Su viaje ya llevaba dos benditas semanas pero lo temas de la empresa de su padre consumía su tiempo apenas habiamos hablado además estos últimos días lo notaba un poco distante capas que solo es mi imaginación pero algo no andaba bien.
Últimamente mi salud tampoco estaba muy bien que digamos todo lo que comía luego lo vomitaba nada entraba en mi estómago sin contar los constantes mareos que tenía al levantarme pero nadie sabia lo que me pasaba porque no quería que se preocuparan, solo es cansancio la empresa está tapada de trabajo y apenas descanso.
Llaman a la puerta de la oficina, doy la orden para que pase pero al ver quien está parado en el umbral dejo mis cosas y corro a sus brazos lo extrañe mucho.- ¿Por qué no avisaste que llegabas? - le recrimo algo molesta.
- Quería sorprenderte ¿cómo estas? - dice y noto cierta duda o temor en sus palabras.
- Estoy bien solo con mucho trabajo - contesto relajada mirándolo pero sus ojos no expresan nada.
- Savana, tenemos que hablar-esta serio y ahora verdaderamente me preocupa, decido volver a mi sillón para marcar distancia tengo un leve presentimiento que lo que quiera decirme no me gustara, justo veo un mail que no leí lo abro y dejan en descubierto fotos de Alec besándose con Miriam, hay otras en la cama no puedo contener la rabia él muy desgraciado me traicionó con esa zorra.
- ¿De qué queres hablar Alexander? - digo de manera fría. - Será que me contaras por que diablos me engañaste con ella - reclamo giro mi computadora para que mire las fotitos que me mandaron su cara palidece al verlas.
- Lo siento, estaba borracho. No recuerdo nada solo desperté al otro día a su lado - contesta con desesperación.
- Nunca me amaste no? Porque si en verdad me amaras nunca me hubieras engañado con ella - grito con lágrimas en mis ojos.
Se acerca a mi pero lo empujo no quiero que me toque. - No quería que te enteres de esta forma, sabes que te quiero - habla apenado pero nisiquiera me mira a la cara.
- Querer es diferente a amar, yo si te amo, te entregue mi corazón y lo rompiste como si nada - más lágrimas salen ya no puedo con esto.
- Estoy confundido, no se que me pasa, creo que nos equivocamos al estar ... - lo interrumpió antes que destruya lo poco que queda de mí.
- Vete, solo vete... No quiero verte, te odio solo nos manejaremos por los negocios... No te quiero cerca mio - le grito con impotencia.
- De todos modos venía a decirte que vuelvo a Londres - dice con enojo, dicho eso se marcha y yo caigo al piso llorando como una niña indefensa, Alexander Bennet acaba de romper mi corazón estoy vacía.
- ¿Ani? - la voz de Kat se escucha en mi oficina al verme se arrodilla a mi lado y me abraza conteniendome.
- Shhh amiga - dice acariciando mi cabello. - Todo pasará.-- ¿Qué pasa? - ahora la fuerte voz de Francisco se hace presente al vernos imita nuestra posición y nos abraza. - Tengo que matar a ese hijo de puta !! - exclama enojado.
- No ... Fran - ruego para que no haga nada pero de repente todo se vuelve negro.
***************
- Chicos? - llamo a Kat y Fran preocupada no se donde estoy hasta que miro mi alrededor.
- ¿Qué paso? ¿por qué estoy internada? - preguntó dubitativa.- Tuviste un desmayo Ani, tanto trabajo sumado al suceso con Alexander tu cuerpo no aguantó, te tragimos así te hacen unos estudios para quedarnos más tranquilos - explica Katrina con pena.
En eso veo entrar a un apuesto doctor, pelo negro, unos intensos ojos grises y un cuerpo del infierno es extremadamente sexy.
- Buenas tardes, veo que la bella durmiente despertó, soy Connor Rhodes el médico que te atendió Srta. Campbell. ¿Cómo se encuentra? -- Solo Savana, Dr. Rhodes. Creo que un poco mejor - contesto sonriendo. - ¿ ya tienen mis estudios? -
Sonríe. - Sí Savana esta todo bien solo tengo buenas noticias - hace un breve suspenso. - Felicidades estas embarazada -
- ¿Embarazada??? - preguntamos los tres al unísono, solo mueve la cabeza confirmando lo anterior.
- No puede ser, se equivocó de persona - digo con miedo.
- No ¿tu eres Savana Campbell no? Estas embarazada de tres semana y media, ahora los dejo para que hablen - termina de hablar y se va.
Comienzo a llorar desconsolada, Kat y Fran me abrazan para tranquilizarme.
- ¿Qué voy hacer con un bebé? - digo entre llanto todo esto me supera.- Voy a matarlo, el estúpido de Bennet se tiene que hacer cargo - Fran es el primero en hablar y esta muy enojado.
- Amiga, no estas sola acá nos tenes como siempre a tu lado- mi mejor amiga con su dulce voz me tranquiliza.
- Solo quiero pedirles un favor, Alec no puede enterarse del bebé - ellos me miran como si estuviera loca.
- Es el padre Savana tiene el derecho de saberlo - contraata mi primo.
- Claro Ani, vamos a respetar tu decisión. Cuando estés preparada hablaras con él ¿no es cierto Francisco? - inquiere Kat desafiándolo con la mirada.
- Necesito un poco de tiempo, él no me ama y no quiero que sea obligado a hacerse cargo de mi bebé por compromiso -
- Como quieran pero si algo malo les sucede a ti o a mi pequeño sobrino, voy a matarlo - el sobreprotector de mi primo habla tocando mi panza.
- De eso que no te quede duda yo también voy a matarlo - exclama la loca de Katrina, nos empezamos a reír olvidando un poco los problemas que tenemos.
Después de un rato el Dr. Rhodes vuelve y me hace una ecografía en donde vemos por primera vez a mi bebé, nos da la foto y varias indicaciones para mi cuidado. Luego que se fueron necesitaba procesar toda la información que asustaba pero tenía que salir adelante ahora no solo era yo si no que una pequeña vida estaba en mis manos y no permitiré que nada malo nos suceda, mi pequeño punto negro sería lo más preciado que me ha regalado la vida.
- Te prometo amar y cuidar con mi vida, aunque papá no nos quiera yo estoy para vos bebé - acaricio mi panza que sigue plana pensando en todos los cambios que afrontaré de ahora en más.
ESTÁS LEYENDO
Enamorada de mi Socio ♡
RomanceSavana es una joven que esconde gran parte de su pasado, no cree en los hombre y mucho menos en el amor, pero a su vida llega su nuevo socio Alexander Bennet un mujeriego nato que solo le gusta divertirse. ¿Seran capaces de negar todo lo que les pas...