El Idiota Que Necesito

Capítulo I

-¡Venga chicos es hora de que vayáis a ducharos!

Otro viernes más de instituto. Como siempre a penúltima hora, habíamos salido del gimnasio junto con el Señor Boris. Él es nuestro profesor de E.F. Todas las chicas estabamos sudando y totalmente reventadas después del partido de baloncesto. Los chicos estaban en las mismas y despsues de que nuestro maestro tocase su silbato decidimos ir al aseo. Castiel nos miraba con desprecio a todas nosotras ya que les habíamos dado una paliza memorable a los chicos. Como capitana del equipo, me comería el marrón de tener que hablar con Castiel, pero eso no me suponía ningún problema. Porque yo era su prima.
Todas nos duchamos y salimos al encuentro con los demás. Allí estaban Lysandro con el idiota más grande de toda Francia; los gemelos con Kentin; y claro que como siempre, Nathaniel acosado sexualmente por Melody. Cada vez que le veo la cara me dan ganas de partirsela. Nathaniel es un chico realmente lindo y en mi corazón, siento que me gusta más de lo que puede gustarme Lysandro. Pero esa acosadora no lo deja en paz ni medio minuto, y me cae tremendamente mal. También estaban Ámber y todas esas, pero me da tristeza malgastar letras para decir lo que esa PERRA hacia.

-¡Marjorie!-Gritó Nathaniel corriendo. Melody me miró con una expresión muy molesta.-Estuviste muy bien en el partido...

-¿Tu crees?No fue para tanto pero muchas gracias. Eres un cielo...-Le dediqué una sonrisa. Si había algo que no me faltaba era seguridad con los chicos.

-¿¡Q-qué soy qué!?-Estaba coloradito vivo. Que tierno.

-Lo que oyes.-Puse mis manos en su nuca y acerqué su oreja a mis labios.-¿Sabes? Te ves muy lindo así, tan sonrojadito jejeje...Te ves muy violable...

Se veía muy avergonzado así que no respondió nada. Pero al estar cerca suyo podía sentir sus palpitaciones. Realmente lo inquietaba.

-¡Oye tú, delegaducho! ¡Déjala en paz!-Nos gritó el tsundere pelirrojo que se dirigía a pasos agigantados hacia nosotros.

Al llegar Castiel me agarró de la cintura y me pegó a él.

-¡Si vuelves a acercarte a mi novia, puedes estar seguro de que no vuelves a ver la luz del día!

Castiel me sacó a rastras de ahí y Nathaniel se quedó perplejo en el sitio sin saber que decir y con su aun colorado rostro, del cual poco a poco desaparecía el color carmesí.

-¡Te dije que no te acercarás al delegado ese!-Me reclamó gritando.

-Castiel, p-pobre de la señorita, no le grites de ese modo...

-Tú calladito Lysandro. Ahora me explicas...¡Por qué estabas tan pegada a él!

-No le hables así a Lysandro y baja el tono de una maldita vez. Como vuelvas a gritarme verás.-Cerré los ojos molesta mientras cruzaba mis brazos.

-¿Así?¿¡Y que vas ha hacer!?¿¡Vas a echarte sobre mi como hiciste con él para que caiga rendido a tus pies también!?-Sin poder resistirlo más deje mis brazos sueltos ligeramente y lo mire con una sonrisa.

-Esto es lo que voy a hacer...-Dije tranquila. Le levanté la mano rápidamente y le pegué con toda la mano abierta en la cara. Todas las personas de alrededor se fijaron en nosotros. Aquello había resonado más de la cuenta.-¡Y AHORA TE TRANQUILIZAS! Hablemos en la parada del autobús.-Cogí de la mano a Castiel y me lo llevé fuera. Él me miraba con cara de pocos amigos.

Pasaron dos minutos de silencio y me fijé en su rostro rojo. Con la marca de mis dedos. Así que comencé a hablar con él.

-Castiel...¿Te duele mucho?-Dije un poco apenada.

-No, me entra la risa.-Sonrió falsamente.-Tch...Tonta...-Dijo molesto. Se encontraba recostado en el muro que rodeaba la escuela.

-Lo siento.-Lo miré mientras le hacia un puchero.

Agarré sus orejas y le di un besó en los labios. Él me agarró de la cintura y me pegó más a su cuerpo.

-¿Me perdonas?-Le pregunté. Y él me dió un giro de 180°; me aprisionó contra aquel muro piedra y me volvió a besar, pero de una manera salvaje y ansiosa.

-Mmm...-Gemí de placer respondiendo a ese beso tan inesperado y delicioso. Y al ver mi respuesta me mordió el labio inferior.-¡Auch!¡Idiota! Eso me dolió, y mucho...

-Eso por lo de la bofetada. Y se agradecida porque estoy siendo considerado contigo...-Me dió una sonrisa pícara.