Día 3:

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La luz de una fría mañana se adentraba por las ventanas. Eduardo estaba parado frente a mí y yo lo observaba sin emitir palabras.

-¿Qué más quieres que te diga?- pregunto mirándome a los ojos.

-¿Por qué me ayudaste?- le pregunté sin más.

-Porque te amo... ¿no lo entiendes?

-No, no lo entiendo... no puedo entender que seas tan idiota como para amar a alguien que podría estar muerta en este momento... o mucho peor ser una de esas criaturas. –El guardo silencio.-... tu hermano está muerto porque intento protegerme, no debía morir...

- yo también debería estar muerto pero no... -Se acercó un poco, no me aparté.

-Debemos irnos...- dije dándome media vuelta y camine hacia la salida.

-tienes razón.- dijo frio caminando hacia mi lado.

Juntos salimos del edificio por la parte de atrás. Mire hacia todos lados para finalmente percatarme que Ashley y los demás no estaban. Caminamos unos pasos hacia la calle continua hasta que sentimos un ruido que nos hizo sospechar de inmediato. Eduardo se puso frente a mí y caminamos hacia dónde provenía el ruido.

-¡Liz!- la voz femenina en el grito me dijo que era Eli la cual estaba en uno de los callejones de la calle. Sin más contratiempo corrí hacia ella. Una vez la vi me percate que estaba sola.

-¿Dónde está Ashley?- pregunte preocupada.

-Los chicos la cuidan, lejos de aquí. Nosotros debemos ir por los demás...- dijo levantando la mirada hacia donde estaba Eduardo, de inmediato extendió su arma hacia el. -¿Qué hace el aquí? –Pregunto.

-Esta conmigo...- dije dedicándole una fría mirada, ella aun con un poco de desconfianza bajo el arma.

-No te preocupes, las ayudare...- añadió Eduardo intentando ganar confianza, cosa que no lograría con Eli.

Nos quedamos en silencio por algunos minutos, solo mirándonos las caras creando una gran tencion en el hambiente.

-Devemos irnos al anochecer para que no nos vean.- corta el silencio Eli.

-No, en realidad durante el dia tienen menos vigilancia, esas personas son nocturnas...- Contradijo Eduardo mirando firme a la fuerte chica frente a el.

-Liz, ¿te arriesgas a entrar durante el dia?- pregunta eli mirándome.

-Terminemos esto de una vez por todas, Vamos de inmediato...- dije mirando a ambos de vez en cuando. Ella solo asintió.

Sin mas comenzamos a caminar apurando el paso en dirección al hospital. Durante el trayecto las ruinas se oscurecían con las grises nubes que presentaba el dia, Una fría briza de viento nos hacia tiritar de vez en cuando ya que niuno estaba vestido con prendas muy gruesas.

Una vez ya a una cuadra del lugar, Eduardo nos hizo parar de golpe. Sin entender nos escondimos.

-Estan vigilando, guardias en la entrada, la parte de atrás, arriba de algunos edificios y pocos rondando. No tienen cámaras afuera.- informo a ambas. Eli me observo y se acerco hasta mi.

-Igual no hay manera de entrar sin ser descubiertos.

-si, lo hay...- dije mientras la mas alocada idea entraba a mi cabeza. Muchas veceas lo había leído en libros o visto en películas, pero nunca llegaría a creer que yo lo estuviera a punto de hacer.

-Liz, no diras que... -comienza a decir Eduardo.

-Si, Nos entregaremos, nos tendrán de reenes...- solte viendo como la cara de Eli se transformara en una de puro horror.

-No podemos hacer eso, no sabemos que hay allí adentro.- dijo un poco enfadada Eli.

-No te preocupes por ello, se cual es el camino hacia el centro de comando, el laboratorio y donde dejan a los reenes. – suelta Eduardo.

-Según yo recuerdo, el primer pasillo es el de los dormitorios, de ahí sacaremos a las ultimas personas.-Dije asumiendo el puesto de líder.

