Ambos chicos se encontraban almorzando, Josh había preparado la comida favorita del menor.
—Tyler, ¿Qué ocurre? —Josh preguntó, Tyler sostenía el cubierto con fuerza.
—Nada —sonrió.
—Tyler, por favor, baja ese cubierto, me estas asustando.
—Deberías estarlo —murmuró.
Josh trago saliva, y pudo observar la mirada de Tyler. Estaba repleta de ira, su sonrisa torcida, parecía estar poseído nuevamente, el mayor temía por su vida.
—Relájate Joshie, no te haré daño —soltó una risita.
Tyler no era Tyler, pero Josh se negaba a dejarlo.