Avenida Escape.

Capítulo 6.

Evan POV

Había traído a Alexa al lugar donde solía venir luego de que mi padre me pegará y se quedará dormido de lo borracho que estaba.

Le estaba contando a Alexa todo lo que viví cuando regresé aquí. Hasta que empecé a sentirme roto, volví a sentir todo lo que sentía en aquellos días.

"Aquí casi me quito la vida..." confesé.

Ella no dijo nada, volteé a verla y se veía preocupada.

"Lo único que me detuvo fue que si lo hacía no habría nadie quien protegiera a mis hermanas y a mi madre. Estuve a punto, pero algo me hizo recapacitar. Algo me detuvo. Y justo ahora lo agradezco porque si no no estuviera hablando contigo ahora mismo, sino no tendría el trabajo que tengo ahora, no estaría tan bien como lo estoy ahora." continué.

"Eso es porque en la vida lo que a veces parece un final es realmente un nuevo comienzo..." dijo ella citando la frase de Robert Frost.

"Sí, eso parece..." contesté. "Te traje aquí porque quería hablar a solas contigo, antes estábamos en un lugar donde había muchas personas. Solo pude decirte una parte de lo que en realidad quería decirte." añadí.

"Está bien, te escucho..." respondió.

"Aquel día cuando me despedí de todos en el aeropuerto me sentí triste porque estaba dejando allí una gran parte de mí contigo. Regresé aquí y lo poco de felicidad que tenía mi vida se perdió, mi padre volvió a su vicio, nos pegaba a todos, yo trataba de defender a mi hermana y a mi mamá, luego él empezó a pegarme solo a mí para "volverme más hombre". Un día él llego menos tomado que de costumbre, pero llevaba en la mano una botella de licor. Subió a la habitación de mi hermana mayor para pedirle dinero para poder ir a comprar más licor. Ella se negó así que él empezó a pegarle, la sacó de la casa a empujones. Cuando mi otra hermana, mi madre y yo bajamos él la tenía a mitad de la calle tirada, gritándole groserías. Yo no podía acercarme porque empezaba a pegarle. Mi hermana empezó a arrastrase para llegar al otro lado de la acera mientras mi padre nos gritaba. No pudimos hacer nada cuando un carro a una velocidad bastante alta lo paso atropellando, corrimos hacía él y estaba lleno de sangre. Lo llevaron a un hospital, trataron de ayudarlo, pero no pudieron. Él murió." Conté mientras veía la increíble vista.

"Lo siento." susurró mientras acariciando mi espalda en señal de consuelo.

"Yo luego de su muerte empecé a sentirme bien, sabía que no debía sentirme así porque mi padre había muerto. A pesar de todo lo que hizo yo lo quería, me dolió que haya muerto porque él nunca fue así en el pasado. Él fue un hombre maravilloso cuando mis hermanas y yo estábamos pequeños. Sin embargo, no todo es color de rosa." continuaba contando.

"A veces las personas se sienten mal, pero no lo demuestran, se guardan todo el dolor y eso les va afectando más adelante." comentó.

"Puede ser..." contesté. "¿Sabes? Deseaba poder hablarte en esos días. Siempre que hablaba contigo me sentía bien, me hacías sonreír sin hacer ningún tipo de esfuerzo. Te dejé de escribir porque mi padre en uno de sus enojos rompió mi celular, en ese momento no tenía dinero para repararlo o comprar uno nuevo, hace poco compré uno nuevo." respondí por fin su pregunta.

"Yo también estaba triste cuando me dejaste de hablar, pase mucho tiempo pensando que había hecho algo mal..." contestó sonriendo triste.

"Te juro que esa nunca fue mi intensión, de haber podido avisar, lo hubiera hecho." respondí de inmediato.

"Tranquilo, está todo bien." contestó sonriendo viéndome directamente a los ojos.

"Dejarte fue una de las cosas más difíciles que he hecho." Confesé. Era la verdad.