"Te quiero".
El mundo se ha vuelto extraño. Todo para mí es raro. Voces en mi cabeza que me vuelven una marioneta. Sueños extraños. La llegada de Layla. Todo.
No sabía en qué momento había vuelto a tener conocimiento pero solo sé que esta no es ni mi habitación y nunca he estado aquí.
Al abrir los ojos delante de mí pude ver un dormitorio con dos camas enormes decoradas con los colores dorados y escarlata.
Me levanto un poco de la cama que estaba recostada. Sentada, puedo ver como la manta con un león rugiendo me tapa hasta la cintura.
No había nadie más. Solo una lechuza que se revolvía en su jaula al verme despertar.
Estoy en una habitación de Gryffindor. ¿Cómo he podido entrar aquí?
Al intentar recordar algo, mi cabeza empieza a doler y por reflejo me toco la frente la cual empezaba a sudar por el dolor.Llevaba unos diez minutos sentada en el mismo sitio analizando toda la habitación para no olvidarla.
La puerta se abre de repente dejando ver a un pelo azabache y un pelo naranja explosivo asomarse por ella.
-Oh Merlín, has despertado-. Escucho que dice Fred II al mirar hacia la cama en la que me encuentro. Una sonrisa se había dibujado en su rostro aunque al ver mi pelo revuelto su sonrisa demuestra diversión.
-Parece que te haya atacado una fiera-. Dice James al verme. Se acerca poco a poco y se sienta justo en el borde de la cama, al lado mío. Su mano se posa en mi frente y luego se desliza hasta mi mejilla.
-¿Te encuentras bien?-. Su voz es un susurro y claramente se notaba el tono de preocupación en él. Una manera en la cual nunca había escuchado al mayor de los Potter. Sus ojos estaban clavados en los míos y su ceño estaba ligeramente fruncido.
Mi voz no salía de ningún modo así que solo podía asentir mientras bajaba la mirada al suelo.
Con él tan cerca me sentía indefensa. Una serpiente venenosa que se convierte en presa. Es lo peor que se puede sentir aunque me hacía sacar mi parte buena. Pero que un león de atrape, no es bueno.-Canuto, trae algo de las cocinas, por favor-. La voz de James sonaba autoritaria y nada más escucharla, se me pusieron los pelos de punta.
Fred, sale corriendo de la habitación cerrando la puerta. Imagino que dirección a las cocinas.
James en cambio no había apartado la mirada de mí y mucho menos la mano de mi mejilla izquierda. Su dedo pulgar hacía pequeños caminitos por ella.
-¿Por qué intentaste tirarte?-. Su voz estaba fría en ese momento y no mostraba ninguna serie de emociones.
Levantó rápidamente mi mirada de las sábanas y le miro a los ojos asustada. Trago en seco y mi boca se abre ligeramente.
-Y...yo...-. No sabía que decir. No iba a decirle que seguía a una voz. Me llamaría loca si le digo eso. -Tomé una poción sin querer... Y estaba alucinando...-. Mentí aunque no creía que se lo fuera a creer.
Sus ojos se entrecerraron más de la cuenta.
-¿Segur...-. Le corto rápidamente con ''sí''. Algo que suena demasiado desesperado más que verdadero.
Al parecer se lo creyó pero no estaba muy convencido.
Su mano desaparece de mi mejilla algo que me deja bastante vacía en esa parte. Parecía que al tener su mano cerca me sentía más protegida.
-Gracias...-. Mi voz casi no se escucha. Con suerte la oigo yo y al parecer el también lo entiende.
-No hay de que... Audrey...-. Se levanta de la cama y camina hacia el armario. Coge su sudadera de Quidditch y me la entrega.
-Ve a ducharte. Seguro que una ducha fría te viene bien. En un rato llegará Fred con algo de comer ya que te has perdido el desayuno y la comida-.
Cojo la sudadera y asiento mientras me levanto de la cama. Por un momento estoy frente a él, a pocos centímetros pero rápidamente se aparta y se pone a darle una galleta a la lechuza que anteriormente estaba muy alterada.
Un pequeño suspiro se escapa de mis labios y mis pies caminan solos hacia el baño de ellos.
Nada más cerrar la puerta puedo escuchar como Fred abre la de la habitación gritando "traigo media cocina".
Una pequeña sonrisa se me escapa de los labios y rápidamente abro el grifo de la ducha.××××××××××××××××××××××××××××××××
Los pasillos que llevaban hacia las mazmorras se encontraban totalmente vacíos y oscuros.
Eran como las 9:30 pm y la gente ya no pasaba por los pasillos para nada.
La noche ya había caído y antes de llegar a las escaleras que bajaban a las mazmorras, podía ver como en una cristalera la luna estaba puesta en lo más alto. Bella como siempre nuestra querida.
Los escalones se bajaban con rapidez y de repente toda esa luz que emanaba desde la luna se había convertido en unas viejas antorchas colgadas de las paredes. No más ventanas.La sala común permanecía en silencio cosa que hacía que pequeños escalofríos recorrieran mi columna vertebral. Cada paso que daba, me dirigía con más inseguridad a mi habitación.
Nada se oía salvo un ligero canto de sirena al entrar por la puerta del majestuoso cuarto. Ahora en vez de una cama había dos. La de Layla y la mía.
Las dos vacías. ¿Dónde estará esta chica?
Mi ceño se había fruncido ligeramente al darme cuenta de que no hubiera llegado tarde a dormir nunca. Vamos, es lo que imaginaba.Mi cama se hunde al sentarme en ella y el canto de sirenas es cada vez más presente.
Recuerdo aquella vez que tuve una pesadilla con sus cantos y otro escalofrío recorre toda mi espalda.
-Esto es horrible...-. Murmuro dejándome caer con la cabeza en la almohada pero encontrándome de bruces con un pergamino en ella.
-¿Qué narices?...-. Mi voz baja de tono al coger la nota.Querida hija mía.
Este abandono no es que demuestre el mayor amor del mundo pero debe hacerse, sino todo será peor para ti y lo que menos quiero es que te hagan algo por ser lo que eres. Todavía eres muy pequeña para descubrirlo pero poco a poco lo entenderás.
Todo es muy complicado y la familia Malfoy está al tanto de todo.
No creó que te acuerdes ya de mí cuando leas esto pero yo me acordaré de ti hasta bajo tierra.
Espero que tu padrino, Draco, el cual hará un gran papel de padre entienda todas tus diferencias y problemas que puedas llegar a tener.
Algún día, cuando todo vuelva a la normalidad, volveremos a encontrarnos mi pequeña estrella.
Te quiero.H.C.
¿Qué clase de broma es esta? No puede ser. No creo que sea posible...
-Lo es. Todo lo que piensas es posible, Drey-. Layla aparece apoyada en la puerta la cual ahora se encontraba cerrada y yo antes había dejado abierta.
-No entien...-. No llego a terminar pues me corta tajantemente con sus palabras.
-Tu verdadera familia son los Carrow. Eres Audrey Valerie Carrow-.Esto era surrealista. Llegaba a otros limites y mi cabeza ya no es lo mismo. Una Carrow. Una descendiente de horribles mortífagos. Mi vida se ha ido al fondo del lago Negro con el calamar gigante.
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Dulces Bromas. |James Sirius Potter|
FanfictionNo sabía lo qué quería, No sabía qué haría, No sabía quién sería, Sólo sabía que no sería como mi familia. No seré oscura, traidora o algo parecido. No seré una vergüenza. Seré clara, leal y orgullosa. Seré la mejor maga de los tiempos, Si nadie se...