Con miedo a perderte #Melepe

Capítulo 3: Born this way, baby.

|| >> Narra María << ||   

- ¿Te ha gustado la película? - Me pregunta Melo.

- La primera de Insidious era mejor, pero aún así ha estado genial, casi todas las pelis de miedo me encantan.

- Me alegro.

-  Además, me he podido olvidar de Claudia durante una hora y pico, se agradece.

- Deberías hablar con ella. - Asiento con la cabeza.

- ¿Qué le digo? ¿Le pido perdón?

- Como quieras... Yo de ti primero escucharía si tiene algo que decirte.

- Está bien. - Cojo el móvil y marco su número de teléfono, lo dejo en manos libres para que Melo se entere de lo que decimos.

Claudia: ¿Ya puedes hablar? ¿Dónde estás?

Yo: Sí, y eso no importa.

Claudia: Vamos, que estás con tu querida Melo. Me parece bien que hagas amiguitas nuevas pero no te olvides de tus verdaderas amigas. ¿Te está comiendo el coco y volviéndote bollera?

No respondo, miro a Melo, ella desvía la mirada y se rasca la nuca. 

Claudia: ¿María?

Yo: Déjalo, quería pedirte perdón, pero me da a mí que no merece la pena. Adiós Claudia.

Cuelgo.

Joder, ¿por qué todo el mundo me pone las cosas tan difíciles?
Elegir entre el mundo de la moda, donde comencé, lo que me apasiona; o los vlogs, donde todo es humor, gente simpática y que no se preocupa por lo que puedan pensar de ellos.
¿Y por qué no puedo estar en las dos vertientes? ¿Por qué ser amiga de Melo significa que tenga que ser homosexual? ¿Por qué he estado tan ciega y no me he dado cuenta antes de que las personas que me rodeaban eran tóxicas? Llegó un punto en el que sólo me aportaban pesimismo. Y al final acabo así, hecha polvo. Y me duele, porque hemos compartido tantos momentos juntas, tantas risas, hemos sido mejores amigas, pero no puedo continuar. No así.

- Joder. - Es lo único que me sale. El resumen de todos mis pensamientos.

Y ella lo vuelve a hacer, me atrapa entre sus brazos. Noto unas punzadas en mi vientre y que mi alma sale por mi garganta. Ella es el único consuelo que me puede hacer efecto. Me recuerda que no estoy sola. Me susurra no te preocupes, yo te ayudaré y siento como se me pone la piel de gallina, tengo debilidad por los susurros. Dejo caer todo mi peso en Melo, no tengo fuerzas para continuar. 

Nos separamos después de casi un minuto.

- Gracias, de verdad, pero creo que debería irme... No quiero que te tragues toda mi mierda, tengo que afrontarlo yo sola.

- No, podrás. Acabarás peor, hazme caso. Necesitas compartir lo que sientes con alguien, y no me molestaría para nada ser esa persona.

- Melo, no me conoces, no soy como aparento, a penas sabes nada sobre mí y yo menos sobre ti. Confío en ti, pero no creo que esto sea lo mejor. - Puede que me haya pasado un poco, parece incómoda.

- Está bien, como prefieras. - Me aguanta con el pulgar la barbilla para que le mire a los ojos - Pero por favor, prométeme que vas a estar bien, si necesitas ayuda mándame un mensaje. Te lo ruego... No quiero que te pase nada.

- Haré lo posible, pero no confíes en mí. Me he fallado tantas veces que ya he aprendido a no confiar en mí misma. - Soy patética, doy pena, pero es la verdad.