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Me alarma comenzó a sonar a las 07:00 AM, claro era que odiaba levantarme de mi cómoda cama que a esas altura estaba realmente calentita y más si era un sábado. Agarre mi móvil que se encontraba cargando en la mesita de noche y comencé a ver noticias y a revisar mis redes sociales ya que últimamente no estaba muy actualizada.
Luego de unos 15 o 20 minutos quizás, me dispuse a levantarme de mi cómoda cama y me dirigí a mi cafetera, que en estos momentos era la única que me mantenía con vida y dejé que se prepare un café, mientras que abría la ventana de mi balcón para que el frío aire pudiera lograr despertarme un poco. Me dirigí al baño para lavarme la cara y los dientes y me acorde mi brazo que lo tenía que suturar por una herida profunda que tenía.
Busque entre mis cajones mi botiquín de primeros auxilios. En ella tenía de todo, claro que los primeros auxilios los aprendí con el paso del tiempo y siéndoles totalmente sinceros lo hice sola, ya que cuando un miembro al desobedecer una ordene y si este termina herido tendrá que hacerse valer por el mismo, curándose sólo sus heridas, bueno básicamente cuando salía herida (casi siempre) me curaba yo sola.
Y si obviamente también sabía cómo suturar una herida, desinfecte una aguja poniéndola en agua caliente al igual que el hilo.

—Bien, Touka ya haz hecho esto muchas veces, es solo un pinchazo, recuerda el dolor es mental no físico—me decia a mi misma mientras preparaba la aguja para comenzar con la sutura antes de que siga abierta esa herida y se me infecte.—Bien, aquí vamos—y comencé, la verdad el dolor no me afectaba en lo más mínimo ya que había sufrido dolores peores y esto no era nada.

En total me llevo 5 puntos, limpié la sangre y me envolví con una gasa limpia. Me levante y me serví el café para quedarme un rato más en mi balcón antes de ir a trabajar y salir a las 17:00 PM, que era la hora a la que cerrábamos.
Cuando volví a agarrar mi celular eran las 7:54 AM, la cafetería abría a las 08:10, así que debía alistarme y eso me llevaba menos de 2 minutos, ya que solo tenía que ponerme el jeans negro junto a la camisa blanca y mi delantal, peine un poco mi cabello y termine tomando de un solo sorbo el café que me quedaba.
Como la oficina del viejo quedaba cerca de mi dormitorio decidí pasar de largo ya que no quería que me de la charla paterna típica de siempre y no, claro que quiera o no hablaría conmigo ya que no había un solo día que no lo salude apenas salga de mi cuarto, pero hoy era una excepción.
Al llegar noté que ya había gente y que no estaba sola si no que estaba el chico híbrido, Kaneki, no me jodan que tengo que trabajar con el. Cuando los demás me vieron me dedicaron la típica sonrisa de siempre y cómo era bastante educada (solo en algunas cosas) le devolví el saludo y me puse a trabajar, claro que era raro tener a el nuevo del viejo en la cafetería y más cuando no me quitaba la vista de encima, pero decidí no darle muchas vueltas y concentrarme en lo mío.
Cuando me dirigí al sótano de la cafetería para buscar una bolsa de café, ya que nos habíamos quedado sin nada Renji apareció de la nada.

—¿Como está tu brazo?—pregunto agarrando la bolsa que estaba cargando.
—Déjame, puedo cargarla—
—Te vas a lastimar y comenzarás a sangrar—
—Estoy bien, son solo rasguños, tuve peores, ahora dame esa bolsa que tengo que volver arriba a seguir trabajando—
—La llevaré yo, por precaución—bufé, sabía que no podía discutir con Renji ya que siempre terminaba ganando y siempre tenía que terminar haciendo lo que él decía.
—El viejo quiere hablar contigo cuando termines tu turno—
—¿Así? Pues dile que no hablaré con él hasta que me diga porque está el chico que era de Aogiri en Anteiku y sobre todo porque esta trabajando con nosotros, ¿que ahora vivirá también aquí?—pregunte en un tono molesto.
—Si, vivirá con nosotros y ahora es parte de Anteiku—
—Me estas jodiendo Renji, dime que es una broma—
—No, no es ninguna broma—
—genial, ahora aceptamos a gente de Aogiri—
—Ve a la oficina, quizás te cuente porque está el en Anteiku—dijo dejando la bolsa en la cocina.
—¿Quizas?, dile que él venga a hablarme, no pienso acercarme a esa oficina, ahora si me disculpas tengo trabajo—salí por la puerta que da hacia la cafetería y comencé a tomar órdenes y a limpiar las mesas que se encontraban sucias.
Kaneki para ser nuevo en esto lo hacía realmente bien y trataba muy bien a la gente lo que ayudaba a que dejen propinas.
Mis horas de trabajo siempre pasaban realmente rápido que cuando miraba mi celular ya eran las 17:00.
Mi móvil comenzó a sonar y era raro ya que nunca recibía llamadas, pero esta me llamó la atención, era de un número desconocido.

Touken ~𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒈𝒉𝒐𝒖𝒍~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora