Sonrió al chico que se encuentra fuera de la camioneta negra esperando por mí. El me devuelve la sonrisa mientras se encarga de abrir la puerta de la camioneta 《que caballero》 pienso.
Entro al carro, muy lindo a decir verdad. Con un tapizado negro, y pequeños detalles (como lo es el volante) color crema. El chico que ha de tener unos dieciocho años, rodea el carro y se sube a mi lado en el puesto del conductor. Abrocho el cinturón, dejo mi cartera en mi regazo y entrelazo mis manos. El pone en marcha el carro y mis nervios se hacen un poco más fuertes. Suelto un pequeño suspiro, y miro mis manos.
Hoy comienzo a trabajar. O más bien me encargare de escuchar que es lo que quieren que diseñe. Si quieren un ambiente tétrico, gótico, un ambiente cálido. Lo que desea aquella persona, a la cual tengo que escuchar detenidamente para capturar exactamente la idea que quiere interpretar. Lo que me tiene muy confundida es como nos vamos a repartir los diseñadores, porque no somos ni uno ni dos, somos diez. Al menos eso es lo que me ha informado el señor santos. También me dijo que al llegar hablaríamos sobre el tema. Esa la razón de mi nerviosismo, no es porque voy a volver a ver a Xion, ni porque haya dicho que soy suya, ni tampoco porque tengo muchas preguntas en mi cabeza, claro que no, es solo por cómo nos vamos a repartir los diseñadores. Que mentira más grande. Pienso.
Miro a mi izquierda, y veo al chico pelo negro con el ceño fruncido.
-eres muy joven para trabajar de conductor-suelto de un momento a otro.
El me mira de reojo por un momento. Y después vuelve su mirada a la carretera. Observo como la comisura de sus labios se levantan un poco.
No sé que causa su gracia. Me parece que un chico tan joven debería de estar en este momento en una clase de química o quizás matemáticas. Haciendo una clase de deportes. Aunque se nota que este practica uno, porque no se ve en mala forma. Por la camisa negra que lleva y el pantalón que se ciñe sobre él, dejando ver sus bien formado cuerpo, se que realiza algún deporte o al menos va mucho al gimnasio.
-no trabajo de chofer-ríe entre dientes y me mira, con sus ojos marrones oscuros impregnados de diversión.
Coloco un mechón rebelde detrás de mi oreja, y frunzo el seño.
-¿entonces…?-pregunto un poco confundida.
-le estoy haciendo el favor a una persona de venir a buscarte- sonríe mientras me giña un ojo. Lo miro con los ojos entre cerrados, cuando voy hacer otra pregunta me detengo al observar cómo vamos saliendo de la ciudad, y otras preguntas vienen a mi cabeza.
-¿cuántas horas o minutos son de aquí a…?- ni siquiera sé cómo se llama a donde me están llevando, espero que los demás estén igual que yo, porque de verdad se siente extraño. Que antes de ir a un lugar ni siquiera de manden fotos para saber cómo es…
-unos noventa minutos aproximadamente-dice tranquilamente girando a la izquierda en un cruce en “Y” – es temprano todavía, llegaremos dentro…-mira el reloj que se encuentra en la parte delantera de carro, acción que yo también repito.
-Se supone que tu horario de trabajo es a partir de las ocho de la mañana y son las 6:10 A.M, llegaras temprano a tu primer día de trabajo-asiento dándole la razón, un silencio cómodo nos envuelve.
Giro mi cara hacia la ventana y echo un vistazo a los Grandes árboles que se extiende imponentes alrededor de la carretera, dándole a esta una sensación de paz. El paisaje es realmente hermoso, la luz se filtra entre las hojas y ramas de los arboles, llegando hasta el suelo y iluminando los pinos. Sonrió y saco mi móvil. Desbloqueo rápidamente el móvil, busco entre las aplicaciones la cámara, para luego colocar mi pulgar en el icono y así haciendo que la cámara enfoque el paisaje.
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El heredero del diablo
RomanceLa gente siempre juzga, o por el aspecto fisico o por un problema tanto fisico como psicologico. A Zaira todas esas opiniones la han atormentado, perseguido, juzgado pero ha ella eso no le importa, a ella lo unico que le importa es ser feliz. Y lueg...