-Luego están los laboratorios, luego donde dejan a los rehenes y los muertos... -añadio Eduardo para terminar su frase tragando salida de forma sonora. –Además adentro ahí cámaras hacia las habitaciones.

-Entonces luego destruiremos el laboratorio y liberaremos a los rehenes para finalmente todos juntos arruinar el centro de comando.- dije señalando el "plan" a seguir. Ambos asintieron.

Como si no lo viéramos  venir una fuerte lluvisna se fue transformando poco a poco en una tormenta,  los truenos y relámpagos se hacían oír con superioridad. Una vez que nos escabullimos por el edificio la tormenta se hizo más oible. El lugar no había cambiado pero ahora se encontraban muy abandonado, sospechosamente abandonada. Caminamos con sigilo sin emitir sonido recuperando el aliento.

Odiaba los días lluviosas y más aquellas en la que los truenos parecían disparos de alguna forma. De pronto Eduardo agilmente se posiciona detras de mi. 

-algunos hombres nos siguen... -susurro en mi oido.  Yo solo asenti y decidí señalar una de las habitaciones para que entraramos.

-¿por qué entramos aquí? -pregunto Eli.

-nos siguen... -susurre mirándola para después observar la habitación.

Era blanca, similar a mi antigua habitación en este mismo hospital. De pronto un hombre encapuchado se adentra al lugar apuntando con un arma bastante grande a Eli.

-¡Estan aqui! -grito el encapuchado. Acto seguido 12 honbres más entraron a la habitación.

-ok...  Nos han atrapado-dije dando un paso adelante y levantando ambas manos.

-nos entregamos... -dijo Eduardo soltando su arma.  Todos los hombres nos apuntaron con sus armas.

-¡agarrenlos! -dijo el mismo que nos descubrió. En solo unos segundos dos hombres nos tenian agarrados de los brazos a cada uno.

-antes de llevarlos con Red devenos revisarlos. -dijo uno de los hombres a lo que los otros rieron.

-¡no la toquen!- grito Eduardo llamando la atención de todos en la habitación.

-miren a quien tenemos aquí... -dijo uno de los hombres quitandose la capucha.- nuestro medico estrella se ha encontrado nuevamente con nosotros.

-te atreves a tocarla y te mato.- dijo Eduardo con superioridad.

-¡sueltame! -grite sacudiendo mi cuerpo. 

- llevatelas,  yo me encargo del doctor. - ordenó el que segundos antes había abierto la boca.

Mientras Eli y yo forsejeabamos con todas nuestras fuerzas eramos sacadas de la habitacion y empujadas hacia otro de los extensos pasillos. Caminamos por unos minutos viendo como una tras otra iban pasando las puerta frente a nuestros ojos,  hasta que finalmente entramos a una de las habitaciones.

Las paredes estaban pintadas de un tono grisaseo que hacia lucir extremadamente pequeño el lugar. Entramos los seis mientras que otros entraban detras de nosotros.

- ¿Qué planeas hacerle a la grandiosa Liz? -pregunto uno de los hombres de manera sarcástica.

-¡sueltenme estupidos!- grito Eli llamando la atencion de los hombres a su lado.

-¡llevatela! -ordeno el que parecia ser el líder- has lo que quieras con ella.

Los hombres que la rodeaban la sacaron del lugar entre forsejeos y gritos.

-¿que haremos contigo querida Liz? - me miró acercandose.

-¿Que te parece si me dejas huir? -ofrecí con una sonrisa una idea a lo que el lanzo una pesada carcajada.

-realmente piensas que sera asi de facil.

- ¿por qué hacen esto? - pregunte.
- Mi trabajo no es informarte.- se hacerco un poco a mi. -¡sueltenla y sangan de la habitación! -ordeno al resto. En solo unos segundos estabamos completamente solos en el lugar.

-y bien, ¿Qué quieres? - pregunte desafiante.

Tres Noches Entre Zombis: " La Lucha Con Mi Mente"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora