Capítulo 1.

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Alexa POV

Diez años atrás...

Hoy era un día normal como cualquier otro, hice lo que cualquier chica de 15 años hace en un día normal, ir a la escuela, hablar con mis amigos en el receso, burlarse de uno que otro profesor, suspirar por un chico y anhelar la hora de volver a casa. Estaba entrando a mi casa, como siempre, no había nadie. Solamente el personal de servicio.

Mis padres nunca están en casa, siempre están en el trabajo. Son dueños de una empresa muy prestigiosa, siempre se la pasan en la empresa, en reuniones, en viajes de negocios, es muy poco el tiempo que paso con ellos.

Como es costumbre, almuerzo sola y subo a mi habitación. Sí, soy hija única ¿Triste no?

Creerán que soy la típica chica rica, que es muy femenina, llena de amigos y que cree que tiene el mundo a sus pies. Pues verán, yo soy lo contrario a eso, soy medio hípster, no tengo muchos amigos y no me importa mucho el dinero. Soy de las personas que cree que el dinero no lo es todo, que quiere a las personas por como son y no por lo que tienen. Estudió en un colegio de alto prestigio así que miro a menudo chicos ricos que creen tener el mundo a sus pies solo porque tienen mucho dinero y tienen una cara bonita, en realidad esa es una de las razones por las cuales no tengo muchos amigos. Solo tengo dos amigos, Lucy y Pedro, son mis únicos y mejores amigos.

Tengo buen promedio, soy atlética y por ser hija de unos padres llenos de prestigio tengo buenos modales. Pero como cualquier chica, mi vida no es de color de rosa, tengo muchos problemas. Mi vida no solía ser de este modo, yo antes era una niña llena de cariño, llena de felicidad, no pasaba ningún momento sola, verme sola a mí era algo muy raro. Hasta que todo eso cambio.

Cuando yo tenía nueve años de edad, tuve un hermano, llamado Jason, era un niño hermoso, risueño, con ojos verdes como los míos y los de mi mamá. Todos en la familia estábamos muy felices por el nuevo integrante. Los siguientes cuatro años la pasábamos muy felices, íbamos de viaje, de paseo, hacíamos maratón de películas los sábados, éramos la familia perfecta o eso era lo que las demás personas decían. Todos teníamos muy buena relación y eso me encantaba. Hasta que después del quinto año de Jason toda esa felicidad, desapareció.

A la semana siguiente de la fiesta de cumpleaños de mi hermano, él empezó a sentirse mal, le daban fiebres muy altas, de la nada le sangraba la nariz, y cada vez que tenía un golpe un tanto leve le salía un moretón. Él decía que se sentía cansado, no comía mucho. Mis padres lo veían muy débil. Ellos se empezaron a preocupar demasiado por la salud de mi hermano, tanto que un día decidieron llevarlo al médico.

A Jason le diagnosticaron Leucemia. Todos estábamos muy tristes. Sin embargo, él siempre se mostró sonriente y muy fuerte. Mis padres estaban destrozados, pero delante de Jason se mostraban como si nada pasara.

Mi hermano iba cada semana a que le hicieran su tratamiento. Él siempre se mostraba sonriente, aunque estuviera cansado, jugaba un rato o veía la televisión, luego se dormía por el agotamiento de estar en el hospital sin poder descansar, por todo lo que le hacían. A mí me dolía muchísimo verlo así, cuando nadie me veía, lloraba. Lloraba porque no quería que mi hermanito sufriera. Durante un año entero de haber estado constantemente luchando, teniendo fe, teniendo esperanza, llegaron buenas noticias. Jason había vencido la Leucemia.

Todos estábamos muy felices porque después de un duro año luchando, Jason por fin podía ser el mismo de antes, con sus debidos cuidados.

Volvimos a ser la familia que siempre habíamos sido. Volvimos a hacer viajes, conocimos, Italia, Brasil, Canadá, España, Chile y Argentina. En todos los lugares nos la pasamos increíble hasta que, a finales de octubre de ese año, Jason se volvió a poner enfermo y eso angustio mucho a mis padres. Tanto que no perdieron tiempo y volvieron a llevar a Jason al médico.

Avenida Escape.Where stories live. Discover now