Recuerdo perfectamente la etapa en la que no podía dejar de preguntarme por quién sentía amor o a quién necesitaba para complacer mis deseos sexuales. Pero entonces lo ví. No me hacía falta decantarme por una sola opción, ya que perfectamente podía querer a una persona de mi mismo o diferente sexo. Yo nunca he tenido nada en contra con los homosexuales. Apoyaba la idea de que el amor no es perfecto y de que no tiene etiquetas. Pero nunca me habría llegado a imaginar que este mundo, fuese tan fascinante y tan seductor.
Al principio pensaba que sería un simple descubrimiento más, algo que probaría y enseguida rechazaría. Pero entonces ella entró en mi vida como si de un tsunami se tratase, moviendo y destrozando todos mis sentimientos. ¿Amor, tal vez? No. Deseo. Lujuria. Pasión. Es lo que he podido aprovechar de tal mujer. Y aún así no deja de descolocarme, no puedo dejar de pensar en ella. En sus labios, en sus roces, sus miradas tan inocentes y a la vez tan excitantes, sus provocativas palabras o sus dichosas acciones. ¿Cómo quiere que la saque de mi cabeza, si no me permite mantenerme alejada de ella? No solamente tengo yo la culpa de que la tenga como si fuese alguien especial. Es alguien especial. Me ha escandalizado desde el primer momento y me ha obligado a hacerla hueco en este corazón tan gélido y vacío, al que tantas veces han dañado, y con el que tantas veces han jugado.
No, no ha sido solamente culpa mía el hecho de sentir tantas cosas por alguien. Yo no era así. Ha sido también su culpa por irrumpir en mi vida un día, y casualmente. Pero esta historia no trata solo de amor. Esta historia le pertenece a nuestras dos almas, que harán posibles tales deseos eróticos.
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No me pidas que pare.
Romance" -No me pidas que no me enamore de ti. No me pidas que sea como las demás. Porque tú eres igual que yo, y ninguna quiere parar el deseo que nos tenemos. -"
