se cortó cuando las aspas de un helicóptero levantaron la tierra del suelo. Stark parecía ofendido por el aterrizaje de ese aparato insulso del ejercito que no pertenecía a su empresa. Se sentía de mal humor y la tranquila aura que de había formado se rompió como un espejo que cae al suelo. La silueta de un hombre caminando a las oscuras puertas corredizas de las instalaciones de SHIELD parecía poner intranquilos a más de uno. Una elegantes botas de ejercito negras atraviesan la puerta. Un aire a superioridad ya añeja entraba en la habitación. Algo había cambiado. Lo que sí, la única cosa que nunca irá a cambiar es la brillante estrella plateada de su gran escudo, igualmente brillante, y la que llevaba en el pecho, aunque ésta era un poco más opaca. Dos agentes con gafas negras entran a la par del ahora director y capitán del entrenamiento de tácticas de reconocimiento, búsqueda y rescate de las divisiones especiales de SHIELD. No era de extrañarse que tanto auge a alguien ya de estas cualidades generara el efecto de, como le dicen los soldados, respeto. Tony Stark sólo se limitó a fruncir mas el ceño, tomar una taza y servirse el café de la oficina, el cual también le pareció desagradable. El café estaba mal aunque su problema no fuera eso. Todos los demás estaban hundidos en ese respeto que el capitán les influía. Todos menos Stark, que actuaba como si el tiempo desde esa última vez no hubiese transcurrido. Las muecas en su rostro solo lo delataban más.
—¡¿Quien demonios prepara este maldito café?! —Stark apoya con rabia la taza sobre la mesa haciendo quizá suficiente fuerza como para quebrarla, aprieta los dientes y les da la espalda a todos los que se lo quedan mirando.
—Vaya, Stark. Se ve que no has cambiado —dijo un hombre moreno y de chaqueta oscura entrando a la habitación. Todo siguieron con la mirada al Director de SHIELD, Nick Fury, quien lento pero firme dirigía su caminata hacia al Capitán Rogers.
—Bienvenido a bordo, Capitán. Es un gusto volverlo a ver. —dijo estrechando su mano con la de Steve.
—El gusto es mio, Director Fury —Fury asintió levemente con la cabeza y soltando una corta y seca sonrisa.
—Todos se preguntarán por qué los reuní aquí. Bueno, lamento decirles que no es por un aniversario, ni un reencuentro familiar. No. Esto es algo mucho más serio.
—Director Fury, no es por ofender, pero ya todos sabemos para lo que estamos aquí —interrumpió el valiente Hawkeye.
—Sí, pero no saben contra qué se enfrentaran. Imagen —apuntó hacia el aire, mientras la secretaria que estaba detrás de Fury seguía sus ordenes. La imagen de una nave trapezoidal, suspendida en el frío e infinito espacio, rodeado de estrellas, inundó los ojos de cada Vengador. Recordándoles los gloriosos y aterradores recuerdos de aquella guerra, de hace 10 años. Entendían lo que veían, sí. Pero no sabían lo que era.
—¿Cuando ocurrió el avistamiento? —preguntó Stark luego de analizar la imagen en su cabeza—¿Tenemos registros de algo que haya pasado así antes? ¿Algún parámetro que nos pueda decir a qué nos enfrentamos o tiene alguna información que nos pueda ser de ayuda? —La taza que Stark dejo sobre la mesa finalmente se partió derramando todo su contenido sobre la mesa. Aunque la única que se alteró fue la Secretaría, quien corrió a buscar un trapo, quejándose.
—Sí, tenemos una limitada información que nos puede ayudar —Fury tecleó un botón en el ordenador detrás suyo y una nueva imagen, algo borrosa, delataba unos códigos extraños. Todos los agentes se miraron entre ellos, sin poder imaginar qué podría ser— Aún no hay nada certero, puesto que la imagen, es algo dudosa.
—¿Y eso es todo? ¿Creen que así y nada más podemos hacer algo? Nick, si queremos llegar al punto de todo esto, una simple imagen deteriorada no nos sirve —dijo un agitado Bruce Banner entrando a la sala, acomodándose una bata blanca.
—Tranquilo Banner, es sólo un contratiempo. Los agentes de la estación lunar están intentando decodificar estos símbolos. Y ver si pueden conseguir algo más. Mientras tanto, les ruego que contacten a su amigo Asgardiano.  
—¿Y él de que podría servirnos, Fury? —pregunta Stark en tono de burla y en voz baja— Bien, necesito que me des una copia de los archivos para poder analizarlas, junto con la única persona que podría ser mi compañero en la feria de ciencias —Tony mira a Banner y es la primera vez que intenta sonreír— Tiempo sin verlo, profesor.
—Sí, bastante, en verdad. ¿Qué tal si vamos al laboratorio a investigar lo que sea que sea eso? —Stark sonríe y se dirige hacia donde se encuentra Banner. Pero al llegar a la puerta no sólo ignora por completo a Rogers si no que aprovechando un instante que sus pies no estaban bien apoyados le da un empujón y sigue de largo.
Steve lo mira un poco enojado y confundido, al no entender el mal trato. Pero pronto le quito importancia porque alguien le toca muy levemente con un dedo el hombro.
—¡Hola, Steve!
