Amén

310 46 10
                                    

Julián estaba al borde del llanto. Se sentía muy triste por haber dejado que aquello le sucediera a su ángel. Olvidó de golpe sus votos de celibato, de cero contacto humano, y besó a Cassiel. Fue un beso corto y sencillo, segundos antes de que Cassiel perdiera la consciencia entre sus brazos. Julián pensaba qué debía hacer para parar la hemorragia que se llevaba la vida de su ángel, cuando notó que la sangre dejaba de escurrirse y las heridas se curaban a una velocidad imposible.

-Luc... Eres un romántico -dijo la animada voz de un niño con sonrisa pícara. Estaba sobre el altar, partiendo una pequeña hostia en miles de pedazos idénticos.

A Julián le recordó el milagro de la multiplicación de panes y tembló.

-Deja de molestarme. Solo lo hago porque es mi hermano. -El que contestó era un joven que vestía un elegante traje blanco-. Quiero que sea feliz, y aquí en la Tierra hay tanto que puede hacerlo reír. -La mirada azul del joven se posó en Julián y los finos labios se curvaron en una sonrisa que Julián no devolvió.

-Sigo diciendo que eres un romántico -repitió el niño, mientras comenzaba a desaparecer-. No solo le quitaste las alas para que los demás caídos no lo molestaran, sino que lo curaste.

-Tú comenzaste. Lo dejaste salir muy fácilmente. -El otro también desaparecía, aquel que había llamado hermano a Cassiel.

-No niego mi romanticismo... Ya sabes que soy Amor.

«¿Acaso eran el Gran Jefe, el Portador de Luz?».

Era de noche y Cassiel dormía plácidamente. Julián se levantó con mucho sigilo, prendió una pequeña lámpara y tomó un cuaderno. Después de mucho pensarlo, decidió que para ayudar y amar no era necesario ser un padre. Sin embargo, se quedó con la sotana para darle gusto a Cassiel.

Abrió el cuaderno y tomó un lápiz intentando encontrar las palabras perfectas para comenzar su historia. Lanzó un rápido vistazo a la ventana, por costumbre. Y la frase llegó en ese mismo instante.

Un ángel cayó del Cielo y, haciendo añicos la ventana, terminó en mi cama...


FIN

Un ángel cayóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora