25.

220 24 6
                                    

"Los pitufos".

Amistad. Para algunas personas solamente es una palabra como otras, para otros es una relación afectiva que se tiene recíprocamente entre unas personas.

Lo que no nos dicen de la amistad es que no se puede llamar a cualquiera "amigo". Simples inocentes cuando no somos más que unos simples duendecillos correteando por parques y prados pensando en piruletas y que tenemos a los mejores amigos del mundo. Todos pensamos que conservaremos esos amigos que tanto se parecen a nosotros en cuanto a gustos, creencias o familias... Pero la verdad está en que las amistades son otras distintas. 

Finalmente acabamos siendo amigos de quien menos podríamos pensarlo. De aquella persona que tanto nos ha molestado, o la que solo piensa en la importancia de conservar un linaje o aquel torpe del que te reías en segundo curso.

El ejemplo más cercano que tengo es el de Scorps y Albs.

Enemigos por naturaleza.

Un hijo "bastardo" por acabar en la casa equivocada y aún encima siendo amigo del hijo de su enemigo de la infancia.

Lo más valioso de esta amistad es todo lo que se han apoyado y han luchado contra todos para que siga adelante, sabiendo las consecuencias.

Ellos han conseguido que los Potter y los Malfoy puedan estar en la misma casa sin intentar lanzarse una maldición imperdonable, son los que han conseguido que recuerden momentos que ahora son graciosos para ellos y que se rían  de ellos. Esto a ellos no les convierte en amigos, pero sí que gracias a la amistad de sus hijos, han conseguido un acuerdo de poder vivir los dos y no tener que matarse el uno al otro.

La amistad es lo más parecido al verdadero amor. Solo que la amistad dura para siempre.

En cambio,  miradme a mí.

Ahora me encuentro encerrada en las celdas de la mansión preparando unas mezclas desconocidas para mí con la finalidad de descifrar unas malditas páginas de un viejo Grimorio en vez de dedicar mi tiempo a conservar las pocas amistades que me quedan o que debería de arreglar antes de que acaben desapareciendo. Pero meh, ¿a quién le importa esa mierda de las amistades y los mejores amigos teniendo libros y cosas por aprender?

Paso.

Lo único a lo que me dedico ahora es a leer y leer, libro tras libro, conjuro tras hechizo tras maldición tras más cosas que no sé ni como llamarlas de lo perversas que son.

Estaba encerrada en mi cuarto, en las celdas a escondidas, leyendo debajo de la mesa mientras como en familia, en el jardín probando cosas nuevas, ... En fin, podéis imaginároslo.

Draco me contaba que cuando tenía mi edad estaba enamorado de una de sus enemigas. Ella era una chica muy empollona. La más lista de clase y la que podía saber los conjuros de séptimo año perteneciendo a primero. Supongo que yo seré ella en formato creepy. Qué alago. Espero que en mi historia al menos el chico tenga las nargles de decir lo que siente en vez de meterse únicamente con ella llamándola "sangre sucia" para atraer su atención. Estúpido.

-Layla, necesito descansar. Mañana vuelvo a Hogwarts y me gustaría estar despierta durante el viaje para poder hablar con mis compañeros-. Llevaba un día entero detrás de las dichosas páginas y ya me estaba volviendo loca.

-Está bien, pero cuando estés en Hogwarts deberás seguir hasta conseguir traducirlo y entenderlo todo. Lo necesitamos para "el día"-.

Resoplo a la vez que ruedo los ojos levantándome del suelo mugriento y polvoroso. 

-Como vuelvas a hacer ese gesto...-. Me fulminaba con la mirada mientras me señalaba con el dedo. Acto seguido, sonreí falsamente mientras le alzaba mis pulgares.

Dulces Bromas. |James Sirius Potter|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora