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Narra Jun

Caminé alrededor de mi habitación, seguía mirando hacia el cielo... necesitaba ver a __. Tenía que.
Tomé el control remoto y lo tiré, no quería ver televisión. Luego me dirigí al baño y me miré en el espejo. Podía ver círculos obscuros alrededor de mis ojos, no había dormido nada porque sabía que no podía cerrar los ojos ni siquiera un segundo, ya no era seguro.
Mi cabello estaba bastante despeinado y mi rostro se veía muy pálido. Sacudí mi cabello y me di cuenta que ya podían verse algunas raíces color marrón que comenzaban a aparecer. Tenía que teñirme otra vez.
Caminé hacia mi cama, saqué la mochila de debajo de la cama y la abrí, había escondido algunas pistolas ahí y el resto estaban en algún lugar, donde había escondido cosas toda mi vida.
Cargué mi pistola sabiendo que no podía tener más oportunidades de no ser visto de nuevo, me detuve y recordé al sujeto del FBI. ¿Me habrán delatado? Entonces mi memoria se dirigió hacia mi tío... ¿Pudo él haber hecho eso? De nuevo, no podía confiar ni creerle a nadie, nunca más.
Caminaba hacia el baño de nuevo cuando de repente se escuchó sonar el teléfono. Regresé y lo tomé, tratando de disfrazar mi voz.

- ¿Hola?- contesté, trataba de hablar con acento español
- Jun, tu tiempo se acabó. No puedes seguir viviendo... tu noviecita llegará a su fin también...- dijo un sujeto. Me tensé, sintiendo mí sangre hervir.
- ¿Ah si? No creo que te moleste donde estás, tal vez podríamos arreglar esto.
- No sabes con quien estás tratando.- me contestó el hombre.
- ¿Estas seguro, bastardo?- le dije, el hombre comenzó a reírse.
- Oh Jun... tu vida está por terminar.

En ese momento colgaron, me congelé en la misma posición en la que estaba, tiré el teléfono en la cama y tomé mi mochila y me la colgué al hombro. Tomé las llaves de mi camioneta y corrí bajando hacia el pasillo hacia las escaleras.
Corrí saliendo del edificio conduciendo mi camioneta a máxima velocidad. Esa voz se me hacía tan familiar, conduje por Los ángeles y finalmente salí de la ciudad. Me estacioné y salí de la camioneta, rápidamente abrí la puerta trasera y bajé algunas de mis armas. Las cargué y las escondí en mi mochila.
Necesitaba un nuevo auto, pero más que nada, necesitaba llegar con __.

-Narra __

Estaba profundamente dormida y de repente abrí mis ojos y vi que era medio día. Pensé en Jun y en qué estaría haciendo, traté de mover mi cuerpo y finalmente lo pude hacer.
Mi hombro no me dolía tanto como ayer y eso me sorprendió, luego, mi sonrisa desapareció cuando recordé todas esas jeringas en mi brazo.
Miré alrededor y escuché la puerta abrirse, giré rápido mi cabeza y vi al doctor entrar.

- Que agradable es verla despierta Señorita Kim.- me dijo.

Lo miré con curiosidad. ¿Qué había dicho? Entonces recordé que el tío de Kim había dicho que yo era su hija para no levantar sospechas.

- Tus radiografías me indican que te recuperarás más rápido de lo esperado ahora que lo más grave ya pasó.- continuó diciendo. Me miró y yo asentí, el doctor miró hacia su tabla e hizo algunas notas.- ¿Cómo te sientes?- me preguntó.
- No lo sé, la intravenosa no me deja sentir nada.- le contesté.
- Ok, eso no es tan malo. Vendré a revisarte luego, hablaré con tu padre.- y dicho eso salió por la puerta.

Me sentía tan incomoda con toda ésta mentira, miré alrededor y vi un libro sobre una pequeña mesa a un lado de mi cama. Extendí mi brazo sano para alcanzarlo y lo tomé, leí el título y luego lo comencé a hojear.
De repente escuché de nuevo la puerta abrirse, bajé el libro y una enfermera entró con comida y me la dio.

- Gracias.- le dije

Ella asintió y me sonrió mientras cerraba la puerta cuando salía. Tomé mi comida y comencé a comer, el pan y la sopa bajaban por mi garganta que, hasta ese momento me di cuenta que estaba bastante seca. Comí todo, volví a tomar el libro y vi una nota dentro de él.
Había una razón por la que no había visto ése libro antes, hice un lado los platos de mi comida y la abrí. La nota estaba escrita a mano y con tinta negra. La leí.

"Lo siento mucho, siento que tendrás que morir en éste lugar. Jun no podrá salvarte ahora ni nunca."

Mi mano temblaba y comencé a sentir de nuevo como si fuera a morir. ¿Qué estaba pasando? ¿Ahora sí iba a morir?
Presioné el botón que estaba a un lado mío para que una enfermera viniera.

-Narra Jun

Conduje hasta el hospital cuando de repente escuché una fuerte explosión.
*¡BAMM!*
Me detuve y vi un edificio volar a distancia. Ahí era donde yo había estado hace 4 minutos, el hotel llamado "Mar Rojo".
En ese momento pisé el pedal apresurándome para llegar al hospital.

Ok esto está mal..terriblemente mal😢😢😢😯

Amor ExtremoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora