capítulo 11

6.5K 615 39
                                    

XION

-tienes un buen brazo izquierdo cambell-escucho como Antonio grita. Ladeo un poco mi cabeza y asiento.- ¡utilízalo!-grita.

《Si no fuera mi entrenador hace rato lo fuera molido a golpes》. Aprieto la mandíbula y empiezo a golpear al chico que tengo al frente con mi brazo izquierdo.

 El mismo, colocando sus antebrazos al nivel de su cara intenta protegerse de los golpes, que le propino en esa parte de cuerpo. Primer error. De su parte al menos. Empieza a caminar hacia atrás hasta chocar contra las cuerdas. Segundo error. Al tenerlo contra las cuerdas, comienzo a descargar golpes tanto con mi brazo izquierdo como con el derecho. El se contorsiona hacia adelante, dejándome a la vista su cara (la cual está protegida ya que solo es un entrenamiento).Tercer error. Levanto mi brazo izquierdo, cuando observo como levanta su rostro con una mirada algo confundida por tanto golpe, le propino un gancho izquierdo dejándolo tendido sobre la lona.

Siento como el sudor resbala por mi espalda y mi respiración  jadeante. Me encamino  hacia una  la esquina del cuadrilátero y tomo un agua que me extiende Antonio. Abro la botella rápidamente y empiezo a ingerir. Al terminar la hago a un lado y miro como ayudan a levantar al chico que se encuentra tirado sobre el rin.

-no deberías dejar que chicos inexpertos se suban y peleen conmigo-comento entornando mis ojos alrededor de los ojos marrones del hombre que tengo al frente.

Me tira una toalla y empiezo a limpiarme el sudor que cae por mi frente.

-sabes que no los obligo, ellos se ofrecen como voluntarios. Así es aquí en el gimnasio-se encoje de hombros. Bufo.

-no quiero que chicos como este suban conmigo-digo amenazante y serio. El me mira directo a los ojos, quizás  tratando de buscar una clase de broma en ellos, pero no la va encontrar estoy hablando muy enserio.

No tengo problemas con los principiantes, por supuesto que no, yo también lo fui. El problema es que chicos como esos no son los que necesito antes de una pelea y menos si no ponen resistencia al golpearlos. Muchos de ellos me tienen respeto y se cohíben de regresarme los golpes, sin embargo, necesito aquellos, que no me lo tienen, para poder golpearlos con más placer. Como lo hago en una pelea de verdad.

-está bien-escucho la voz de Antonio-Mike te está esperando por los lados de los casilleros. Anda a bañarte, hoy tenemos la pelea te quiero allá a las diez-espeta.

Observo que su cabello grisáceo le cae un poco sobre sus ojos. Su figura un poco esquelética se esconde debajo de su ropa deportiva. Niego con mi cabeza mientras paso debajo de las cuerdas.

-¿quieres que te page la peluquería? Pensé que con lo que te ganas conmigo puedes hacerte un corte de cabello decente- lo miro de reojo. El suelta una carcajada y las comisuras de mis labios de elevan un poco.

Conozco a este hombre desde que tengo dieciséis años. Un hombre excepcional en esta disciplina, que creyó en mi cuando nadie lo hacía, no obstante, su adicción por los cigarrillos lo hace tener una apariencia esquelética aunque sé que está todavía (a sus sesenta años) fuerte como un roble.

-tranquilo voy a estar presentable para la pelea Xion.

Asiento mientras me voy alejando del cuadrilátero. Sin salir de la sala de boxeo,  cruzo una puerta de cristal, camino por un amplio pasillo con paredes de color azul rey. Voy divisando diferentes puertas de madera a los lados de las paredes. En la sexta puerta, me detengo girando el pomo de esta. Al abrirla observo un extenso cuarto, con una hilera de casilleros y al final de estos, diez duchas que se extiende de manera horizontal.

Al no ver a Mike me dirijo hacia la última parte donde se encuentran las duchas. Tomo una toalla doblada de un estante y me adentro en la ducha. Me deshago de la poca ropa que tengo encima, la dejo encima de la puerta y abro la regadera. Siento como el agua fría cae sobre mis hombros y cierro mis ojos.

El heredero del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora