ChanBaek ➼ Monstruo

Capítulo 10

—A partir de ahora trabajarás conmigo en el laboratorio.

Esa frase daba vueltas en la cabeza de Chanyeol a todas horas. Acababa de sentenciarse a morir, porque sabía que su padre torturaba a Baekhyun. Sabía que le hacía pruebas insanas, que lo machacaba hasta que dejaba su cuerpo magullado, que lo maltrataba sin piedad. Y lo peor de todo era que seguramente él fuera el culpable de todo aquello.

Su padre había estado grabándolos durante años, conociendo en secreto todo lo que hacían, lo que hablaban, lo que Chanyeol le enseñaba. Todos sus juegos pasaron de ser un recuerdo hermoso a ser emancipados con la presencia del que se suponía que era su héroe.

Respecto a la oferta de trabajo, Chanyeol no podía negarse, su padre lo obligaría de todas formas. Y cierto era que estaba buscando la cura de la enfermedad del Monstruo, la que lo convertía en una bestia, pero los métodos que utilizaba para ello eran inhumanos.

Lo único que Chanyeol sabía acerca de Baekhyun era que con él no era un monstruo, y nunca lo había sido. Siempre había sido un amigo con el que jugar, con el que aprender.

—Chanyeol, pásame las pruebas de allí. —pidió su padre, desde la mesa en la que estaba trabajando.

Chanyeol, al ir y pasar al lado de la jaula, miró a Baekhyun. Sus ojos imploraban jugar, distraerse, pero Chanyeol no podría cumplir sus deseos.

Ya se sentía suficientemente culpable.

—Aquí tienes, papá.

—Gracias. Veamos... Necesito que el Monstruo tenga los fluidos menos agitados. Vamos a calmarlo un poco.

Chanyeol se acercó a la jaula y se dispuso a cantarle, como ya había hecho en alguna otra ocasión, para calmarlo y dormirlo; pero antes de poder hacer nada, una especie de cadena cayó desde el techo de la jaula y se balanceó por encima de la cabeza de Baekhyun. Este fue a atraparla y cuando la tocó, su cuerpo recibió una fuerte descarga eléctrica que lo hizo chillar y caer al suelo inconsciente.

Chanyeol gritó al escucharlo y se aferró a las rejas de la jaula.

—¡Baekhyun, Baekhyun!

—Es inútil —respondió su padre, acercándose a él —. Estará así por una media hora más. Déjame, que voy a sacarle algo de sangre.

Sin decir nada más, apartó a Chanyeol del medio y metió una larga pajita con una aguja al final por la reja.