Me levanto del sofá de la sala de mi casa con una gran sonrisa. Vivo con mi familia, antes vivíamos todos apretujados en una casa de una sola planta, desde que logre trabajar pude hacer algo con mi condición, necesitaba privacidad en mi vida, cuando tuve dinero suficiente con el permiso de mis padres (dueños de la casa) mandé a construir una segunda planta toda para mí. Es del tamaño de la casa en la que está construida.
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Me dirijo a mi habitación para ir al vestidor y elegir que me pondré hoy para juntarme con mis amigos. Hoy es 6 de Noviembre, día de mi 19 cumpleaños, así que nos íbamos a juntar con mis amigos para celebrarlo con algo sencillo. Primero nos juntaremos en una pequeña plaza cerca de mi casa y en la noche nos volveremos a juntar para salir de fiesta. Para salir elegí una ropa súper sencilla. Unos pantalones ajustados color negro, una camiseta de tirantes blanca, encima un chaleco de lana color gris y una bufanda también de lana blanca acompañados con unos botines con tacón color negro y un bolso del mismo color.
Salgo de mi casa y me dirijo caminando a la plaza en la que nos vamos a juntar todos.
A los chicos y chicas los conozco hace mucho tiempo, prácticamente desde que éramos unos bebés, no somos un grupo muy grande la verdad pero entre nosotros estamos a gusto.
Los chicos Nicholas, Arthur, Cam, Erick y las chicas Isabella y María.
Llegando a la plaza a lo lejos vi a Isabella, María y Arthur, con paso seguro me acerque a ellos
-Hola chicos - salude con una sonrisa
-¡¡Feliz Cumpleaños!! - gritaron los tres y se me lanzaron encima.
-Gracias chicos en serio, los quiero mucho - los abrazo con fuerza - ¿Y los demás?
-Tienen que estar por llegar, iban a ver a un amigo - nos informa Arthur.
-Oh, vale - camine a un puesto de comida - ¿Quieren que les compre algo?
-¡Sí! - María corrió hacia mí.
-Está bien linda, ¿Ustedes? -ambos negaron con la cabeza - ¿Seguros?
-Seguro - respondieron ambos.
-Está bien, vamos Mar la comida nos espera - si hay algo que amo en este mundo es la comida, nadie jamás podrá decir que morí de hambre.
Cuando llegamos al carrito vendían unas mini pizzas y papas fritas. Con María pedimos una mini pizza cada una, y un paquete grande de papas fritas para cada una. Listas con nuestras compras nos vamos a sentar en el pasto en algún lugar del parque.
-¿Y qué cuentan chicos? - pregunto llevando mi pizza a mis labios.
-Lo mismo de siempre, hasta arriba con los trabajos de la universidad - hace pucheros Isa.
