21 y 22

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En los últimos 4 meses yo había sido un desastre. Había dejado a Jun resbalarse entre mis dedos, se había ido. La gente me preguntaba que qué me pasaba. Me volví callada y distante a los demás. Mis padres pensaban que era por mi hermano, pensaban que yo lo veía como un héroe, y me falló.
Estuve de acuerdo con eso y no discutí, Jun había mantenido su palabra, él se había ido para siempre. Me sentía traicionada y utilizada, pero más que nada, me sentía culpable. Cuando recordaba a Jun, sabía que podía haber hecho todo mejor, lo pude haber cambiado completamente, me culpaba a mí misma por eso y muchas cosas, me culpaba por haber sido tan fácil y haber caído, me culpaba por no ser feliz.
Me había comprometido más con la escuela que con cualquier otra cosa, eso me distraía de todo. Me volví la estrella de soccer también, todo lo que hacía era perfecto, pero ya no tenía vida. Tan solo estaba dedicando más tiempo a cualquier cosa, en vez de encerrarme en mi casa.
Tuve un mal momento el primer mes cuando Jun se había ido. Recordaba todo exactamente como si hubiera pasado hace un par de horas, cuando nos sentábamos en el sofá a mirar televisión, cuando estábamos en mi habitación, cuando cocinábamos o comíamos juntos, me había vuelto aburrida e insensible.
No había sido yo misma últimamente, todo era lo mismo, evitaba ver las noticias a toda costa.

Fue un día en la escuela, donde estaba caminando hacia mi casillero después de la cuarta hora antes de quedar de verme con mis amigos en el almuerzo, abrí mi casillero y metí dos libros ahí, arreglé un poco el casillero ya que algunas cosas se habían desordenado. Estaba arreglando algunos documentos en una carpeta cuando de repente escuché a alguien detrás de mí.

- ¡Hola __!

Me di la vuelta para ver a Min sonriendo dulcemente cargando su mochila sobre su hombro. Jung Min era un gran amigo mío, me recordaba a mi fiel golden retriever que tuve hace años, solo que Min tenía cabello oscuro. Había dejado su patineta a un lado.

- Hola.- le respondí, cerré mi casillero y volteé de nuevo hacia él. - ¿te puedo ayudar en algo?

Comencé a caminar y Min iba a un lado mío. Miré a un par de chicas pasar y suspirar mientras lo veían caminando junto a mí.

- Nah, solo pensé en esperarte, ya que vengo de la clase de la Sra. Kingston (?) tarde.

La clase de la Sra. Kingston, estaba cerca del piso en el que nosotros estábamos, mi estomago se revolvió cuando recordé cómo Jub me había defendido del Profesor Kim hace meses. Luché contra mis lágrimas mientras miraba por el pasillo.

- ¿Estás bien __? Tengo un minuto si quieres...- Min dijo esas palabras de verdad, no estaba fingiendo, no como Jun. - ¡¿Hola?! Tierra llamando a __. -

Parpadeé y miré a lo lejos.

- Estoy bien, de verdad. - le respondí, mi voz se entrecortó un poco cuando lo dije, y no lo miré a los ojos.

Sentí que me tomaba mi mano para que lo viera a los ojos. Él me miró y me abrazó, me quedé en shock un momento, no me habían abrazado en mucho tiempo.

22º Capítulo
Respiré el aroma de su colonia, no era una esencia muy común que los chicos solían usar. Min me apretó con más fuerza y yo le devolví el abrazo.
¿Por qué estaba haciendo esto? Estaba muy segura de lo que sentía él por mí, pero, ¿podría yo sentir lo mismo también?
Lo conozco desde hace mucho tiempo, él ha sido siempre uno de mis amigos más fieles, siempre había estado ahí cuando yo lo necesitaba, ¿cómo podría herirlo? Yo tenía a...Jun.

- Puedes contarme __.- Me dijo.

No, no, no, no, por supuesto que no podía contarle.
¿Qué se supone que le diría? ¿Que mi novio me dejó para ir a matar gente? ¿Que era un criminal y prometí no decirle a nadie? ¿Que me acosté con él mientras mis padres no estaban?
No.
Lentamente levanté mi mirada, preparándome para mentirle en su dulce y amigable rostro.