—¿Scarlett? ¿Como te encuentras tanto tiempo? —Ambos, con una gran sonrisa en el rostro se abrazan fuertemente. Scarlett al ser un poco más enana se cuelga del cuello del Capitán.
—¡Creí que no te volvería a ver jamás! ¡Vaya, mírate, has cambiado mucho!
—Lo mismo digo. Pensar que hace unos años eras una niña, y ahora estás hecha toda una mujer.
—Bueno, la verdad es que con todo lo que sucedió, creo que muchos maduramos.
—Sí... —Steve giro la mirada, ahora un poco triste y nostálgica, hacia la puerta por la que Stark se había ido— Supongo que no todos.  

Los dos científicos de SHIELD se acomodaron en las instalaciones de investigación y prepararon sus cosas una a una hasta que todo estuvo listo en el laboratorio. Stark y Banner trabajarían de nuevo investigando y preparando todo codo a codo... pero Banner no puede evitar sentir que Tony no está concentrado del todo. Sobre todo porque trata las herramientas con rudeza y además habían pasando 5 minutos desde que había roto un par de pastillas de cultivo y tirado un microscopio al piso —¡¡Aaah!! ¡¿Por qué está todo tan mal organizado?! ¡Nick Fury no sabe cómo tener un laboratorio apropiado!
—Tony... ¿está todo bien? Porque te veo algo distraído, quiero decir, sólo mira... —Banner cierra los ojos ante el inminente ruido de algo más cayéndose al suelo. Esta vez le tocó el turno a una de las pantallas manuales que había en la mesa— ¿Ves? A eso me refiero, actúas como un completo lunático.
—¿Como un lunático? ¡¿Como un lunático?! ¡Oh, miren quien decidió hablar sobre el control de la ira! ¡El señor que cada vez que pierde sus gafas destruye medio Nueva York! ¡Lo lamento mucho Banner no todos somos tan serenos como tú, ni tenemos la habilidad de controlar nuestras emociones! —La voz de Tony resuena en el laboratorio con un tono desagradable mientras éste se agacha para levantar las cosas que estaban en el suelo.
—¡Tony te lo pido por favor, seguir rompiendo cosas no soluciona nada! ¡Deja de hacerlo!
—¿Que deje de hacerlo? !¿Quieres que deje de hacer?! ¡Hacer qué? ¿Esto?—el millonario le tira un destornillador en el medio de la frente. Los lentes de Banner caen al suelo quebrándose un poco por el impacto. El científico se tapa con las dos manos la frente e intenta no llorar. Se arrodilla en el suelo. Sus manos se llenan de cada vez más sangre. El dolor recorre por su cuerpo. Mas no tanto por la herida causada, sino por quien la causó.
—Oh, Bruce. Como lo siento, déjame... —Tony se agacha a ayudarlo pero Bruce le quita la mano. Bruce siente la rabia dentro de él queriendo liberarse, pero se abstiene. Se abstiene de hacer alianza con su peor enemiga, para dar paso a una enorme ola de enojo verde.
—¡¿Qué sucedió?! —una mujer pelirroja y de traje negro ajustado llegó corriendo a la habitación. Mira a Bruce y luego a Stark- ¿Tony, qué hiciste? —Se acerca a Bruce. Con una mano lo ayuda a caminar y con la otra sostiene las otras dos manos que yacían en la frente de Banner.  
—Agente Romanoff... Bruce... yo no quise... yo no estaba pensando... lo siento...
—¡No! No te acerques Stark. No se que pasó aquí... —pone el brazo de Banner al rededor de su cuello para llevarlo a la enfermería— No se que te llevó a actuar así Stark, pero ya hiciste suficiente.
—... —Tony se arrodilla en el suelo y se queda viendo la sangre que dejó Banner en el suelo y el desastre que hizo. "Soy un imbécil" pensó para sí mismo. El enojo volvió hacia él y con una mano golpea con fuerza el suelo, corriendo los pequeños pedazos de vidrio. Cuando ve su mano, tenía un enorme tajo al rojo vivo al costado de la palma. Sus ojos se aguan, hacia mucho no se cortaba de esa manera. Se levanta y mira de nuevo a su alrededor. La pequeña situación se transforma en una pantalla de video que monitorea la habitación, como tantas otras de la base. Steve miraba en brazos cruzados con preocupación al hombre en pantalla.
Tony se pone de pie, toma unas pinzas del laboratorio y, separando su carne, se libra de los pequeños cristales incrustados. Su herida sólo sangra con mas intensidad y a él no le queda más alternativa que tomar su pañuelo de seda y utilizarlo para cubrir su herida.Una vez bien envuelta, levanta los cristales, lo que arrojó al piso y lo que todavía era útil, y se pone a revisar las imágenes. Pero en su afán de concentrarse, las cosas parecieran no solucionarse. Los códigos que veía en la imagen tomada por la base lunar, seguían siendo eso, códigos. Sentía que su razonamiento no podía ponerse en marcha y separar la enorme incógnita que ahora se presentaba.
Para su sorpresa, su genio volvió a aceitarse, cual lamparita de tungsteno encendiéndose, y sintió recordar algo así. Que algo así había visto. Pero en dónde era la cuestión. Entonces toma con euforia su teléfono y marca un número.
—¿JARVIS? Sí, soy yo. ¿Tienes aun los archivos de la guerra infinita?