- Es... es que...- comenzaba a decirle pero me interrumpieron.
- ¡Hey Min! Tenemos practica hoy después de la escuela.- le dijo un chico que conocía desde 2 grado.
- Ya me habían dicho Mark, gracias.- le contestó y le dedicó una sonrisa, después regresó a nuestra conversación. - Entonces ¿Qué te pasa?
- Es solo que mi hermano ha avergonzado a nuestra familia, me afectó más de lo que debería.- le contesté, MENTÍ.
Me miró sospechoso.

- Lo siento mucho, tu hermano debió saber que eso no estuvo bien.

Yo solo asentí y traté de alejarme de su alcance. Min fingió no darse cuenta, ambos caminamos hacia donde estaban los demás chicos.
Estaba completamente quieta y callada, dejando que la culpa me comiera viva. Me sentía terrible, caminé hacia Lucy y me abrazó, como siempre lo hacía. Me senté con las chicas y los chicos se sentaron al otro lado de la mesa.

- Siempre te ves un poco pálida __.- me dijo Jane preocupada.
- Cierto.- contestó Fernanda tocándome la frente.- debes tener fiebre.

Lucy también sintió mi frente y después tocó mis manos.

- ¡Estás hirviendo!- exclamó Lucy al momento de tocarme.
- No, solo es la temperatura de aquí, no se preocupen.- traté de calmarlas.
- No deberías ir a practicar soccer hoy, mejor quédate a descansar. - me sugirió Lucy.
¿QUÉ?
- No. no, estoy bien. Si me siento mal no iré.- les mentí.

No, claro que no abandonaré el soccer.

- Si quieres, yo le puedo decir al entrenador...- Jane también estaba en el equipo.
- De verdad, ¡ESTOY BIEN!- les dije casi gritando.

Había levantado demasiado mi voz, a lo que los chicos voltearon a ver que pasaba y me sentí incomoda.

- Perdón, pero en verdad estoy bien.- les repetí.
- Si tú lo dices.- contestó Fernanda.

En ese momento llegó Min, y me dio un jugo de naranja.

- Tómatelo.- me ordenó.
Lentamente miré hacia él.
- Gracias.- le contesté.
- Cuando quieras.

El timbre sonó y caminé hacia mi clase, pensaba... ¿Qué hubiera hecho Jun? Cargarme y llevarme lejos de ahí por supuesto.
Entré a mi clase hirviendo en temperatura, me tomé el jugo de naranja que Min me había dado, me sentía un poco mejor. Tomé un poco más para mejorarme.
Después de la escuela, Min me alcanzó mientras yo iba hacia los casilleros para ir a practicar.

- ¡Hey, hey! Usted señorita se irá a casa.- me dijo él.
- ¿Qué dices? Me siento bien, gracias por el ju...- le estaba diciendo, en ese momento tomó mi mano.

Nathan levantó sus cejas.

- Estas hirviendo, lava girl, te llevaré a tu casa.

Se aferró a mi mano tomándola con fuerza y comenzó a acompañarme hacia mi casa.

- ¿Qué hay de tu practica de basket ball?- le pregunté.
- El entrenador se divorció, ahora se desquita con nosotros... tú sabes, mejor me pierdo eso.

Oh diablos, ¿Qué puedo hacer para que regrese a la maldita escuela?

- Vamos por favor, regresa a la escuela.- le sugerí.
- Tendré que ir a casa una vez que te acompañe a la tuya, después iré a ayudarle a mi papá en su oficina.
- ¡POR FAVOR!- le dije levantando un poco la voz.
- No empieces __.

Gruñí y seguí caminando, de repente, vi algo en mi árbol.
Era aquel cabello castaño tan familiar para mí, aquel que podría reconocer donde sea.

- ¿Viste eso?- pregunté, me acerqué un poco y no vi nada.

Nathan miró donde le dije y comenzó a reír.

- ¿Ver que? Necesitas un descanso, ahora comienzas a ver cosas __.-

Me dijo y después me soltó de las manos para que caminara hacia mi puerta.

- De verdad debí ir a la practica, te odio Min.- le dije en tono de burla.
- ¡Ja! Lo sé, lo sé. Espero que te sientas mejor.

Esperó a que entrara a mi casa, él era lo suficientemente inteligente como para darse la vuelta estando yo aún afuera. Hubiera corrido de regreso hacia la escuela.
Me dijo adiós con su mano y cerré la puerta, lo miré mientras se iba. Una vez que lo perdí de vista salí hacia el árbol, busqué entre mis plantas y el jardín, no encontré nada.

Jung Min tenía razón, estaba comenzando a ver cosas.

Saquen sus conclusiones chicas😑

Amor ExtremoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora